REDACCION
No sólo ha despertado el interés de quienes residen en la zona rural de Oviedo, sino que también es una propuesta que interesa en las dos administraciones que podrían implicarse en su desarrollo junto a la sociedad civil. Por un lado, el concejal de Economía del Ayuntamiento de Oviedo, Javier Cuesta, considera que la propuesta del comisionado para el reto demográfico de Asturias, Jaime Izquierdo, para que Oviedo sea la primera ciudad agropolitana de Asturias, recuperando así la producción y el manejo agroecológicos para revitalizar la periferia rural del concejo, «es una idea positiva» que «estamos estudiando con mucho interés». Y, por otro, el consejero de Medio Rural y Cohesión Territorial, Alejandro Calvo, considera que es «una oportunidad muy interesante» que podría marcar un antes y un después en la historia de la política agraria de Asturias.
Por ello, Calvo avanza que, si el ayuntamiento de Oviedo y su corporación considerasen la elaboración de un plan estratégico para la gestión del medio rural periurbano de Oviedo como plantea la propuesta agropolitana, la consejería, y el Gobierno de Asturias por extensión, arrimarán el hombro para que salga adelante, con la finca de El Pevidal y los servicios técnicos y recursos de investigación como el Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario de Asturias (Serida). En este sentido, la propuesta plantea que se lleve a cabo primero un proyecto piloto en el monte Naranco que tenga como base de operaciones de la gestión agroecológica esta finca sin uso de titularidad regional.
Cuesta, por su parte, recuerda que el equipo de gobierno de Oviedo tiene en el Naranco, «un espacio de transición entre lo urbano y lo rural», un plan para convertir Ciudad Naranco en un espacio saludable, del deporte y medio ambiente que «encaja muy bien con una estrategia que se sostenga sobre el carácter rural del municipio». El concejal de Economía explica que ya ha tenido una primera aproximación a la propuesta de Izquierdo, que publicaba como anexo en el libro La ciudad agropolitana. La aldea cosmopolita, y «la iniciativa e ideas nos parecen positivas».
Sobre todo, ahonda Cuesta, porque Oviedo, como remarca la propuesta de Izquierdo, tiene una extraordinaria potencialidad desde el punto de vista territorial y de los recursos naturales. «En Oviedo, aunque está muy condicionado sobre todo por su ámbito urbano, una parte muy importante del territorio es rural y, además, es una estructura rural singular, muy diversa y con mucho potencial». La propuesta agropolitana, en la línea de planes municipales que se llevan a cabo en otras ciudades, abriría a medida que avance nuevas vías de comercialización entre productores y consumidores urbanos, oportunidades laborales emergentes e iniciativas que también le resultan interesantes a Cuesta.
Oportunidades emergentes
«Tiene una vertiente de desarrollo que además es importante desde el punto de vista socioeconómico. En Oviedo el sector servicios es la base de la economía, pero nosotros aspiramos a que haya diversificación y plantear otros modelos de desarrollo es positivo», indica, valorando también el hecho de que este tipo de proyectos sirvan de tirón de arrastre para que se establezcan alianzas entre instituciones. También ve importante que «iniciativas innovadoras» como esta propuesta descansen en la sociedad civil y, en este sentido, confía en analizar con Izquierdo esa primera experiencia piloto en el Naranco con una mayor profundidad.
or su parte, el consejero de Medio Rural y Cohesión Territorial considera que sería una buena noticia para Asturias que la corporación municipal de Oviedo iniciara este camino con la puesta en marcha de un plan municipal para la gestión agroecológica de su medio rural periurbano. Principalmente por las oportunidades que se abrirían en el concejo para la alimentación de proximidad, la recuperación de ecosistemas, la conservación de razas ganaderas y variedades de cultivos, la «gestión activa» de los paisajes rurales o la creación de nuevas oportunidades de empleo. «A mayores, la recuperación y actualización de los sistemas agroalimentarios locales, además de contribuir a incrementar el abastecimiento de las ciudades, contribuye a disminuir los riesgos ambientales, los desequilibrios de la fauna y, sobre todo, a luchar contra el cambio climático», señala.
Razones por las que, recuerda Calvo, «son muchas las ciudades pequeñas e intermedias en todo mundo, similares en población y tamaño a Oviedo, que desde hace años trabajan en la recuperación de su periferia rural como parte de la política territorial y ambiental de la ciudad». Ensayar esa vía en Asturias no sólo es importante sino que ahora, tras la llamada de atención de la pandemia de coronavirus, es el momento para hacerlo.
«En estos tiempos de tanta incertidumbre conviene buscar certezas y, desde luego, recuperar capacidad productiva de alimentos desde lo local contribuirá a disminuir nuestra dependencia exterior y a reforzar la seguridad alimentaria», considera Calvo, que recuerda que la propia ley para el desarrollo sostenible del medio rural dedica además atención a la necesidad de definir estrategias para el medio rural periurbano y plantea el concepto de agricultura territorial.
De ahí que Calvo considere que la propuesta agropolitana para Oviedo, de llevarse a cabo, marcaría la transición a una agricultura posindustrial, después de que en los años 60 y 70 del siglo pasado se transitaba de la preindustrial a la industrial. «La diferencia entre ambas transiciones estriba en que la primera se formuló desde una política estatal que desarrolló una estrategia de aplicación de arriba abajo y para todo el territorio nacional; ahora estamos ante un escenario diferente que requiere estrategias nacidas desde abajo, desde lo local, con gran capacidad de concertación institucional desde lo local a la Unión Europea, pasando por los gobiernos regionales y estatales y, también, con gran capacidad de concertación entre los propietarios de las tierras y las administraciones públicas», señala Calvo.
Impulso a las pequeñas agriculturas «de país»
Es por ello, explica, que propuestas como la que se plantea en Oviedo se construyen «sobre la base de un proyecto local que pueda crecer a través de la concertación». Calvo, además, anunciaba recientemente una nueva estrategia de desarrollo para el sector agroalimentario de Asturias que 'casa' «totalmente» con la propuesta agropolitana para Oviedo, que en un futuro lógicamente podría extenderse al resto de ciudades y villas asturianas.
«Estamos dando los primeros pasos en esa dirección», apunta Calvo, que explica que la consejería pretende desarrollar «los conceptos de agricultura territorial, de agricultura de proximidad y, sobre todo, poner en evidencia algo sobre lo que se ha teorizado mucho: el papel multifuncional de la agricultura, la ganadería y las actividades forestales que, cuando se activan de forma integrada y se aplican sobre sistemas territoriales locales, conservan la naturaleza, evitan incendios, controlan plagas y recuperan sabores y saberes que forman parte de nuestra identidad cultural más arraigada».
En este sentido, recuerda que Asturias tiene grandes oportunidades en las agriculturas de escala y más especializadas y con vocación exportadora sobre sectores clásicos, como pueden ser la leche, la carne o el kiwi-, pero «ahora queremos desarrollar las pequeñas agriculturas territoriales que en Francia denominan de país que, en nuestro caso, son las que hasta mediados de siglo pasado se desarrollaban en las tierras que circundan aldeas, villas y ciudades».
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