viernes, 31 de julio de 2020

A vueltas con el CO 2.

Tras la caída de emisiones de CO 2 , ¿habrá una recaída?

En lo que respecta al clima, una golondrina no hace verano, pero nunca se había visto nada
igual en la historia.
Publicado en 27 julio 2020 a las 14:25
Emanuele Del Rosso | Cartoon Movement
La disminución de las emisiones de CO 2 y del consumo energético relacionado con la crisis de la covid-19 no tienen precedentes. Ni las crisis del petróleo de 1973 y 1979, ni la crisis de 2009 tuvieron estos efectos. La empresa de consultoría Enerdata, que acaba de publicar su balance energético mundial anual, estima un descenso del 7,5% en el consumo energético mundial en 2020 y una disminución del 8,5% de las emisiones de CO 2 relacionadas con la energía. Esto se debe, evidentemente, a una recesión mundial: el FMI estima una caída del PIB de un 3% en 2020.
La caída en Francia es aún más pronunciada, con un descenso de un 10% del consumo energético y de un 12% de las emisiones de CO 2 , cifras que se asemejan a la media europea. De hecho, el impacto económico en Europa ha sido mayor que en el resto del mundo (en mayo se estimó una caída del 8,2%, pero desde entonces se ha superado la cifra), debido a la magnitud de las medidas de confinamiento y al cese de actividad.

«Las emisiones de CO 2 han disminuido mucho más que el consumo energético», señala Bruno Lapillone, uno de los autores del estudio y cofundador de Enerdata. A nivel mundial, la diferencia es de un punto porcentual, pero en Alemania es mucho mayor. ¿A qué se debe esta diferencia? «Al aumento de la proporción de energía libre de CO 2 en la producción eléctrica», afirma el experto. Con la crisis, el consumo eléctrico en Europa ha disminuido aproximadamente un 10% en 2020. Si bien durante el confinamiento los hogares han consumido más electricidad que habitualmente, este aumento está lejos de haber compensado la caída en la industria.
Cuando la demanda eléctrica baja, los suministradores de energía tienden a prescindir de los medios de producción cuyos costes marginales son más altos (centrales térmicas de carbón o de gas) y prefieren aquellos medios cuyos costes marginales son bajos o nulos (centrales nucleares, eólicas y paneles solares). Por ejemplo, en una eólica, la producción de un kW-h adicional no cuesta nada en comparación con los kW-h ya producidos, mientras que en una central energética que utiliza combustibles fósiles, hay que pagar el precio del combustible.
La reducción del consumo eléctrico debido al coronavirus ha supuesto que se utilicen en mayor medida medios de producción con un coste marginal bajo. En 2020, esto conllevará un aumento de los medios de producción libres de CO 2 , principalmente de las energías renovables. En Alemania, la proporción de energías renovables en la producción eléctrica podría pasar de un 42% en 2019 a un 49% en 2020. En Francia, se pasaría de un 21% a un
25%. Sin embargo, no hay que sacar conclusiones precipitadas de estas cifras: no son el resultado de un mayor uso de energías renovables, sino de una reducción temporal de la demanda de electricidad, que tiende a favorecer los medios con los costes marginales más bajos.

La disminución de las emisiones de CO 2 en 2020 ha sido espectacular, pero no tendrá un gran impacto en el futuro. “Es la consecuencia directa del cese de la actividad y del aumento del peso relativo de las renovables en la producción eléctrica”, insiste Bruno Lapillonne. “El efecto es temporal y se prevé un rebote con la reactivación del crecimiento en 2021. Lo único que queda por saber es el nivel de este crecimiento y su contenido de CO 2 durante los próximos años.”
“Los cinco próximos años van a ser determinantes”, afirma Pascal Charriau, presidente de Enerdata. Podríamos presenciar la vuelta a un statu quo anterior, es decir, un modelo de crecimiento insostenible que nos alejaría definitivamente del objetivo de mantener el calentamiento global por debajo de los 2⁰ C, en lugar de encaminarnos hacia una transición ecológica compatible con la protección del planeta. “Las medidas actuales de recuperación económica nos ofrecen unas oportunidades con las que no contábamos hace seis meses”, observa Pascal Charriau, “y determinarán las tendencias a largo plazo”. Sin embargo, hoy en día es imposible saber hacia qué lado se inclinará la balanza. Los poderes públicos, los ciudadanos y las empresas comparten la responsabilidad y se dividen entre los que quieren volver rápidamente al mundo anterior a la pandemia y los que prefieren aprovechar las oportunidades de esta crisis para impulsar la transición ecológica fomentando, por ejemplo, el teletrabajo y el transporte moderado en coche y en avión.
En cualquier caso, el informe energético de Enerdata muestra hasta qué punto el mundo previo a la crisis es incompatible con un calentamiento global inferior a 2⁰C. En la segunda década de siglo, las emisiones mundiales de CO 2 han aumentado claramente a un ritmo inferior al de la primera, pero continúan creciendo en lugar de estabilizarse para después
poder disminuir (ver la siguiente gráfica.)

