viernes, 17 de febrero de 2023

El Sabio E.Carbonell....anticipa.

Eudald Carbonell, premio Príncipe de Asturias: «En este siglo vamos a ser cuatro especies humanas o más» Susana Acosta SUSANA ACOSTA ACTUALIDAD FUNDACIÓN ATAPUERCA Parece ciencia ficción, pero no lo es. Para el arquéologo, la biotecnología creará distintos tipos de seres humanos, que serán mucho más competentes. Y tomaremos las riendas de nuestra propia evolución: «Dentro de 200 años iremos a Marte y volveremos en 24 horas» 16 feb 2023 . Actualizado a las 10:08 h. Comentar · 2 Nos adentramos en la nave del futuro de la humanidad con un conductor de excepción, Eudald Carbonell (arqueólogo, paleoantropólogo, premio Príncipe de Asturias y vicepresidente de la Fundación Atapuerca). Él nos presenta un futuro esperanzador para la especie humana, pero no exento de retos apasionantes que las futuras generaciones deberán afrontar. Todo lo que cuenta Eudald suena a ciencia ficción, pero no lo es. Está basado en el estudio minucioso de nuestro pasado como especie, pero también en nuestro presente. Y plantea varios escenarios posibles, aunque hace una apuesta personal sobre lo que considera que será más probable y posible. Navegamos hacia el futuro. Y en ese viaje dejamos de ser meros espectadores para ser los creadores de nuestra propia evolución. ¡Cerramos puertas, armamos rampas y cross-check! —Llegas a la conclusión de que el futuro de la humanidad pasa por cinco escenarios posibles. Uno de ellos es el colapso al que crees que llegaremos sí o sí. —Es ahora ya. Según mi hipótesis, ya estamos colapsando. Estamos, por decirlo de alguna forma, cambiando de piel. Lo que tenemos que ver ahora es el grado de colapso, cómo se produce y, obviamente, las consecuencias que está teniendo y que tendrá este cambio de piel. Pero no nos estamos extinguiendo, que luego dicen que si soy apocalíptico. No, no. Yo digo que estamos colapsando. —¿Se puede comparar este momento al período en el que los humanos dejaron de ser cazadores y recolectores, para ser ganaderos y agricultores? —Efectivamente, cuando colapsó la estructura de los cazadores y recolectores se produjo un fenómeno parecido. —Según tu hipótesis, este colapso nos llevará a la diversidad especifica. ¿Puedes explicarlo? —Sí, efectivamente. Ya no se trata de recibir pasivamente la evolución de la historia. Hemos de intentar hacer una evolución responsable y un proceso consciente. Es decir, si esperamos que la selección natural actúe y que el colapso tome las riendas de los procesos, realmente las cosas pueden empeorar. La diversidad específica implica una manipulación artificial y tecnológica de la especie, del ser humano. Significa que la biotecnología podrá dar una alternativa a nuestras adaptaciones en el propio planeta y fuera de él. Esta metamorfosis, en mi opinión, se ha de hacer generando diversidad. ¿Y por qué? Para tener distintas memorias del sistema, por si fracasa un pensamiento que, por ahora, querían que fuera único. El pensamiento diverso se hace con consciencias, especímenes y grupos diversos. Mantener la diversidad nos asegura la supervivencia de nuestra especie o de nuestros sucedáneos específicos, las especies que podamos generar. Y que, en mi opinión, son cuatro o cinco. Especies, subespecies o paraespecies. Esta variabilidad es la que nos puede salvar, ahora sí, de la extinción. —¿Necesitamos convertirnos en cuatro especies distintas para sobrevivir? —Efectivamente. Necesitamos convertirnos en cuatro especies o más, como ya ocurrió hace 40.000 años que había muchas especies y se integraron en una. Tenemos que volver a diversificarnos. —¿Y cuándo crees que puede suceder esto? —Yo pienso que este proceso de convertirnos en cuatro o más especies empezará en este siglo. Lo pienso por la velocidad que está imprimiendo la propia evolución. —Háblanos de esos tipos de especies humanas. En esa clasificación aparece el «Homo sapiens restrictus», que seríamos nosotros, que no queremos modificarnos tecnológicamente de ninguna manera. Y por lo que entiendo, estamos abocados a la extinción... —Sí, es muy probable porque habrá que establecer una relación de competencia con las demás especies o asociarte con ellas. Nosotros tenemos todas las de perder, es decir, los que no quieran modificarse. —También hablas del «Homo sapiens prothesis», que sí admitirá modificaciones tecnológicas en su