Coronavirus | El Gobierno restringe el ocio nocturno y el consumo de tabaco para frenar la pandemia
Salvador Illa reclama reforzar el control de los botellones y anuncia la prohibición de fumar en las calles de todo el país
El ocio nocturno se ha convertido en el principal quebradero de cabeza de las autoridades sanitarias para controlar la pandemia. Un brote implica un gran número de contagios y mucha dificultad para encontrar a estos pacientes por la propia idiosincrasia de estos locales. Ante esta situación, el Gobierno y las comunidades autónomas decidieron por unanimidad ayer, en una reunión extraordinaria del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (SNS), cortar el problema de raíz: cierre total de discotecas, bares de copas con y sin actuaciones musicales en directo o salas de baile.
Es una de las once medidas y tres recomendaciones que adoptó el consejo, que cada comunidad aplicará durante la próxima semana y que no tienen fecha de caducidad. «Por primera vez, se deciden actuaciones coordinadas en materia sanitaria en beneficio de todas las comunidades», recalcó el ministro de Sanidad, Salvador Illa.
Para el sector del ocio nocturno, que representa el 1,8% del Producto Interior Bruto y genera 200.000 puestos de trabajo, la decisión del Gobierno y las comunidades fue una auténtica sorpresa. «Estamos ante una situación sin precedentes que supone el bloqueo y colapso del sector del ocio nocturno y los espectáculos», apuntó la patronal España de Noche.
«No se puede cerrar un sector estratégico de este país de esta manera sin explicárselo a los empresarios, sin planificar su futuro», indicó su presidente, Ramón Mas, que anunció que llevarán esta clausura a los tribunales. No obstante, la patronal esperará a la publicación de las medidas en el BOE antes de acudir al juzgado. También los empresarios asturianos mostraron ayer su oposición a esta medida, que consideran «una estocada más» en un ya debilitado sector.
Según lo acordado ayer, además de las discotecas, los establecimientos de hostelería, restauración, terrazas y bares deberán garantizar una distancia mínima de 1,5 metros entre mesas y en la barra. Y se podrán atender a grupos de diez comensales como máximo.
Además, no podrán admitir a clientes a partir de la medianoche y deberán bajar la persiana a la una de la mañana. El mismo número, la decena, es la recomendación máxima que realizaron las autoridades sanitarias para los «grupos de convivencia estable». E Illa añadió que mejor no salir de estos grupos, que los ciudadanos disfruten de su tiempo libre o trabajen con las mismas personas.
El Gobierno también reclamó una vigilancia «más estricta» de los botellones por parte de los ayuntamientos y las comunidades. «Está prohibido tomar alcohol en la vía publica», recordó el titular de Sanidad.
Asimismo, se amplía a todo el país la prohibición de no fumar en la calle -intención aplaudida por los profesionales sanitarios- y espacios públicos si no se mantiene la distancia de seguridad de dos metros, como han hecho Galicia y Canarias. «Lo mejor es no fumar», recalcó el ministro. «Si no hay dos metros entre cada mesa de una terraza, no se puede fumar», incidió. Este veto es aplicable tanto al tabaco tradicional como a los cigarrillos electrónicos.
Residencias de mayores
El mayor incremento de los brotes de las últimas semanas se ha producido en las residencias de ancianos. Para estos centros, las comunidades y el Ejecutivo destinaron tres medidas y una recomendación. En el primer bloque, la obligatoriedad de realizar pruebas PCR a los nuevos ingresos en los centros sociosanitarios de carácter residencial, con 72 horas de antelación como máximo.
Las mismas pruebas se harán a los nuevos trabajadores o aquellos empleados que regresen de sus vacaciones. Asimismo, se limitarán las visitas a una persona por residente, con una duración máxima de una hora al día, y se garantizará el escalonamiento de las mismas a lo largo del día. Estas medidas se podrán exceptuar en el caso de personas que se encuentren en proceso del final de la vida. También se limitarán al máximo las salidas de los residentes.
Illa reconoció que las personas mayores han sido «un ejemplo para la sociedad» en el cumplimiento de las normas sociales y un espejo para los jóvenes. «Hay que ser disciplinados. No podemos ignorar que el virus está circulando», dijo el ministro. «No hacer botellones. No fumar. No tener contacto con más diez personas», resumió.
Por último, el documento aprobado ayer recoge que en caso de brote epidémico, se realizarán cribados con pruebas PCR en aquellas poblaciones de riesgo y potencialmente expuestas, como residentes en centros sociosanitarios, barrios con transmisión comunitaria, centros educativos o bloques de viviendas.
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