domingo, 23 de enero de 2022

Que esperábamos?

El descontento con la política se enquista en la España pandémica en pleno auge de la desigualdad Datos del CIS, el Eurobarómetro y el centro de investigación Pew Research Center ilustran un descrédito de las instituciones y un malestar con la marcha de la democracia que sobresale entre los países avanzados El analista sobre relaciones internacionales Hernán Sáenz, coautor del estudio 'Protestas en el mundo', ve a la derecha en mejor disposición que la izquierda para capitalizar este humor social "agrio" Publicamos esta información en abierto gracias a nuestras socias y socios. Súmate a infoLibre haciendo click aquí. La información que recibes depende de ti. Una bedel limpia los micrófonos de la tribuna del Congreso. Una bedel limpia los micrófonos de la tribuna del Congreso. Europa Press Ángel Munárriz 22 de enero de 2022 19:40h @angel_munarriz El pitido del descontento con la política, forjado en la desconfianza y el pesimismo, se escucha con fuerza en la España pandémica. Así lo indican los datos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), el Eurobarómetro y el Pew Research Center. Además de una consistente percepción de la política como problema, durante la crisis sanitaria se consolida como nuevo foco de preocupación la inestabilidad. Más del 70% de los españoles desconfían de los políticos, el Congreso, los sindicatos y el Gobierno. El Eurobarómetro muestra además que el descrédito es mayor que en el conjunto de la UE. La desconfianza en los partidos alcanza el 90% en España, frente al 75% en la UE. En el caso del Congreso, desconfía un 76% (60% en la UE). Más de la mitad de los encuestados españoles, más que en cualquier otro de los 17 países avanzados analizados por el Pew Research Center, creen que el sistema político necesita una "reforma completa". El 65% no están satisfechos con el funcionamiento de la democracia. A tenor de los estudios y los análisis recabados para este artículo, el descontento está más relacionado con la percepción de una "mala" o "muy mala" situación en el país, especialmente económica, que no se corresponde con la percepción de los ciudadanos de su propia situación. El analista sobre relaciones internacionales Hernán Sáenz, coautor del estudio Protestas en el mundo, ve a la derecha en mejor disposición que la izquierda para aprovechar este humor social "agrio". La política (inestable) como problema Cuando llegó el covid-19 el humor social ya venía agriado por la recesión, la corrupción y los bloqueos políticos. La llamada "desafección", que incluye desconfianza hacia las instituciones y percepción de la política como problema, aparecía consolidada como un fenómeno definitorio de la sociedad española. Un análisis de encuestas de la Fundación BBVA alertaba en 2016 de que la confianza en las instituciones democráticas perdida durante la recesión apenas se había recuperado con la mejora de los indicadores. Entre 2008 y 2016 la confianza en "los políticos" y en "el Parlamento" había caído 30 puntos porcentuales. Las cosas no han mejorado con la pandemia. A punto de cumplirse dos años desde el estallido de una crisis sanitaria histórica, con el futuro preñado de incertidumbre y la extrema derecha condicionado un tablero político marcado por las dificultades para el acuerdo, las tripas de las encuestas del CIS muestran signos inquietantes. En el último barómetro, un 41,2% de los encuestados respondían que cinco tipo de problemas relacionados con el papel de "la política" y "los políticos" estaban entre los tres principales problemas del país. Y ello a pesar de la pandemia y sus consecuencias, que agravan viejos problemas y crean otros nuevos. Si la política vista como problema no es un fenómeno nuevo, sí es rupturista la fuerza adquirida por la preocupación por "la falta de acuerdos, unidad y capacidad de colaboración" y por la "inestabilidad política", todo ello agrupado en una única categoría por el CIS. Antes de la pandemia, el 0,3% de los españoles daban respuestas a las preguntas sobre el primer, segundo o tercer problema que podían etiquetarse en esa categoría de "inestabilidad". Hoy es el 9,6%. Durante la crisis sanitaria la consideración de la inestabilidad como problema se ha situado siete meses por encima del 10%, uno de ellos, diciembre de 2020, incluso sobre el 15% (15,4). Desconfianza en la política La Encuesta sobre tendencias sociales, publicada por el CIS en diciembre de 2021, amplía y profundiza en el retrato de la desafección. Algunos datos. El 29,2% de los encuestados expresan la "mínima confianza" en los partidos políticos. Si 1 es "mínima confianza" y 10 es "máxima confianza", el porcentaje de los que están entre el 1 y el 5 es del 81,3%. En el caso del Congreso, el porcentaje entre 1 y 5 –en el terreno de la desconfianza, podríamos decir– es del 72% (22,2% en "mínima confianza"). ¿Qué confianza merecen otros agentes de la democracia? Veamos: – Sindicatos: el 76,1% se sitúa en la mitad baja de la escala de confianza, es decir, entre el 1 y el 5 (30,4% en "mínima confianza"). – Gobierno: 71% entre 1 y 5 (31,3% en "mínima confianza"). – Medios de comunicación: 68,3% entre 1 y 5 (17,6% en "mínima confianza"). – Justicia: 59,8% entre 1 y 5 (15,8% en "mínima confianza"). El único aprobado –más del 50% situándose entre el 6 y el 10– se lo lleva la Constitución, sobre la sólo un 37,4% sitúan su confianza entre el 1 y el 5. En todas las categorías, en las siete, hay más encuestados que aseguran que han perdido confianza en los últimos cinco años. Esto afecta a partidos, sindicatos, Gobierno, Congreso, medios, justicia y Constitución. También hay más encuestados convencidos de que dentro de cinco años tendrán menos confianza de los que piensan que tendrán más, impresión que afectaba a todas las categorías salvo a la justicia. Se trata de una visión negativa de las instituciones democráticas que hace al mismo tiempo sentir que antes la situación era mejor y prever que será peor en el futuro. Nostalgia y pesimismo. Hace menos de un año el Eurobarómetro mostró que los españoles presentaban mayor desconfianza en las instituciones que el conjunto de la UE. Sólo el 7% de los españoles muestra confianza en los partidos, frente a un 90% que desconfía, mientras en la UE estos porcentajes son del 21% y el 75%. Este mayor recelo afecta también a la Administración en su conjunto, la justicia, las autoridades locales y regionales, el Gobierno y el Congreso. En el caso del Congreso, sede de la soberanía, sólo un 16% expresa confianza, frente a un 76% que desconfía (36%-60% en la UE). España sólo confía más que la media comunitaria en la propia UE y en el personal sanitario. Insatisfacción con la marcha de la democracia El centro de estudios Pew Research Center, uno de los más prestigiosos del mundo, ha publicado entre octubre y diciembre del año pasado datos que terminan de perfilar a España como a un país comparativamente descontento y pesimista

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