REDACCIÓN
El confinamiento y el teletrabajo han sido factores consecuencia de la pandemia de la COVID-19 que han llevado a mucha gente a repensar el futuro: dónde vivir y cómo trabajar para conseguir un bienestar que poco tiene que ver con lo que se entendía por bienestar antes de que el coronavirus lo trastocara todo. El temor a un nuevo encierro, en vista de que los rebrotes van a más, ha provocado que muchas familias hayan tomado decisiones rápidas y hayan comprado una casa a la que poder irse si hay que volver a recluirse. En este sentido, la región ha salido beneficiada, dice César Nozal, presidente de la Asociación de Inmobiliarias de Asturias, que asegura que en los meses de junio y julio ha habido «excelentes cifras» de transacciones de viviendas hasta el punto que estima que «se compensarán los meses malos» y hace presumir «que se alcanzarán o, incluso, se superarán las cifras de ventas del año pasado». Ofrecer vivienda a precios asequibles, la naturaleza y el clima se han convertido en razones de peso que hacen que la región sea idónea para teletrabajar.
Nozal explica que la gente tiene claro lo que quiere ahora para tener calidad de vida: una vivienda con espacio, con un jardín o un huerto, que esté a un precio asequible. Y si bien una mayoría se lo plantea como una segunda residencia, también apunta que hay quien apuesta por vender su piso y convertir esa casa en su hogar. «Cuando buscan comprar en la zona rural suele ser para segunda residencia, pero lo que buscan está en un radio de 20 kilómetros alrededor de la ciudad, si tiene buena conexión a internet, si está más dirigido a ser primera vivienda», asevera.
«Mucha gente lo pasó mal en las grandes ciudades y la prueba es que muchos asturianos que estaban en Barcelona o Madrid estaban deseosos de venirse si pueden mantener el teletrabajo», comenta el representante de la Asociación de Inmobiliarias, que señala que si desde las administraciones dan solución a las carencias que pueda haber en la extensión de fibra óptica y la fomentan en la zona rural, «Asturias puede ser una de las grandes beneficiadas» porque «los resultados que tenemos por ahora, invitan a ser positivos». No obstante, el mismo también se muestra consciente de que «la economía no va bien» y su duda es «cuánto va a durar esta situación».
Sin embargo, César Nozal ve que la gente que dispone de unos ahorros «no tiene ganas de pasar otro confinamiento donde esté agobiada o haya mucho riesgo de contagio, sobre todo, ahora que se ha visto que no hay necesidad de ir a la oficina, que se puede teletrabajar y que para ver a la gente cara a cara están las videoconferencias». Ahí es cuando insiste en la importancia de que las distintas zonas de la región cuenten con una buena conexión a internet, porque afirma que la gente está dispuesta a comprar en zonas con una densidad de población baja y viviendas que antes del COVID-19 no generaban ningún interés porque suelen tener un precio asequible. «Es el efecto post COVID, la gente busca tener un poco de prao y espacio a un precio que se pueda permitir cuando antes eran casas que no se vendían ni generaban interés alguno», manifiesta el representante de la Asociación de Inmobiliarias de Asturias.
Nozal pone de relieve, además, que para la región es una oportunidad de recuperar población porque la gente que puede teletrabajar y mantener sus ingresos «se encuentran con que el coste de vida aquí en Asturias es inferior». «Estamos viendo la botella medio llena. Asturias tiene posibilidades y mucho futuro si tenemos unas buenas comunicaciones», hasta el punto que el mismo estima que «se puede dar un vuelco a la emigración».
«Si fuéramos capaces de hacer que buena parte de los asturianos que están fuera volvieran, gente que está muy bien preparada y que puede teletrabajar, sería brutal para el PIB de Asturias», considera el coordinador de la Asociación de Inmobiliarias, que apostilla que «Asturias para teletrabajar, puede ser un lugar de referencia al menos en España».
«Teletrabajar desde Asturias ha sido una experiencia muy positiva»
Pablo Zariquiegui, periodista otrora compañero de La Voz de Asturias, trabaja actualmente en una agencia de comunicación en Madrid. Con el estado de alarma llegó el confinamiento y también el teletrabajo, una forma de trabajar que durante un mes ha trasladado y desarrollado desde la región. Aunque la casa que tiene aquí la alquiló al irse a la capital, no dudó en venirse cuando tuvo posibilidad y ejercer su actividad a 540 kilómetros, desde Pola de Siero y Villaviciosa, las dos localidades en las que estuvo durante las últimas semanas. Lejos de sentirse estresado por estar a tanta distancia de su oficina, para él trabajar desde Asturias han sido todo ventajas. «Con los clientes a los que atendemos ya estaban protocolizadas las videoconferencias, así que después de pasar todo el confinamiento en Madrid y aprovechando que en verano tenemos jornada intensiva de 8 de la mañana a tres de la tarde, decidí venir y disfrutar de la naturaleza, así el trabajo se hace más llevadero», asegura el mismo, poniendo de relieve que el teletrabajo le ha permitido «visitar a amigos que no veía desde hacía tiempo y recuperar las relaciones sociales».
Teniendo en cuenta que Pablo invertía cada día en Madrid un par de horas en ir y volver de trabajar, con trasbordos de metros y autobús, enfatiza que «teletrabajar ya suponía un ahorro de tiempo de los desplazamientos», a lo que añade que hacerlo desde Asturias «ha sido una experiencia muy positiva», además de por lo fácil que es estar en contacto con la naturaleza, por el buen clima que ofrece cuando en Madrid sus compañeros padecían la ola de calor. «Asturias es un lugar perfecto para alejarse del calor y de las temperaturas de Madrid», comenta satisfecho con las posibilidades que le ha ofrecido la región durante un mes para teletrabajar y disfrutar de un ambiente que califica de «perfecto».
En su opinión, el teletrabajo «ha venido para quedarse», como se dice desde muchos ámbitos, porque «las empresas han visto que es posible». Aunque aún no sabe cómo será su reincorporación al trabajo cuando concluya el periodo vacacional que ahora disfruta, considera que hay muchas posibilidades porque «la tecnología ha permitido dar soluciones y suplir la presencia física», con lo que no descarta que haya empresas que de ahora en adelante opten por el teletrabajo o por una fórmula mixta, con una programación de jornadas de teletrabajo y otras presenciales en la oficina.
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