La UE lanza una guía para afrontar el Brexit
Bruselas resuelve los interrogantes que se abren a partir de este viernes, cuando arranca el periodo de transición, una suerte de limbo que respeta en gran parte la relación actual mientras ambas partes negocian el vínculo futuro.
Tres años y medio después de que Reino Unido abriera la caja de Pandora con el referéndum de salida de la Unión Europea, el Brexit se hace realidad. Reino Unido consuma este viernes su ruptura con el club comunitario, tras 47 años de enredada adhesión. Lo hace con 10 meses de retraso y tres prórrogas mediante -la fecha original de salida estaba prevista el 29 de marzo de 2019-, tiempo durante el que han rodado cabezas en el Ejecutivo británico.
El premier Boris Johnson puede atribuirse haber renegociado un acuerdo con una Comisión Europea que lo presumía intocable, y sacarlo adelante más tarde en una Cámara de los comunes sin grandes mayorías. Y aunque durante los últimos años la Unión Europea se ha preocupado por sentar las bases de la relación futura y evitar a toda costa un Brexit caótico, todavía hay flecos por cortar, y no parece que su negociación vaya a ser un camino de rosas. "Tenemos duras conversaciones por delante y cada lado hará lo que sea mejor para él", le dijo la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, a Johnson, la semana pasada. Por lo pronto, la Comisión ha lanzado una guía de preguntas y respuestas sobre la nueva etapa que arranca el sábado. La guía, eso sí, será temporal para el periodo de transición, hasta diciembre de 2020. Lo que ocurrirá después es lo que tienen que negociar ambas partes durante este año.
¿Qué pasa el 1 de febrero? El sábado 1 de febrero la Unión Europea perderá, por primera vez en su historia, uno de sus miembros. Sin embargo, a efectos prácticos esta desconexión se va a notar poco, al menos este año. La principal particularidad de un Brexit ordenado es que lleva aparejado un periodo de transición durante el que, aunque Reino Unido perderá su voz y voto en las instituciones europeas, a las que dejará de pertenecer; "la situación permanecerá sin cambios para los ciudadanos, consumidores, empresas, inversores, estudiantes e investigadores tanto en la UE como Reino Unido", explica la Comisión.
El periodo de transición comienza el 1 de febrero y durará, al menos, hasta el 31 de diciembre de 2020, aunque si hay acuerdo mutuo, puede ser prorrogado una sola vez, uno o dos años más. Una decisión que deberían tomar antes del 1 de julio de 2020.
La UE y Reino Unido utilizarán estos meses para negociar su relación futura en comercio y cooperación económica, cuestiones policiales y de justicia penal, política exterior, y seguridad y defensa, entre otros temas. Las conversaciones comenzarán a partir del lunes, 3 de febrero, y estarán lideradas en la parte europea por un Grupo de Trabajo para las Relaciones con Reino Unido, cuyo jefe es Michel Barnier, que ya lideró las negociaciones de la primera fase.
¿Qué obligaciones tiene Reino Unido hasta diciembre? Entre febrero y diciembre de este año, todo el derecho de la UE, en todos los ámbitos políticos, seguirá siendo aplicable en Reino Unido. El mercado británico permanecerá en la Unión Aduanera y el mercado único europeo, seguirá aplicando la política de justicia y asuntos de interior de la UE, y tendrá que respetar todos los acuerdos internacionales firmados por la Unión Europea. La política exterior y de seguridad común de la UE también se aplicará durante esta fase. Si británicos y europeos acordaran una prórroga del periodo de transición, este escenario se mantendría durante máximo dos años más, es decir, hasta 2022.
¿Puede Reino Unido negociar acuerdos comerciales? Ya durante la negociación de la primera fase del acuerdo, Reino Unido se ha mostrado optimista respecto a los acuerdos comerciales que firmará (pese a reducirse su poder de negociación al perder mercado de consumidores), especialmente con un aliado histórico como Estados Unidos. Durante el periodo transitorio, "Reino Unido podrá celebrar acuerdos internacionales con terceros países", explica la UE, incluso en ámbitos de competencia exclusiva comunitaria. Eso sí, estos acuerdos sólo podrán empezar a aplicarse una vez finalice el periodo de transición, porque durante el mismo, el mercado británico está sujeto a la unión aduanera.