cuerpo. —Sí, serán tanto a nivel genético como de tipo morfológico. Al permanecer más tiempo vivos, necesitaremos, o bien de entrada o de salida, estas modificaciones biotecnológicas funcionales, que no estructurales, para continuar viviendo. Probablemente será uno de los grupos más importantes. —¿Y el «Homo sapiens edit»? —Es la edición genética de un ser humano. Y es algo que ya se está produciendo en la desextinción de animales, por ejemplo, con los mamuts en Siberia. Será una generación que estarán editados genéticamente. Es decir, es una creación propia, la implicación de la inteligencia artificial. Serán seres generados en los laboratorios. —¿Serán superhombres? —No lo sabemos. Serán distintos. —¿Y este tipo de especie no supone un conflicto ético? —Ahora mismo puede ser, pero dentro de cien años no sabemos si existirán valores como los actuales o la conciencia habrá tomado posición y será la que nos guíe a una evolución distinta, responsable y responsabilizada por los humanos. —Y luego están los humanoides, una especie de robots... —Y además, también son replicables. Se podrán replicar para continuar funcionando, si somos capaces de desarrollar una inteligencia artificial que pueda utilizarse para autorreplicarse. —¿Pero serían robots o humanos? —Megatrónicos. Robots que tendrán el poder de que se les puedan incorporar partes biológicas. Funcionarán a través de la organización de datos en cuerpos de tipo material. —¿Mentes electrónicas en cuerpos anatómicos? —Sí, pero a partir de aquí podrá haber infiltraciones. Están experimentando ahora mismo con el silicio para implantar neuronas y después, probablemente, habrá este tipo de humanoides, que serán biomegatrónicos. —Todo esto parece ciencia ficción. —Ahora sí. Piensa que hace cien años ir a la Luna también lo era. —También hablas de la necesidad de tomar consciencia como especie frente al individualismo. —Tenemos que cambiar y desarrollar la individualidad colectiva para combatir el individualismo. Hay unos procesos de cambio psicosociales que son fundamentales para aceptar nuestra propia evolución y construirla. Y no que sea el azar el que continúe produciendo los cambios. Nos cuesta mucho hacernos dueños de nuestros procesos evolutivos porque seremos la primera especie que lo pueda hacer conscientemente. Tanto mantenerse como modificarse para sobrevivir. Probablemente, si hacemos esto seremos la única especie que no se extinguirá. —¿Llegaremos a tener ese poder? —Efectivamente. Esto es un poco la solución final. Y la haremos. Primero generando diversidad en el planeta y después, probablemente, fuera del planeta. —¿Ese será el siguiente paso evolutivo? —Por supuesto. Y será muy rápido. Piensa que dentro de 200 o 300 años iremos a Marte y volveremos en 24 horas. Cuando ahora se tardan ocho meses o un año en ir y luego volver. Probablemente dentro de 200 años tengamos motores que funcionen por impulsos y por flashes. Todo esto forma parte de una visión de la evolución. Pero es probable y seguramente será posible. —Consideras también que la religión es un lastre para nuestra supervivencia. ¿Por qué? —Porque hay algo que ya lo sustituye. La esperanza sustituye a la fe. La religión supone un lastre porque está cargada de dogmas y de verdades que no son contestables y en el mundo en el que vivimos eso ya no sirve. La evolución humana ahora es acelerada, y esto la constriñe. —Acabas tu publicación «El Homo ex novo» en los «Cuadernos de Atapuerca» diciendo que «estamos solos, pero no para siempre», ¿crees que conviviremos con otras especies de otros planetas o al menos tendremos una relación entre especies? —Esto es una buena hipótesis. Yo veo que la exobiología y la exploración espacial que ha estado un poco a tumbos, dará un salto específico tremendo y entraremos, por supuesto, en contacto con otras formas de conciencia cósmica. —¿Te atreves a ponerle fecha? —Creo que en el 2.300 —Eso es pasado mañana. —Sí, será enseguida. Será muy rápido y será un gran cambio. —Nos esperan cambios y fases apasionantes que, por desgracia, ninguno podremos ver. —Me han preguntado si me gustaría estar con los neandertales en Atapuerca. Y yo digo que no. A mí me gustaría estar vivo dentro de 500 años. —¿Qué fase te resulta más fascinante? —Por supuesto, el contacto con otras conciencias. Para mí sería...

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