Por encima de todo, antes que el mérito, el esfuerzo, o cualquier otro factor, lo que determina la riqueza de una persona es la herencia, lo es para lo positivo, con una enorme ventaja para los hijos nacidos en una familia afortunada de renta alta y lo es también como una pesada losa para los menos afortunados, que sufren el lastre de la pobreza de sus padres en su desarrollo vital. Este hecho se ha visto corroborado por la publicación del Atlas de las oportunidades (promovido por la Fundación Felipe González y Cotec) y que muestra una Asturias en la que, pese a los avances, el ascensor social se encuentra estancado. Aquellos nacidos en una familia de renta más baja han encontrado enormes dificultades para mejorar su posición en las últimas décadas mientras que quienes crecieron en un entorno privilegiado han mejorado de forma notable.
Asturias no es la comunidad más desigual; las peores cifras corresponden a comunidades del sur como Andalucía, Extremadura o Canarias, pero también hay un eje de este a oeste en la península que marca diferencias en la movilidad social, mucho mejor en los territorios orientales que en las autonomías, como el Principado, que se encuentran en la esquina noroeste. El trabajo reparte las familias en centiles de riqueza (20 para los más pobres, 50 para aquellos de una renta mediana, y 80 para las familias más afortunadas). Después hace un cruce de datos muy detallado y a través de un largo periodo de tiempo para conocer cómo ha variado la posición de los hijos respecto a sus padres. Toma como base la información tributaria de padres y la sus hijos 18 años después. Según explicó la fundación, se han valorado datos de jóvenes nacidos entre los años 1984 y 1990, más de un millón y medio de niños, tomando como primera referencia la declaración de la renta de sus padres y cruzándola después con la suya presentada en 2016 cuando cuando ya tenían entre 26 y 32 años.
¿Qué dice el mapa de Asturias? De quienes nacieron en el centil más bajo una amplia mayoría, un 25% sigue en una mala posición, sólo un 16% consiguió mejorar a las posiciones más altas. No se trata de una mala situación respecto a otros territorios, significativamente mejor que Andalucía, Canarias o Extremadura (en ninguna se alcanza el 10%), pero está lejos de la cifra de mejora más alta del Estado, la de Cataluña con un 21% de personas nacidas en entornos más pobres que llegaron a mejorar hasta el centil más alto. En el balance correspondiente a las rentas medias, un 22% los hijos en Asturias empeoró la situación respecto a la de sus padres y un 20% la mejoró hasta el centil más alto. El contraste más evidente es el grupo que nació en familias de renta más alta: en el Principado un 31% mejoró su posición y se hizo más rico que sus padres, un 21% redujo su estatus. Esa variación del 31% es de las más elevadas del Estado, igualada con Baleares y sólo superada por aquellos territorios en los que de forma singular los hijos de los ricos se han hecho mucho más ricos y en mayor proporción: Madrid (38%) y Cataluña (37%).
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