La subida del salario mínimo a 950 euros beneficiará a 38.000 asturianos
Los empresarios ven como la solución «menos mala» el alza del 5% para este año y los sindicatos ceden en su idea de llegar a los 1.000 euros al mes
«Todos hemos tenido que ceder». Con esta frase, la ministra de Trabajo y Empleo Social, Yolanda Díaz, resumía ayer la negociación acelerada que ha llevado a cabo junto a los sindicatos y la patronal para acordar la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) hasta los 950 euros al mes para 2020. La medida, que tendrá efectos retroactivos desde el 1 de enero y beneficiará a 38.000 asturianos, revela un acuerdo salomónico en el que ninguna de las partes ha conseguido el objetivo que públicamente habían reclamado para acometer este alza.
Los sindicatos partían de la idea de subir el SMI a los 1.000 euros este ejercicio; los empresarios advertían sobre el peligro de incrementarlo más allá de los 900 euros a los que se subió en 2019. Y el Ejecutivo quería poner en marcha la medida, con las voces de Unidas Podemos que abogaban por los 1.000 euros y las de otros ministros del PSOE más proclives a la moderación en esta senda. «Como en cualquier negociación, nos hemos dejado pelos en la gatera», admitió el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi.
El acuerdo llega apenas dos semanas después de la formación del nuevo Ejecutivo y supone la materialización de otra de las medidas sociales anunciadas por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en su discurso de investidura. Se incrementa así un 5,5% tras el alza del 22% acordada entre PSOE y Podemos hace algo más de un año, cuando el SMI avanzó de los 735 a los 900 euros. En cuatro años, el avance ha sido superior a los 300 euros.
La titular de Trabajo se mostraba satisfecha por lo que considera que es «un día feliz para todos los trabajadores». Porque ayuda a combatir «la desigualdad que existe en nuestro país». Yolanda Díaz alabó «el esfuerzo acometido por empresarios y sindicatos» para alcanzar este pacto que no se atisbaba al menos en un horizonte tan temprano por las posiciones de la CEOE, por una parte, y UGT y CC OO, por otra. Sin embargo, han sido las negociaciones «discretas», como reconoció ayer el líder de CC OO, Unai Sordo, las que han permitido llegar a este punto, aunque al final no sea del agrado de ninguno.
La medida -el primer reto al que se enfrentaba Yolanda Díaz al frente del ministerio desgajado de las competencias de Seguridad Social- mejorará la situación salarial de unos dos millones de trabajadores, según explicó la ministra. «Una parte importante tiene que ver con los trabajadores del régimen general y otra con dos sectores como el de las trabajadoras domésticas y el de la agricultura», explicó. Además, habrá que sumar el impacto sobre los trabajadores que se encuentran a tiempo parcial.
La responsable de Trabajo negó que la subida del SMI vaya a tener impacto en el empleo. «No se van a destruir puestos de trabajo», afirmó. «Los informe dan la razón a este Gobierno, a sindicatos y muchas voces económicas que dicen que hay que mejorar los salarios», indicó Díaz. Además, anticipó que este incremento tendrá un efecto conjunto sobre el resto de salarios de todos los trabajadores. Y queda pendiente la subida de las bases mínimas de cotización vinculadas a esta medida, como en otras ocasiones.
En ese mismo sentido se pronunciaron los sindicatos, al negar cualquier impacto negativo en la creación de empleo. «Cuestionar que el SMI no ha sido un elemento fundamental para la creación de empleo en nuestro país y el mantenimiento de la economía es más que discutible», indicó Pepe Álvarez.
Calendario sin concretar
Pero la patronal no se mostraba tan optimista, a pesar de reconocer que el alza «no es lo mejor, pero es menos malo que subir el SMI a 1.000 euros», como afirmaba el presidente de Cepyme, Gerardo Cuerva. Por su parte, Antonio Garamendi recordó que el alza del año pasado «tuvo un impacto importante» en las empresas. Y puso sobre la mesa el efecto que tendrá en el sector agrario porque «le afecta de forma especial».
A partir de ahora, tendrán que negociar la propuesta del Gobierno de elevar el salario mínimo hasta que represente el 60% del sueldo medio en el año 2023, como también quieren los sindicatos. Pero por ahora, al menos en las reuniones mantenidas en los últimos días, esa senda o calendario de incrementos «no ha estado sobre la mesa». Irán paso a paso y cada año se valorarán las medidas, aunque todos respaldan que se haga en torno al diálogo social.
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