La ligera disminución de las emisiones de CO 2 de los países del G20 [1] en 2019 (0,4%), tras el rebote significativo de 2017 y 2018 es, desde luego, una buena noticia. Se debe principalmente a que los países de la OCDE han reducido su consumo de carbón (gráfica más abajo), sobre todo en Alemania y Reino Unido en favor de las energías renovables, y en Estados Unidos gracias al éxito del gas de lutita.
Sin embargo, el descenso de emisiones de CO 2 producido el año pasado no debe darnos falsas esperanzas: sigue siendo insuficiente. Enerdata señala que, para conseguir mitigar los efectos del cambio climático, los países del G20 tendrían que reducir sus emisiones colectivas un 3,5% anual, es decir, la mitad de un “efecto coronavirus” al año. Aunque por supuesto, sin el desastre a nivel social.

Según la famosa expresión matemática “identidad de Kaya”, las emisiones de CO 2 relacionadas con la energía dependen de tres factores: el PIB (el nivel de consumo), la intensidad energética del PIB (la energía necesaria para producir una unidad de PIB) y el “factor carbono” (la cantidad de CO 2 en una unidad de energía consumida). Ahora bien, apunta Pascal Charriau, “si hay que reducir las emisiones mundiales un 3,5% al año para alcanzar el objetivo de 2⁰C y al mismo tiempo mantener la hipótesis de un crecimiento
económico de un 3% anual (el nivel de la última década), habría que reducir 6,5 puntos al año la intensidad del CO 2 en la economía.
Aún estamos muy lejos de eso.” Para alcanzar este objetivo, se podría reducir un 3,5% anual la intensidad energética y un 3% anual el factor carbono. Son avances que nunca antes se han conseguido, y aún estamos muy lejos. La intensidad energética ha disminuido aproximadamente un 1,5% anual de media en las dos últimas décadas y 2019 no ha alterado este dato. En lo que respecta al factor carbono, la media de los últimos cinco años se sitúa alrededor de un 0,5% anual y el récord conseguido en 2019, un descenso de un 1%, solo representa un tercio de lo que se debería conseguir.

Estas cifras desvelan una dura realidad: el ritmo del avance tecnológico que se ha conseguido estos últimos veinte años para minimizar el CO 2 en la producción energética y utilizarla más eficazmente no es suficiente para alcanzar los objetivos climáticos. Probablemente la situación no cambie en los próximos cinco años, a pesar de que ahora es el momento adecuado para comprometerse a reducir las emisiones. En este sentido, será cada vez más difícil ignorar el tercer factor de la identidad de Kaya: reducir el PIB y,
consecuentemente, redistribuir la riqueza.

[1] Representan cuatro de cada cinco emisiones mundiales.
Este artículo se publica en colaboración con European Data Journalism Network.
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La reconversión de la hostelería: «Esto es un mazazo para el sector»

Propietarios de locales en Asturias creen que las nuevas restricciones impuestas por el Principado hacen pagar a todo un sector por la irresponsabilidad de los incumplidores

Vista de la terraza de El Patio de Butacas de Pola de Siero
Vista de la terraza de El Patio de Butacas de Pola de Siero

GIJÓN 
 
Reconversión minera, siderúrgica, naval, láctea o industrial. Asturias tiene larga experiencia de décadas en procesos de ruptura económica, y parece que la hostelería va a protagonizar el próximo episodio. Un golpe para el sector que va a causar muchos cierres: así se percibe desde el segmento de bares de copas, pubs y discotecas las nuevas restricciones adoptadas por el Principado para combatir la COVID 19, entre otras el cierre de establecimientos como muy tarde a las dos de la madrugada y la prohibición de atender en barra después de medianoche. Tras el brote de la cervecería Urban’s, en el barrio ovetense de La Corredoria, y los positivos asociados a La Buena Vida, en Gijón, sociedad y autoridades han puesto el foco en un sector en el que se considera que están pagando justos por pecadores. Los propietarios creen que los mayores incumplimientos y negligencias se están dando en los locales más grandes y más orientados al baile con música amplificada.
 
Tania López es la propietaria de El Patio de Butacas, en Pola de Siero. «Estamos un pelín decepcionados y disgustados con la decisión», reconoce y admite que solo les queda aguardar en calma tensa «lo que puede pasar con el sector». «Sinceramente, esto es un mazazo para la hostelería», lamenta con cierta resignación, ya que cree que «se está criminalizando a la hostelería cuando los brotes pueden salir en cualquier otro sector».
Un segmento de actividad en el que se han tomado «medidas del todo exigentes desde el primer día, desinfectando mesas y sillas cada vez que se levanta un cliente, pomos y puertas, servicios, trabajando con mascarilla las horas que haga falta… lo único que conseguimos a cambio son restricciones cada vez más y más severas».

