viernes, 15 de enero de 2016

Pedro Olalla...Helenista.

Pedro Olalla.

Helenista

"Deberíamos plantearnos si esta Europa que estamos creando es compatible con la democracia"

Pedro Olalla es helenista, autor, fotógrafo y sin embargo, desde hace años se le llama para opinar sobre macroeconomía y desastres sociales. En los últimos años se ha convertido en una referencia para conocer cómo se ha vivido en Grecia, desde dentro, lo estragos de la gran recesión y los rescates a los que se ha sometido al país. Olalla estará este jueves, a las 20:00 horas, en la Casa de la Cultura de Pola de Siero para hablar de 'Grecia: la recuperación de los conceptos' a raiz de la publicación de su último libro 'Grecia en el aire. Herencias y desafíos de la antigua democracia ateniense vistos desde la Atenas actual'.
Luis Ordóñez

LUIS ORDÓÑEZ

@LORDOLORDOR
JUEVES 14 DE ENERO DE 2016
¿Por qué ya no se habla de Grecia en el debate de la actualidad como hace sólo unos meses?
Tengo la impresión de que desde el principio interesaba hablar de Grecia a quien controla toida esta situación porque la gravedad sigue siendo la misma; los momentos de atención han sido puntuales: cuando se estaba a las puertas de firmar un nuevo tramo del rescate, cuando se iba a celebrar el referedum fallido de Papandreu, cuando se celebró el de Tsipras en el que el 'no' se convirtió en un 'sí'. Se ha centrado la atención en Grecia cuando se quería hacer ver que se rompía la normalidad, que se ponía en peligro a sí misma y a Europa pero ahora parece que ha vuelto a la normalidad. Y no son mis palabras, son las de la prensa europea que informaba sobre lo que ha pasado aquí. Cuando se empezaron a cerrar bancos, en esos momentos, estoy convencido de que si Tsipras hubiera firmado el tercer memoradum sin rechistar, con las mismas consecuencias que tuvo después, no hubiera sido noticia. Lo pasa es que esa normalidad es que la cuarta parte de la población griega vive bajo el umbral de la pobreza, que se han cerrado 300.000 empresas, que se ha perdido el 50% del poder adquisitivo, o que hay más de dos suicidios al día o cómo ha aumentado la pobreza infantil. Se habla de Grecia cuando interesa hacer ver que está en peligro esta situación cuando lo grave es que se considere normalidad a esto.
Si Tsipras hubiera firmado el tercer memoradum sin rechistar no hubiera sido noticia
También había partidos que tomaron como modelo de referencia a Syriza y ahora hablan menos de Grecia.
Claro, me refiero a cómo trasciende esto a las agencias de noticias. Respecto a las reacciones de los partidos políticos, ha habido quien tenía claro que Tsipras era una opción de continuismo y no de ruptura, y esos ya lo verían antes; pero el que creyera otra cosa se ha encontrado con que se ha convertido en el ejecutor del tercer rescate, igual que los partidos tradicionales y por eso ahora mismo en Grecia yo creo que hay un sentimiento de desencanto y traición. Los partidos, más bien los movimientos, que en general se identificaban o se acercaban a Tsipras ya no quieren volver a salir en esa foto. Otros siguen pensando que se puede cambiar Europa desde dentro y que él ha marcado una diferencia.
Habla de lo terrible de que se asuma como normal la situación de Grecia.
Es que es cada vez más grave, avanzamos en el deterioro, son hechos que se pueden medir. La deuda y la precariedad han aumentado y los ingresos siguen disminuyendo, las privatizaciones siguen avanzando. En cualquir otra circunstancia, un gobierno que presentara un balance así de sus políticas hace años hubiera caído en el desprestigio, pero como son los planes marcados por el Eurogrupo se presentan como el único camino y no se cuestionan, parece que es lo único que podemos hacer.
Se desmantela soberanía en un lugar tan emblemático como Grecia, cuna de la democracia
¿Cree que a Grecia se la ha tomado como una especie de chivo expiatorio?
