El Pleno aprueba proponer Oviedo a la Unesco como Patrimonio de la Humanidad
Sale adelante sin unanimidad, tras rechazar limitar la candidatura al casco histórico como solicitaban PSOE y Somos para evitar otro fiasco
El Pleno aprobó ayer solicitar a la Unesco la declaración de Oviedo en su conjunto como Patrimonio de la Humanidad. «Esta es una cuestión de convicciones, uno se cree que su ciudad presenta las condiciones para ser Patrimonio de la Humanidad o no se lo cree. Quien se lo crea, y es el caso de Vox, encontrará múltiples argumentos para fundamentar la propuesta; el que no, buscará variados pretextos de menor cuantía que rayen el estrambote por su mediocridad», resumió la portavoz del grupo proponente, Cristina Coto.
Los cinco grupos que conforman el Ayuntamiento abundaron en los méritos de la ciudad -el Prerrománico, origen del Camino, «bonita», «patrimonial», «con una historia que nos hace únicos»-, pero no hubo unanimidad. El PSOE, que recordó el fracaso del intento realizado en 1997 y presentó hasta ocho enmiendas para «contribuir a que la candidatura sea un éxito», se abstuvo, tras no ser admitida ninguna de ellas. Así que, con el voto a favor de PP, Ciudadanos y Somos y la abstención de PSOE, el equipo de gobierno tiene un doble mandato del Pleno: señalizar adecuadamente el patrimonio de la ciudad y reclamar al Estado y al Principado su implicación en su conservación y difusión y «a emprender los trabajos e impulsar las acciones necesarias para que la ciudad en su conjunto sea declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco».
Tanto Anabel Santiago, por Somos, como Diego Valiño, por el PSOE, defendieron que el ámbito de la candidatura debe limitarse. La Unesco, señalaron, reconoce conjuntos, cascos históricos no ciudades enteras. El socialista recordó, además, que el derribo de El Fontán fue causa del anterior fracaso y recomendó circunscribir la iniciativa al Oviedo redondo, intramuros, y al industrial: La Vega, Trubia y la Fábrica de Gas, «dos realidades que han sabido convivir y complementarse».
No pudo ser. El concejal de Cultura, José Luis Costillas, defendió «no limitarnos antes de empezar esta empresa» y la portavoz de Vox siguió la misma línea: «Esto es tan solo un pistoletazo de salida por lo que no tenemos que autolimitarnos de antemano». «Tenemos un extraordinario patrimonio industrial», admitió, pero esas cuestiones «deberán ser abordadas en un órgano que debería constituirse al efecto» y para el que pidió expresamente el liderazgo del alcalde, Alfredo Canteli.
Ni el primer edil intervino en el debate ni el equipo de gobierno recogió el guante del órgano planteado por Vox, porque, aunque Coto, llamó al «optimismo», Costillas puso la tirita ante una futura herida: «Somos conscientes del esfuerzo previo que tendremos que realizar», señaló y apeló al trabajo de los técnicos, pero reiteró en tres ocasiones que «esta es una propuesta de medios no de resultados». Los medios se pondrán «todos», pero el resultado se quedó en un «ojalá».
El PP ni siquiera aprovechó para afear al Principado o a los socialistas el escaso esfuerzo inversor en la ciudad o el abandono del Plan del Perrománico. Gerardo Antuña hizo votos por una unanimidad que no llegó y a destacar que el reconocimiento mejoraría «el orgullo ovetense, el atractivo turístico y cultural que ya tiene nuestra ciudad». «Este es tan sólo un pistoletazo de salida, porque hay que trabajar y mucho», admitió. «En el 98 ya se intentó, y espero que en esta ocasión, con el trabajo de todos, se pueda sacar adelante». Solo cuando el PSOE, tras el rechazo de todas sus enmiendas se pasó a la abstención, le recriminó que «recordar la historia parcialmente es peor que no recordarla».
Las enmiendas
Todas las enmiendas fueron rechazadas. Las que pedían limitar el ámbito de la iniciativa, la de los socialistas que requería estudios previos, porque busca «crear pesimismo en los ovetenses», según Coto; y también la que solicita Somos para incluir un rechazo expreso a la Ronda Norte como agresión al Camino Primitivo y a los monumentos del Naranco. «Una obsesión», para Coto, que pidió a Anabel Santiago que presente una proposición sobre ello, «las obsesiones se curan en otro sitios y no en un Pleno». De nada valieron los llamamientos de de Santiago para que se corrigiesen «los errores apreciados» en la proposición para que «no nos dejen en ridículo ante la Unesco», ni tampoco las apelaciones para reclamar al Arzobispado los monumentos prerrománicos, inmatriculados a su nombre por la diócesis.
La votación dejó una foto, con cuatro grupos a favor, pero solo una responsabilidad. Es al PP, que ayer no se implicó demasiado en el debate del Pleno, y a Ciudadanos desde el gobierno local a los que les tocará pelear con la Unesco. «¿Estamos mejor o peor que en 1997?», se preguntó Valiño.
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