Un nuevo caso de puertas giratorias deja tocada la imagen del supervisor bancario europeo
Autoridad Bancaria Europea (Foto: EBA) |
Reprimenda de la Eurocámara a la EBA tras la marcha de su director ejecutivo a un lobby financiero.
Viernes 17 de enero de 2020, 07:00h
Un nuevo caso de puertas giratorias vuelve a manchar la reputación de las autoridades europeas. La Autoridad Bancaria Europea (EBA por sus siglas en inglés), el supervisor encargado de realizar los test de estrés a la banca, haya permitido que su director ejecutivo, Adam Farkas, desembarque tan pronto como abandone su cargo el próximo febrero en la Asociación de Mercados Financieros en Europea (AFME), uno de los lobbys financieros más influyentes.
La EBA, que actualmente preside el español José Manuel Campa, puso algunas condiciones al fichaje de su directivo: así, desde que se conoció el nombramiento la autoridad decidió que Farkas no participase en la política y el trabajo de supervisión de la EBA para centrarse exclusivamente en asuntos operativos. Asimismo, a partir de su salida el húngaro no podrá participar en lobby o defensa de la EBA, o tener contactos profesionales con el personal durante 24 meses. Tampoco podrá asesorar a los miembros de su nueva organización sobre temas directamente relacionados con el trabajo que realizó durante sus últimos tres años de servicio 18 meses después de dejar la EBA.
Estas condiciones, sin embargo, no parecen haber convencido demasiado, también por el peso de otros precedentes que supusieron un daño a la reputación de las autoridades comunitarias. El más sonado de todos, el fichaje en 2016 por Goldman Sachs de Jose Manuel Durao Barroso, que presidió la Comisión Europea entre 2004 y 2014. También dio mucho que hablar la contratación por parte de Uber de Neelie Kroes, exvicepresidenta de la Comisión Europea y antigua responsable de Telecomunicaciones de la UE.
Quizás por ello, el Parlamento Europeo adoptó ayer una resolución votada por unanimidad en la Comisión de Asuntos Económicos y Financieros (ECON) que reprueba la reciente decisión de la EBA de permitir que Farkas desembarque en AFME. La resolución insta a la EBA a que revise su decisión y alienta a todos los eurodiputados a evitar reunirse con Farkas en los próximos dos años.
Además, establece que los órganos de administración del Parlamento Europeo deben impedir que el ex director de la EBA exhiba una insignia de acceso a las instalaciones del Parlamento. Finalmente, se pide a la Comisión Europea que revise la normativa para endurecer el tránsito entre la política y el sector privado para evitar casos de puertas giratorias como el de Farkas.
También el Defensor del Pueblo Europeo ha aceptado una denuncia de la coalición Change Finance, y apoyada por eurodiputados de cuatro grupos de partidos del Parlamento -Izquierda Unitaria Europea-Izquierda Verde Nórdica (GUE-NGL), Los Verdes-Alianza Libre Europea (GRE/EFA), Socialistas y Demócratas (S&D) y Renovar Europa- en la que se le pide que haga una advertencia a la EBA, incluso recomendando una revocación de la decisión.
El año pasado un total de 58 organizaciones europeas, lideradas por Change Finance, a la que pertenece la española Asufin, firmaron un manifiesto en contra del movimiento de Farkas. La misiva se encargaba de recordar que “después del colapso de 2008, es una prioridad política fortalecer a los reguladores y supervisores financieros europeos”.
Como mostró la crisis económica, “la independencia de estos organismos es fundamental para cumplir sus mandatos y esta independencia está ahora en juego en la Unión Europea”. La organización también denunciaba que “las puertas giratorias alimentan al sector financiero con información privilegiada sobre la estrategia y planificación europea y es una manera informal de recompensar a los supervisores por favores pasados, lo que pone en riesgo el interés público sí como la estabilidad del sistema financiero”.
La marcha del directivo al lobby sigue su curso. De hecho, la EBA ya ha elegido a su sustituto, el irlandés Gerry Cross. Se da la circunstancia de que Cross ocupó un cargo directivo en la AFME de 2011 a 2015, señala Asufin.
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