El juzgado deja en el aire el proyecto de El Vasco al frenar los usos comerciales
Considera que la propuesta de Gran Bulevar es una gran superficie y requiere la autorización del Principado
Frenazo en seco. El proyecto de Gran Bulevar para relanzar El Vasco quedó ayer herido de gravedad al rechazar el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 2 de Oviedo su recurso contra la resolución municipal que condicionaba la concesión de las licencias a la obtención de la autorización como gran superficie comercial por parte del Principado. El auto de la magistrada Rosa María Fernández concluye que «pese a los esfuerzos gramaticales» de los promotores «para referirse al edificio zócalo y a los distintos establecimientos comerciales» previstos en él, «evitando» en todo momento referirse al espacio como un centro comercial, «lo cierto es que, por su superficie total superior a los 27.000 metros cuadrados simplemente los niveles -2 y -3, y de 39.992,73 metros cuadrados» si se añade el -1, el conjunto «bien pudieran incluirse» como «establecimiento comercial colectivo» y requerir, como señalaba el Ayuntamiento, autorización del Principado.
El auto es recurrible en apelación ante el TSJA, pero coloca a los promotores en una situación delicada. Gran Bulevar ha ido cerrando acuerdos y preacuerdos con negocios interesados en instalarse en El Vasco. Cuenta, por ejemplo, con ocho establecimientos de hostelería, que se instalarían en la planta -1, abiertos a la plaza pública del proyecto; también, con Mercadona para la apertura de un establecimiento de la marca, o con una cadena de centros deportivos que ocuparía parte la planta -1 y otros casi 2.500 metros cuadrados de la -2. Todo ellos quedan ahora a expensas de que prospere un hipotético recurso o de que Gran Bulevar consiga autorización para una gran superficie comercial. Algo que no sucede en Asturias desde que, en verano de 2006, Jovellanos XXI logró que la administración regional levantase la moratoria y le concediese permiso para el centro comercial del Calatrava, hoy cerrado. De hecho, el Principado ya rechazó en 2011 un intento postrero de la empresa de los Cosmen y Lago de conseguir un permiso equivalente para su proyecto de El Vasco, que ese mismo año se fue a concurso de acreedores.El problema sigue siendo el de siempre. El plan especial Jovellanos 2, el solar que ocupaba la antigua estación de El Vasco, incluye, sobre una superficie de hectárea y media, un centenar de viviendas, tres edificios dotacionales y, bajo la rasante de la parcela, 45.000 metros cuadrados brutos de usos terciarios.
Los esfuerzos de Gran Bulevar por referirse a estos espacios como «edificio plurifuncional» que alberga usos dotacionales, comerciales y de servicios, «complejo de servicios urbanos de gestión privada» o «contenedor de mezcla de usos de tipo dotacional y comercial» no convencieron a la sección de Licencias en su día y tampoco ahora a la magistrada de que aquello sea otra cosa que una gran superficie.
Tampoco el hecho de que el proyecto básico de adecuación de las cinco plantas bajo rasante -las tres comerciales del edificio Zócalo y las de aparcamiento- tuviesen el cuidado de prever que todos los locales resultantes tuviesen frente únicamente al exterior, quedando las zonas interiores destinadas a circulaciones privadas, vías de evacuación, logística y usos complementarios.
Argumentos
Los promotores criticaban con dureza la resolución municipal y a su autora al entender que se había excedido en su informe, ya que «debería haberse limitado a examinar el proyecto básico de adecuación del edificio existente» y «no resolver en base a obras extrañas, no previstas en dicho proyecto y no solicitadas». Recalcaban que «jamás se ha pedido permiso para destinar a usos comerciales ni la planta -1 ni la totalidad de las superficies -2 y -3» y que el Ayuntamiento solo podía informar «lo ateniente a los usos comerciales previstos para los cuatro locales de las plantas -2 y -3» para los que pedía licencia.
El Ayuntamiento defendió que la configuración prevista de los usos del denominado edificio zócalo, «era la propia de un centro comercial» y recalcaba que «sí se había concedido la licencia solicitada, pero dejando la misma condicionada a la autorización del Principado en cuanto a lo que se refería a los usos comerciales». «Si la demandante consideraba que no precisaba tal autorización, debería dirigirse a la administración de la comunidad autónoma pero no ante el Ayuntamiento de Oviedo», concluía.
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