jueves, 30 de julio de 2020

Nombela, esperanzado...

Coronavirus | «Tengo esperanzas en la novedosa vacuna que inocula ARN del virus»

El reputado microbiólogo César Nombela, en el exterior de la residencia de La Granda. / OMAR ANTUÑA
El reputado microbiólogo César Nombela, en el exterior de la residencia de La Granda. / OMAR ANTUÑA

«No tenemos por qué sufrir una segunda oleada si nos esforzamos en controlar los focos y rebrotes. Eso es lo importante ahora»

EUGENIA GARCÍAla granda.
El catedrático de Microbiología y expresidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas César Nombela (Carriches, Toledo, 1946) inauguró ayer la edición número 42 de los Cursos de La Granda con una ponencia en la que abordó desde los orígenes hasta las posibles soluciones futuras de la que considera la mayor emergencia global del planeta del siglo XXI, la pandemia del coronavirus, que aún está «en fase aguda» y que, confía reforzará el papel de la ciencia como referente para la gestión pública.
-¿Estamos ante una segunda oleada de la COVID-19?
-Lo importante es que tenemos nuevos rebrotes y focos que hay que controlar con energía. No tenemos por qué tener una oleada generalizada si nos esforzamos por controlar esos focos.
-¿Cómo cree que se está controlando la situación en España? ¿Y en Asturias?
-El comportamiento en España no ha sido muy homogéneo, con momentos iniciales más erráticos y, ahora, rebrotes que hay que controlar en lugares concretos. Asturias tiene de las mejores cifras en cuanto a número de afectados por habitantes y en cuanto a mortalidad, y eso hay que reconocerlo. Quiere decir que hubo un eficaz control.
-El Gobierno asturiano está siendo restrictivo. ¿Es este el camino correcto?
-Creo que, a la vista de los resultados, las medidas que ha tomado Asturias merecen una consideración favorable. En este sentido hay que invitar a no confiarse, redoblar las precauciones, porque hoy por hoy prevenir el contagio al máximo es la regla de oro. Y, cuando se produce, hay que tratar de rastrearlo y evitar que pueda multiplicarse.
-¿Hemos aprendido alguna lección de la primera fase de la enfermedad?
-Las autoridades no habían hecho las previsiones debidas en cuanto a disponibilidad de material sanitario y planificación de utilización hospitalaria, y por eso nos vimos desbordados de una forma tremenda. Ahí, realmente, la lección es clara: no se puede estar tan inerme ante la posibilidad de que surja una pandemia. Hay que tenerlo mejor previsto.
-¿Cree que podríamos vernos abocados a un nuevo confinamiento?
-Realmente espero que no, porque en estos rebrotes, aparte de que la población afectada es diferente, la mortalidad está siendo más limitada. Desgraciadamente no ocurre, ni ocurrirá, como con el primer SARS-CoV, el de 2003, que acabó desapareciendo espontáneamente. Pero la evolución del virus está llevando al predominio de alguna estirpe que, siendo contagiosa, produce un cuadro de menor gravedad, estadísticamente hablando.
-Todas las esperanzas están puestas ahora en las vacunas.
-Se puede afirmar que con tantas estrategias y esfuerzo habrá vacuna, y no tardará demasiado, quizá de aquí a diez o doce meses. Pero a partir de ahí hay que ser cautos: no solo hay que desarrollarla, sino producirla.
-¿Hay algún grupo en el que tenga puesta su confianza?
-Me atrae mucho el que estudia la posibilidad de desarrollar una vacuna a base del ARN del virus -es el caso de la estadounidense Moderna-, porque sería la primera vacuna de este tipo en administrarse y, además, sería más fácil producirla a gran escala. Científicamente es una aproximación muy interesante, pero al mismo tiempo algo que hay que tomar con precaución. La estrategia del grupo del CSIC encabezado por Luis Enjuanes e Isabel Sola -que participará hoy en la residencia de La Granda- me parece muy atractiva porque tienen un buen dominio de los coronavirus, manejan muy bien este organismo y se están dedicando a estudiar cómo administrarlo como un virus atenuado.
-Mientras llega esa vacuna...
-Las medidas de protección como mascarilla o higiene de manos, sin implicar un riesgo cero, son lo único que nos aproxima a disminuir las posibilidades de contagio.
-¿Es compatible esta situación epidemiológica con el desarrollo de la actividad económica?
-Tenemos que hacerlo posible. Conocemos los riesgos de contagio, por tanto apliquemos las medidas de protección aunque supongan una inversión. Test, seguimientos de contactos... Son inversiones necesarias para mantener operativa la economía.
-Quedan aún muchas incógnitas sobre el virus...
-Necesitamos fármacos eficaces para combatir el virus y sus efectos, más allá del remdesivir y la dexametasona, y saber cómo aplicarlos mejor. Esas son respuestas que hay que esperar de los 3.000 ensayos clínicos en marcha. También necesitamos las vacunas. Y sobre todo educar a la población para que acepte que los sacrificios, en cuanto a protección, son la clave.

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