lunes, 20 de julio de 2020

El Cuentu de la buena Pipa...

Juan Carlos I pasó los primeros días del año 2016 en la Polinesia Francesa con dinero de la Fundación Zagatka, una sociedad instrumental de Liechtenstein controlada por su primo Álvaro de Orleans que habría sido utilizada durante años por el monarca para ocultar parte de su fortuna en el extranjero. Facturas y comunicaciones incluidas en las diligencias abiertas por la Fiscalía del Cantón de Ginebra para investigar la circulación de fondos del Rey emérito por su territorio prueban ahora que este siguió disfrutando de activos no declarados después de su abdicación en junio de 2014, cuando ya había perdido su condición de inviolable.
Los documentos del viaje, a los que ha tenido acceso El Confidencial, revelan una extraña operativa de triangulación para sufragar aquel desplazamiento del monarca a la isla de Tahití, uno de los destinos turísticos más exclusivos y caros del mundo. Juan Carlos I decidió despedir 2015 en Los Ángeles. Tras unos días en la megaurbe californiana y pasar allí la Nochevieja, el 1 de enero de 2016 se subió junto a cuatro miembros de su escolta a un avión de la compañía Air Tahití Nui rumbo Papeete, la capital del archipiélago polinesio, enclavado en medio del Pacífico.
El 5 de enero, el Rey emérito celebró en ese paradisíaco entorno su 78 años cumpleaños. No emprendió el camino de vuelta a Los Ángeles hasta el 9 de enero, según las facturas que emitió la agencia de viajes, Midas Travel Management, con oficina en Londres. Esos documentos de pago revelan que únicamente los cinco billetes de ida y vuelta a Papeete desde la ciudad estadounidense ascendieron a 26.311 libras esterlinas, unos 32.900 euros al cambio de ese momento.
Sin embargo, esos gastos no fueron sufragados por el monarca con fondos de su asignación de los Presupuestos Generales del Estado ni tampoco a través de la partida correspondiente a la Casa Real. El dinero para pagar los billetes salió de una cuenta en Credit Suisse controlada por la Fundación Zagatka, la entidad supuestamente dirigida por Álvaro de Orleans que fue constituida en 2003 con dinero de una comisión millonaria por la venta de Banco Zaragozano a Barclays Bank ese mismo año. En 2009, la cuenta de Zagatka recibió otra importante inyección de fondos de la constructora OHL por la supuesta intermediación del primo del monarca en la venta de unos terrenos en México.
El dinero del viaje del Rey a Tahití en 2016 salió de ese depósito. Pero los fondos no fueron a parar a la agencia que había gestionado los billetes, sino al primer exmarido de Corinna LarsenPhilip Adkins. Juan Carlos I empezó a trabar amistad con él en 2012, al mismo tiempo que empezaba a naufragar su relación con la aristócrata alemana. A medida que Corinna se distanciaba del Rey emérito, este inició una curiosa relación de amistad con el primer esposo de su antigua amante. Corinna y Philip ya no mantenían ningún tipo de vinculación, pero al monarca no le importó. En diciembre de 2014, Juan Carlos y Philip fueron fotografiados juntos en uno de los restaurantes más famosos de Los Ángeles. Y en agosto de 2018, se les vio compartiendo barrera en la Feria de la Semana Grande de San Sebastián junto a la infanta Elena y Froilán.
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Las facturas y los correos prueban que Philip se encargó de adelantar en octubre de 2015 el importe de los billetes del Rey y sus escoltas a la Polinesia Francesa. La agencia Midas Travel Management giró las facturas a una empresa británica del exmarido de Corinna, Cadenza Evening Limited, dedicada a la celebración de pruebas ecuestres y otros eventos. Semanas después, en noviembre de 2015, el entorno de Juan Carlos I y su principal testaferro en Suiza, el abogado Dante Canonica, escribieron a la secretaria de Álvaro de Orleans, Renata de Felice, para pedirle que Zagatka abonara los 32.900 euros que había pagado previamente Philip a una sociedad 'offshore' presuntamente administrada por este, Fathomless Advisory Services Limited, con cuenta en el HSBC de Hong Kong.
Tras esa primera comunicación, la empleada de Álvaro de Orleans escribió al despacho de Canonica para confirmar que, tal y como solicitaron, habían realizado la transferencia de 32.900 euros al depósito del HSBC, poniendo en el concepto "facturas Midas". De este modo, Juan Carlos I habría utilizado varias cuentas 'offshore', sociedades instrumentales y presuntos testaferros de todo el mundo para pagar su viaje de lujo a Tahití con dinero de origen no declarado. Su nombre solo apareció en los billetes del avión que le trasladó de Los Ángeles a la idílica Papeete.
La operación puede tener implicaciones legales. Constituiría un presunto blanqueo de capitales si se acredita el origen ilícito del dinero de Zagatka. Asimismo, la factura emitida por la empresa del exmarido de Corinna para encubrir la procedencia de los fondos supondría un presunto delito de falsedad documental. Los hechos se habrían producido, además, tras la abdicación del monarca en junio de 2014. En ese momento, perdió su condición de inviolable. La Fiscalía del Tribunal Supremo se ha hecho cargo de la investigación que abrió en 2018 la Fiscalía Anticorrupción en torno al presunto pago de comisiones en Arabia Saudí para la adjudicación del AVE a La Meca a un consorcio de empresas españolas. Juan Carlos I recibió 64,8 millones de euros del rey Abdulá en una segunda entidad opaca con cuenta en Ginebra, Lucum Foundation.

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