Las constructoras chinas irrumpen en España para conquistar América
Los gigantes estatales asiáticos emplean a las constructoras españolas de puente para consolidarse en el continente después de hacerse con África y parte de Asia.
"A China no le interesa el mercado español de obra pública, residual en términos de facturación. La compra de Grupo Puentes y de Aldesa responde más a su interés por hacerse fuerte en Latinoamérica después de convertirse en los líderes de Asia y de África", asegura Javier Parada, socio mundial de Ingeniería y Construcción de Deloitte.
Esta reflexión se produce después de que una filial de China Railway Construction Corporation (CRCC) y otra de China Communications Construction Company (CCCC), dos de las cuatro corporaciones más grandes del mundo del sector controladas por el Estado chino, hayan firmado acuerdos para hacerse con la mayoría accionarial de la madrileña Aldesa y de la gallega Grupo Puentes, respectivamente.
Aunque no son dos grandes referencias del sector, la compra de las dos constructoras españolas, de tamaño medio, supone la irrupción de China en el mercado de obra pública de la UE y, de paso, abren una gran plataforma para llevar a cabo su expansión internacional hacia Latinoamérica, donde los grupos españoles gozan de prestigio y de tradición frente a otros rivales europeos.
China lleva años detrás de constructoras españolas, pero las conversaciones nunca habían cuajado hasta ahora. Grupo chinos analizaron la entrada en FCC antes de la llegada de Carlos Slim, en 2014. También han mantenido conversaciones avanzadas con la familia Villar Mir para hacerse con el control de OHL. Primero fue el grupo HNA y, posteriormente, el gigante Cscic. Ninguna de estas operaciones dieron resultado . "Son compañías difíciles en este tipo de procesos que, además, se sienten incómodas en operaciones que supongan asumir riesgos financieros extremos", aseguran los expertos consultados.
En ingeniería civil, China dio el primer paso en España cuando el grupo JSTI compró Eptisa en 2016. Más recientemente, Técnicas Reunidas, Iberdrola y Naturgy ultiman un acuerdo para vender Empresarios Agrupados a otra corporación china. Todo apunta a China Petroleum Engineering & Construction Corporation.
China controla el 31% del mercado de obra pública africano y ha tejido una gran red comercial apoyando financieramente regímenes de ese continente, sustituyendo a las corporaciones europeas en países como Argelia y Egipto, entre otros. "Son muy competitivos en precios, pero su gran reto es acabar las obras bien y en plazo.
En los mercados anglosajones, además de Emiratos Árabes y Arabia Saudí, donde el incumplimiento de contrato y la parte técnica son vitales, han tenido sonoros fracasos. En países como Argelia, montan sus propios campamentos con trabajadores chinos, mano de obra barata", recuerda un exdirectivo de FCC, que compitió con este tipo de compañías.
Proyectos
En Latinoamérica, las constructoras chinas se caracterizan por pujar por proyectos singulares, de grandes presupuestos. Un consorcio formado por la china CCCC y el metro de Xi'an acaba de imponerse en la puja por construir el Metro de Bogotá (Colombia, una inversión de más de 3.000 millones de euros, que además, lleva aparejada la explotación.
También se han llevado contratos emblemáticos en Panamá como el cuarto puente sobre el Canal, adjudicado a un consorcio liderado por la china CCCC, con serias dificultades para avanzar en el proyecto debido a las diferencias con el Gobierno. "Aldesa, Puentes y las siguientes adquisiciones darán a las compañías chinas un plus de gestión, idioma y saber trabajar en el día a día de contratos donde siempre surgen dificultades que en China no saben administrar", añaden.
Balón de oxígeno para Aldesa y Puentes
"Con la compra de Aldesa y de Puentes, los chinos pueden construir una base de operaciones para pujar también por obra pública de carácter más ordinaria y trabajos más pequeños. "Tienen el soporte financiero del Gobierno chino y de su banca pública, por lo que económicamente son insuperables. Es la gran diferencia con los grupos españoles, que tenemos dificultades hasta para renovar avales con la banca", recuerdan desde una constructora española. En esa situación podría encajar Aldesa. Uno de los riesgos detectados por Moddy's antes del acuerdo de venta era su capacidad para renegociar líneas de crédito a corto plazo.
La entrada de fondos a través de una ampliación de capital permitirá a la compañía hacer frente a la emisión de bonos por 250 millones que vencen el año que viene. Aldesa facturó 1.200 millones de dólares en 2018, con una fuerte exposición a países como México y Polonia. Después del bache de facturación en 2018,
Grupo Puentes espera alcanzar en 2019 los 300 millones de euros de facturación. A diferencia de Aldesa, el grupo gallego es una empresa rentable. "En los seis últimos años hemos tenido un ebitda recurrente de entre el 6% y 8% de media y un BAI también cercano al 5% y 7%", señaló en una entrevista a EXPANSIÓN la CEO de Puentes, Purificación Torreblanca.
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