¿Qué derechos tendrán los ciudadanos? Tanto los ciudadanos de la UE que residan en Reino Unido, como los británicos que vivan en cualquier Estado de la UE al final del periodo transitorio, podrán seguir ejerciendo sus derechos en el territorio de la otra parte (residencia, acceso a un empleo, seguridad social) "durante el resto de su vida". "Proteger las opciones de vida de estos ciudadanos ha sido la primera prioridad", apunta la Comisión. Siempre y cuando, eso sí, la decisión de residencia haya sido tomada antes de que acabe el periodo transitorio. Después del mismo, los ciudadanos europeos que quieran residir en Reino Unido deberán atenerse a las exigencias que imponga entonces el país anglosajón. También disfrutarán de este derecho los familiares de estos residentes que todavía no residan en el mismo Estado de acogida.
En cuanto a aquellos ciudadanos que aún no hayan adquirido el derecho de residencia permanente por no haber residido en el país de acogida durante un mínimo de cinco años, también estarán protegidos y podrán seguir residiendo en el país y adquirir el derecho de residencia permanente tras el Brexit. Bruselas avisa, eso sí, de que Reino Unido quiere aplicar un sistema de registro obligatorio para los beneficiarios del acuerdo de retirada, aunque pide que sea un procedimiento sencillo y que no cueste más que lo que tengan que pagar los nacionales por la expedición de documentos similares.
¿Cómo funcionarán las exportaciones? Toda mercancía que haya entrado de forma legal en el mercado europeo o en Reino Unido antes de que termine el periodo transitorio (diciembre de 2020) podrá seguir circulando libremente hasta que llegue a su destino, sin necesidad de modificar o reetiquetar los productos o cumplir otro requisito añadido. También se mantienen los impuestos especiales, el IVA y las aduanas de la UE si el intercambio se produce antes de la retirada de Reino Unido de la unión aduanera. Este derecho se aplica para productos agrícolas, de consumo (juguetes, textiles...), productos relacionados con la salud, industriales, maquinaria, productos de construcción y químicos...
Hay, eso sí, una excepción en el caso de animales vivos o productos o alimentos de origen animal. Aunque estos productos entren en el mercado de destino antes de que termine el periodo transitorio, tendrán que someterse a las normas de la UE o de Reino Unido sobre importaciones procedentes de terceros países a partir de diciembre de 2020 debido a los elevados riesgos sanitarios que conllevan.
¿Y las indicaciones geográficas? El valor estratégico que los productos con denominación de origen e indicaciones geográficas tienen para los mercados locales se ha erigido como prioridad en las negociaciones del Brexit. Como resultado, más de 3.000 indicaciones geográficas, como el champán, el jamón de Parma, el queso feta o el vinagre de Jerez mantendrán sus derechos de propiedad intelectual.
¿Qué pasa con los contratos públicos pendientes? El acuerdo de retirada ofrece seguridad jurídica para los procedimientos de adjudicación de contratos públicos pendientes antes de que acabe el periodo de transitorio. Estos se completarán con las normas de la UE bajo las que se iniciaron.
¿A cuánto ascenderá la factura de Reino Unido? Reino Unido tendrá que afrontar el pago de su parte proporcional de los compromisos asumidos durante su pertenencia al club, referentes tanto al presupuesto de la UE (Reino Unido seguirá contribuyendo al presupuesto de 2019 y 2020 como si siguiera siendo un Estado miembro) como a lo relativo a programas como el Mecanismo para los refugiados de Turquía o el Fondo Europeo de Desarrollo. Aunque todavía se debe acordar la metodología para calcular las obligaciones financieras de Reino Unido, se estima que la factura rondará los 45.000-55.000 millones de euros. Por otro lado, el capital desembolsado por Reino Unido en el Banco Central Europeo se reembolsará al Banco de Inglaterra. En cuanto al resto de Estados, Bruselas aclara que "ningún Estado miembro debe pagar más o recibir menos a causa de la retirada de Reino Unido de la Unión".
¿Cuál será el estatus de Irlanda del Norte? La situación de Irlanda del Norte se convirtió durante las negociaciones en material sensible y principal línea roja, hasta el punto de desencadenar la renegociación del acuerdo. Finalmente, Reino Unido y la UE pactaron que, una vez finalice el periodo transitorio, en Irlanda del Norte se seguirán aplicando un conjunto de normas relacionadas con el mercado único de la UE (legislación sobre mercancías, normas sanitarias, IVA, impuestos especiales...) para evitar una frontera física. Al mismo tiempo, Irlanda del Norte seguirá formando parte del territorio aduanero británico, por lo que podrá acogerse a futuros acuerdos de libre comercio. La Asamblea de Irlanda del Norte decidirá, por mayoría simple, cuatro años después del final del periodo transitorio, si quiere seguir aplicando las normas de la UE o votar que no se haga.
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