 
En este sentido, no puede evitar pensar que la mala praxis de algunos grandes incumplidores del ocio nocturno está arrastrando consigo a todo el sector en el Principado. «Seguramente habrá locales que no lo hayan hecho bien y no acaten las normas», apunta. No obstante señala que la gran mayoría de establecimientos están cumpliendo, «respetando la distancia de seguridad y perdiendo de vender un montón por el aforo».
   
En su propio negocio tienen que, en muchas ocasiones, impedir la entrada «cada día a personas que vienen a tomar algo y no caben». «Acataremos y llevaremos a cabo las normas», insiste, si bien recalca que «no puede ser que uno de los sectores más restringidos y que más ha sufrido sea al que cada vez se le estén tirando más piedras encima». «Yo ya no sé qué más tenemos que hacer», comenta, ante lo que considera que «es un acoso y derribo. Van a cerrar un montón de locales a los que echaremos en falta cuando dejen de facturar y pagar impuestos».
Esta hostelera lamenta profundamente el daño a largo plazo que se le está haciendo al turismo en la región, con «comentarios despectivos hacia otras comunidades y a través del acoso interno a los propios negocios de hostelería».
Unas medidas pensadas para las discotecas
Fernando Neira, propietario del pub Morrison, en Gijón, reconoce que, en su caso, les «afecta más el tema de la barra, porque tenemos una grande y es una medida medio rara». Y es que no puede evitar preguntarse si «el virus no está hasta las 12 de la noche, pero luego ya puede contagiarse».
 
Considera, en este sentido, que se trata de una limitación pensada especialmente «por las discotecas» que se ha aplicado a todo el sector «en común». El establecimiento tiene, en circunstancias normales, licencia para cerrar más tarde de las dos de la madrugada, no obstante su propietario considera que «al establecerse un horario de cierre para todos por igual ya va a entrar en juego el sentido común de la gente, ya que si quieren disfrutar de un bar tendrán que ir más temprano».
 
Fernando Neira, propietario del pub Morrison
Fernando Neira, propietario del pub Morrison
 
Cree que «esas horas muertas que había antes a la hora de la cena las tendremos ahora más ocupadas, porque la gente saldrá más temprano». «Si no nos cierran hay que acatar lo que nos dicen», asume y recalca que «si esto beneficia a que haya menos contagios nos sumamos y haremos respetar a rajatabla lo que nos piden».
Horas de más facturación
Miguel es el dueño del Rocket Rock & Roll Bar de OviedoEntre las reestriciones al ocio nocturno adoptadas reconoce que «el nuevo horario» es la que más efecto tendrá en su negocio, ya que le priva de «las dos horas de más facturación».
 
Parte del interior del bar Rocket de Oviedo
Parte del interior del bar Rocket de Oviedo
 
Considera que los clientes «tendrán que empezar a salir antes», algo que ve complejo, ya que «en Oviedo el fin de semana la gente viene tarde a los bares, porque está en la playa, en el pueblo… de lunes a jueves no nos afecta tanto».
   
Por suerte dispone de «un local amplio con nueve mesas de antes, por lo que tenía el trabajo hecho previamente». Ante la prohibición de atender en la barra a partir de medianoche destaca que va a proceder a implementar esta medida «no ya a las doce, sino directamente». «Si tengo que ponerme a las doce a decirle a la gente que se siente va a haber conflicto», prevé.
En esta línea admite que prefiere «tirar por la calle de en medio y tener a todo el mundo sentado, que además se controla mejor el aforo».

A la escuela Sr.Alcalde, a la Escuela....

Oviedo empezará a trabajar en la candidatura de la Unesco «tras el verano»

Oviedo empezará a trabajar en la candidatura de la Unesco «tras el verano»

El alcalde asegura que «hay que estudiar bien la normativa y no precipitarse» para evitar bloqueos que la hagan «inviable»

A. ARCEoviedo.
La Vetusta de 'Clarín' continúa en su empeño por posicionarse a la altura de las grandes capitales culturales europeas. Eso sí, no será de hoy para mañana. El alcalde, Alfredo Canteli, aseguró ayer que el Ayuntamiento comenzará a trabajar en la candidatura a Patrimonio de la Humanidad por la Unesco «después del verano». En sus palabras, actualmente «desconocemos realmente todos los condicionantes que nos puede llevar una declaración tan importante», admitió. «Primero hay que estudiar la normativa y ver a qué nos llevaría ese reconocimiento», anunció. Porque «declarar a Oviedo Patrimonio de la Humanidad, si al día siguiente te bloquean como un BIC general, sería inviable. Hay que estudiarlo bien y no precipitarse», sentenció.
En ese sentido, Oviedo aspira a recibir el reconocimiento en su conjunto y no solo en el pedazo del casco histórico que motivó la abstención del Grupo Municipal Socialista en el Pleno. Ahora, toca buscar apoyos en las Administraciones central y autonómica. «Yo espero el apoyo de todos, de todos», reiteró el primer edil. «Eso se aprobó en el Pleno del martes y a partir de ahí lo que hay que hacer es empezar a trabajar por ello», enfatizó. «No podemos quedarnos parados ahora», y que «de un acuerdo que ya tomamos, dentro de dos años se nos pregunte qué pasó con aquello», concluyó el popular. Pues el resultado, repitió, «tiene que ser siempre positivo para Oviedo y para Asturias».
 

