sábado, 11 de enero de 2020

De Chiringo en Chiringo...

Defensa sopesa dejar en manos de una gestora internacional el programa del 8x8

Una imagen del demostrador de movilidad del VCR 8x8 Dragón, la apuesta de Santa Bárbara para lograr el contrato con Defensa. / G. D. E. L. S.
Una imagen del demostrador de movilidad del VCR 8x8 Dragón, la apuesta de Santa Bárbara para lograr el contrato con Defensa. / G. D. E. L. S.

El Gobierno contacta con la OCCAR, experta en la administración de contratos militares, para dar una salida al plan fallido del Dragón

ALBERTO ARCEOVIEDO.

El Gobierno está aún tomando forma; sin embargo, una de las áreas más esperadas del futuro equipo de Pedro Sánchez es la de Defensa, también la que está generando mayores incertidumbres. Máxime, tras la deriva vivida durante las últimas semanas con el proyecto del VCR 8x8 Dragón después de que la Dirección General de Armamento y Material (DGAM) declarase desierto el contrato con Santa Bárbara Sistemas, dejando en una situación muy complicada el futuro laboral de la villa de Trubia, que aspiraba a afianzar la producción durante la próxima década con la llegada del esperado encargo. Ahora, y después de anunciar que el contrato volverá a salir a lo largo del año 2020 -esta vez en licitación competitiva-, el ministerio ha comenzado a estudiar la posibilidad de dejar el programa en manos de la Organización Conjunta de Cooperación en Materia de Armamento (OCCAR), una gestora internacional que se encargaría de intermediar entre los licitadores extranjeros y nacionales y la propia DGAM.
El camino del 8x8 en Trubia ha sido largo y escabroso, y este podría ser un duro varapalo para la industria asturiana y estatal. La OCCAR, que se encarga de facilitar y gestionar programas de armamento colaborativos entre las naciones de Bélgica, Francia, Alemania, Italia, España y el Reino Unido desde 1996, iniciaría la licitación a través de una gestión cooperativa con el Ministerio de Defensa español. Un panorama en el que, fácilmente, la renovación de la flota de blindados del Ejército de Tierra español podría caer en las manos industriales de otro país, si bien la filosofía inicial del programa trataba de salvaguardar las capacidades industriales nacionales a través de la creación de un producto moderno y propio.
Así, y según informaron fuentes gubernamentales al portal especializado Infodefensa.com, representantes del Ministerio ya han mantenido contactos con miembros de la OCCAR, con sedes en Sevilla y Madrid, para validar la viabilidad de la iniciativa. No en vano, el general de división del Aire, Arturo Alfonso Meiriño, presidía la entidad hasta 2019. Y más al pormenor, según sus propios términos, la gestora tendría capacidades para participar en cualquier fase del programa (negociación, suministros, adjudicación y hasta producción y puesta en marcha). Se busca, auguraron, afianzar el «plan industrial» en marcha y favorecer la creación de empleos de calidad en la industria nacional.

El blindado alemán

La gestora internacional a la que ha acudido Defensa tiene abiertos trece programas de armamento internacionales. Uno de ellos, el del blindado 8x8 Boxer, uno de los principales competidores del Piraña V -la base sobre la que Santa Bárbara ha proyectado el Dragón trubieco-, diseñado y producido por la firma alemana Artec. Así, la gestora extranjera, a través de este proyecto, ya ha vendido el Boxer a Alemania, Holanda, Eslovenia, Reino Unido y Lituania. En este último las fallas de los vehículos en los controles de calidad han dilatado los plazos de entrega. Aun así, y en el caso español, el Boxer se postula como una de las opciones más costosas. El Ministerio de Defensa rechazó la oferta de Santa Bárbara por cuestiones «económicas», «operativas» y «técnicas».
Por lo pronto, la gran incógnita radica en las repercusiones que la posible aportación de la OCCAR tuviesen sobre la industria española, ya que por ahora las mismas fuentes del Gobierno todavía no han aclarado si esa gestión cooperativa pudiese ser solo eso: una gestión con prioridad de desarrollo nacional; o si, de lo contrario, esta tendrá la potestad de aportar nuevas soluciones, sistemas y plataformas vehiculares.
No obstante, desde Santa Bárbara ya han tratado de apaciguar a los trabajadores de la factoría armamentística trubieca asegurando que «en cualquier caso, continuamos trabajando en presentar la mejor alternativa que permita dar respuesta a la necesidad del Ejército de Tierra español de contar con vehículos 8x8 modernos y protegidos». Con un matiz, esta vez, «dentro del marco presupuestario del Ministerio de Defensa». Y es que, tal y como explicaron a este diario fuentes del sector de la defensa, si el problema en las negociaciones del contrato ha sido el precio, «Santa Bárbara puede producir el Dragón más barato».
De forma paralela, permanece en el aire la situación del programa de desarrollo tecnológico de los cinco demostradores del VCR que Defensa había encargado a la UTE formada por Santa Bárbara Sistemas, Sapa e Indra y que, en teoría, serán entregados durante el próximo mes de mayo, después de haber sufrido tres retrasos y tres adendas del Consejo de Ministros. Algo que, según el presidente del comité de empresa de la fábrica de armas, Pablo Coto, es ciertamente revelador, ya que «no tendría sentido que el Ejército probase unos prototipos que le han costado 91 millones de euros y después encargase otros».

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