En la pasada Eurocopa de 2012 empató a un gol contra Italia y en el memorable Mundial africano perdió contra pronóstico contra Suiza, comprometiendo seriamente sus opciones de pasar a octavos de final desde el primer partido.
Sin embargo, el debut en Alemania 2006 fue más esperanzador con la goleada a Ucrania, igual que la victoria ante Rusia en la Eurocopa de 2008. En estas últimas grandes competiciones de esta generación de la selección española a España, salvo estas dos excepciones, no le fue bien en su debut, por eso es necesario evitar estos errores para no complicar aún más un grupo lleno de rivales muy peligrosos.
Dejar a un lado el favoritismo. La humildad y la naturalidad han sido dos señas importantes de esta selección desde el ciclo ganador desde 2008, pero con los últimos grandes triunfos España llega por primera vez a una Copa del Mundo como favorita número uno. Hechos y éxitos que meten más presión al equipo.
España ya es una selección madura y veterana. España puede sacar un once en el que la mayoría de jugadores hayan jugado ya al menos dos copas del mundo, una gran diferencia frente a una renovada Holanda.
Olvidar pasados debuts mundialistas. Sería mejor olvidar el de hace cuatro años, pero también los de 2006 y 2002 donde se ganó con claridad a Ucrania y Eslovenia, respectivamente. Puede decirse que el de Brasil será el primer Mundial en el que España debuta ante una selección tan potente.
Mostrar la seguridad defensiva de los últimos campeonatos desde el primer día. Los dos únicos goles que encajó la Selección en Sudáfrica y Polonia-Ucrania fue en los sendos partidos inaugurales. Esta vez, sería no encajar desde el primer choque.
Controlar el factor ambiental, la grada estar muy en contra. La mayoría de espectadores en Fonte Nova serán brasileños y tal y como demostraron en la pasada Confederaciones, serán hostiles ya que ven a La Roja como el gran rival de Brasil.
Fieles al estilo, pero más directos de cara a gol. Ante Suiza en 2010 España hizo el mejor juego de aquel campeonato, pese a la derrota. Desde entonces, y al no haber margen de error porque otro tropiezo dejaba a los de Del Bosque en la cuneta, se optó por un juego menos vistoso y más directo. Que acabó dando sus frutos.
Olvidar la dureza de Holanda en la final de Johannesburgo. El viernes no estará Van Bommel, pero De Jong se cruzará de nuevo con Xabi Alonso y con otros jugadores a los que dejó su ‘sello’ en Johannesburgo. Cuatro años después, estas rencillas deben olvidarse y eso que serán los oranje los que tengan más ganas de revancha.
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