Para Oviedo y para Asturias

Asimismo, Canteli, a tenor de la necesidad de contar con el respaldo del Principado, explicó, esquemático, que «al final, si viene la gente a Oviedo, viene la gente a Asturias», concluyó.
El esquema de Canteli y los suyos, por tanto, será distinto al que trató de llevar a cabo en su día la Corporación de Gabino de Lorenzo hace ya veintidós años. En ese entonces, la ciudad trató de conseguir el reconocimiento para su casco histórico y fracasó. A excepción eso sí, de un premio que llegó en forma de dicha declaración para la fuente de Foncalada, San Julián de los Prados y la Cámara Santa. Trece años antes habían recibido el mismo honor Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo.

Lo que faltaba pal Duru!

La Autoridad Fiscal aconseja «reevaluar» las líneas AVE pendientes de construir, como la de Asturias

La Autoridad Fiscal aconseja «reevaluar» las líneas AVE pendientes de construir, como la de Asturias

Plantea estudiar si en alguno de los proyectos, entre ellos el asturiano, se puede lograr la misma movilidad con menor coste

P. SUÁREZGIJÓN.
Apenas unos días después de que el ministro de Fomento, José Luis Ábalos, plantease un recorte en la inversión del AVE en Asturias para destinar ese dinero a la mejora de los cercanías, un nuevo organismo se ha unido de forma contundente a esta corriente. No es otro que la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), que sugiere al Gobierno reevaluar y replantear las inversiones y proyectos pendientes de ejecutar en ferrocarril de Alta Velocidad Española (AVE). El objetivo de esta idea sería, según argumentan, determinar si, «toda vez que España ya cuenta con la segunda red AVE más extensa del mundo» -de más de 3.000 kilómetros de longitud-, en algún proyecto pendiente concreto, entre ellos el asturiano, se puede lograr el mismo objetivo de movilidad «con menor coste y mayor eficiencia».
Esta es una de las propuestas que la entidad presidida por Cristina Herrero incluye en el estudio realizado sobre infraestructuras de transporte dentro de la segunda fase del 'Spending Review'. En este documento, Airef calcula que todavía sería preciso invertir 73.000 millones de euros en el caso de que el país decida construir toda la red AVE incluida en los últimos planes de infraestructuras aprobados, que llevarían a casi triplicar la red actual, la cual ya ha supuesto unos 61.000 millones para las arcas públicas. En la actualidad, además del asturiano, España tiene en construcción las obras finales del AVE a Galicia, Extremadura, Burgos, el País Vasco y Murcia, además de completar los corredores mediterráneo y atlántico.
 
Pese a que la entidad asegura que esta infraestructura ha sido construida con un coste óptimo y ha redundado en reducciones medias del 27% en el tiempo de los viajes y del 14% en el precio de los billetes, también constata que esas ventajas han sido mayores en las provincias y regiones que ya tenían mejores conexiones de transporte, con lo que «ha contribuido a aumentar las disparidades provinciales y, por lo tanto, no se observa un aumento de la cohesión social». Además, Airef insiste en que la red AVE está infrautilizada, con lo que todas las líneas presentan una «rentabilidad socioeconómica entre nula y mínima». «Los beneficios sociales del AVE no compensan los costes fijos de su construcción, y menos aún ofrecen seguridad en escenarios sujetos a incertidumbre y en los que el coste de oportunidad de los fondos públicos es elevado», apunta el informe.

Estrategia ministerial

Por su parte, tal y como publicaba EL COMERCIO el pasado lunes, la estrategia que el Ministerio de Transportes madura para los próximos seis años iría enfocada en esta dirección, lo que constataría un golpe de timón al ferrocarril. La diferencia entre inversiones es evidente. Según los informes de Intervención General del Estado, en la comunidad la empresa pública Adif ejecutó inversiones en la red ferroviaria de 271,1 millones entre 2015 y 2019. El 84,1% se concentraron en avanzar la variante de Pajares en la vertiente asturiana, mientras que para las líneas convencionales quedó el 15,9%. Una fórmula de reparto que podría cambiar próximamente.