jueves, 2 de enero de 2020

Como el cangrejo....

Diez estaciones de Feve echan el cierre a las ventanillas de venta de billetes

Ventanilla de venta de billetes de Figaredo, cerrada ayer por primera vez desde su apertura en 1906, con una máquina fuera de servicio por un problema de conexión a internet. / JUAN CARLOS ROMÁN
Ventanilla de venta de billetes de Figaredo, cerrada ayer por primera vez desde su apertura en 1906, con una máquina fuera de servicio por un problema de conexión a internet. / JUAN CARLOS ROMÁN

Llanes, Trubia, Posada, Arriondas e Infiesto dejan de tener personal que atienda al público. Los títulos se comprarán en las máquinas y Correos

R. MUÑIZFIGAREDO (MIERES).

La estación ferroviaria de Figaredo abrió el 30 de mayo de 1906 y durante 113 años, hasta exactamente ayer, mantuvo una constante: siempre disponía de personal dedicado a despachar billetes y ayudar con sus indicaciones a los viajeros. Es un apoyo que con el nuevo año ha perdido. Quienes ayer acudían a la terminal encontraban un hall vacío, un reloj marcando las horas, una ventanilla con la persiana echada, y una máquina de venta de billetes con un cartel previniendo de que no, que el aparato no funciona y que los títulos hay que comprarlos en el propio tren.
En total son diez las estaciones de la red de ancho métrico (la propia de Feve) que han perdido la venta presencial de billetes en los últimos meses o lo harán en 2020. Se trata de un servicio que, según los historiadores consultados, les venía acompañando desde su estreno. El listado incluye a Navia Luarca (ya sin atención al público y abiertas en 1972 y 1962), Arriondas (1903), Figaredo (1906) e Infiesto (1891). También las de LlanesNuevaPosada Ribadesella (de 1905) y Trubia (1904).
Las terminales tienen menos de 40 pasajeros diarios a los que hasta ahora atendía personal de Adif por uno de esos extraños equilibrios del sector ferroviario. Feve existió como empresa propia, con competencias en toda la red de ancho métrico, hasta 2013. Ese año para ahorrar costes, el Ministerio de Fomento suprimió la sociedad, dividiendo sus activos entre Adif (que asumió la gestión de las vías y estaciones) y Renfe (responsable de los trenes y venta de billetes). La segunda ha sido objeto de diversos planes de bajas incentivadas, adelgazando su plantilla y abandonando frentes que hasta entonces cubría, como las estaciones de menor tamaño. En determinados casos, cuando en esa terminal Adif sí tenía personal con tiempo para ello, se llegó a un acuerdo para que hicieran funciones comerciales propias de Renfe.
Ese precario equilibrio era propio del ancho métrico asturiano pero también de otras estaciones no principales en el resto del país. Adif y Renfe sin embargo han decidido poner fin esta año a esa situación en unas 102 terminales repartidas por doce comunidades autónomas, según un listado de la Cadena Ser.
Desde Renfe lamentaban ayer «las molestias que pueda ocasionar a los viajeros el cambio en la situación actual» pero aseguran haber adoptado «las medidas necesarias para garantizar que los clientes puedan seguir adquiriendo sus billetes, ofreciendo una solución acorde con el volumen de viajeros y de ventas registrados en cada caso». Fuentes de la compañía subrayan que en todas las estaciones afectadas por el cierre de la venta presencial se instalarán máquinas que despachan los billetes. De momento ya están colocadas en Navia, Luarca, Infiesto, Trubia, además de la que está en Figaredo pendiente de solventar sus problemas de conexión.
«Además se habilitará un número de atención telefónica para todas las consultas y situaciones que puedan plantearse, que estará indicado en cada estación», avanzan.
Adelantándose a la situación, Renfe suscribió recientemente un acuerdo nacional con Correos, para que en las 2.400 oficinas de la empresa postal tiene en el país se pueda adquirir las títulos del AVE, Avant y Alvia. Esta posibilidad dará una segunda opción a los viajeros de Arriondas, Infiesto, Llanes y Trubia, además de Cudillero. Se trata de servicios donde los clientes también pueden hacerse con el billete en la web de Renfe y en la aplicación de la operadora para teléfonos móviles. Fuentes de la operadora confían que con estos canales las necesidades de sus clientes «queden cubiertas» pero matizan que seguirán analizando la respuesta «por si, en el futuro, fuera necesario implantar otros canales de venta en estas estaciones».
La noticia del cierre de ventanillas tiene desatada una batalla política en Galicia, donde la Xunta y varios alcaldes lo entienden como un golpe a la zona rural. Entre los trabajadores de Renfe se recuerda que los viajeros de más edad tienen a veces problemas para manejarse con las máquinas autoventa. De momento las estaciones asturianas siguen contando con trabajadores de Adif, para la gestión del tráfico, pero ahora con menos cometidos.

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