Sí, como un laboratorio donde ensayar esas políticas para comprobar el alcance de la resistencia social, de cómo una sociedad puede reaccionar antes esas medidas y esas presiones. Hay países que tienen más deuda pública que Grecia, no es el que tiene mayor número de funcionarios, ni el que tiene más corrupción o más propiedad inmobiliaria en manos de particulares. El supuesto rescate se hizo para evitar el desmoronamiento del euro y evitar el contagio a otros países. Pero además estas medidas que se aplican están sirviendo no sólo con carácter experimental sino con un simbolismo no exento de intencionalidad. Se desmantela soberanía, el valor del sistema parlamentario en un lugar tan emblemático como Grecia. El parlamento ya sólo tiene que acatar lo que le llega y que eso pase en la cuna de la democracia también es relevante.
¿Cómo está viviendo Grecia la crisis de los refugiados sirios, por estar en primera línea?
Grecia tiene un problema grande con la inmigración que no es efecto sólo de la guerra de Siria. Ahora ha llegado un gran aluvión pero ya desde la década de los 90 recibe a mucha gente que se queda atrapada en sus fronteras porque es que Grecia no tiene frontera terrestre con otros países de la UE y por los tratados de Dublín, la UE ayuda económicamente al país para que los retenga en su territorio. Este proceso ha hecho que se convierta en una jaula de refugiados e inmigrantes. Luego se asientan en lugares próximos a Atenas donde se están creando campos de refugiados. Un ejemplo esw Mitilene, que en 2015 recibió a más 300.000 inmigrantes, y tiene una población de 60.000 personas, es algo que no puede resistir ningún lugar. Es una prueba de choque para Grecia que ya vive una situación de emergencia, en este sentido las políticas de inmigración de la UE están siendo muy deficientes.
Si Grecia necesita volver a una moneda nacional es para poder declararse en quiebra
¿Cree que puede llegar a suceder una 'salida temporal' del euro por parte de Grecia como llegó a sugerir el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble?
Eso es lo que quisiera Schäuble porque eso sería la ruina para Grecia. No, no debería caer en esa trampa de introducir una moneda paralela pero manteniendo a Grecia en la UE y con su deuda en euros. Eso sería una política destructiva y colonial. Creo que Grecia no tiene otra salida que abandonar la UE y el euro, pero además llevar su deuda y sus memorandum ante tribunales internacionales; no ser obligada a pagar su deuda en euros. Si Grecia necesita volver a una moneda nacional es para poder declararse en quiebra, recuperar la soberanía. 
¿Cuáles son las perspectivas de los partidos políticos ahora en Grecia?
Es evidente que el desatre del bipartidismo tradicional ha sido enorme y se ha acelarado con la crisis. En el caso de la caída del Pasok se vio muy claro; y también ha tenido crisis internas Nueva Democracia. Pero Syriza, que fue presentada como algo diferente se ha quedado como un refresco de esta misma situación. Y ya pueden estar contentos los neoliberales europeos por tenerlos como ejecutores de sus políticas. Mientras sigan las cosas al gusto de los que mueven las riendas en Europa tendrán apoyo para seguir gobernando. La posibilidad de que Nueva Democracia recupere el gobierno siempre está ahí pero eso no sería un cambio. El problema de Grecia es que ahora no hay oposición y ahora menos que nunca porque todos son pro rescate y ahora ya da igual quien gobierne porque es la Comisión Europea y las decisiones se toman en otros centros. Sólo podrá revertirse esta situación si quienes en Grecia han cultivado un discurso disidente logran ganarse el apoyo de una parte significativa de la población y se organizan de forma más eficaz para llegar al gobierno.
¿Pueden influir en Grecia los resultados electorales en otros países?
Los cambios tendrían que ser muy radicales. Varoufakis quiere crear un frente común europeo para cambiar las cosas desde dentro pero yo nunca he creído en ese discurso. Europa ya ha demostrado que no quiere cambiar, sólo que se acate; que es una superestructura para convertir el poder de facto de determinadas élites en uno de iure en una organización opaca que pase por encima de los estados y los parlamentos. Esto lo demuestra la UE con sus acciones, con sus tratados atlánticos. Deberíamos plantearnos si esta Europa que estamos creando es compatible con la democracia y nuestras aspiraciones de justicia social. Desconfío de las posibilidades de darle un giro a Europa para convertirla en más progresista, en todo caso, a Grecia ya no le queda tiempo.

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