Marca-Ganar para seguir vivos. Oviedo y Albacete se midieron en el Carlos Tartiere en un duelo con tintes de final, pese a estar en febrero, y del que los carbayones salieron vivos gracias al doblete de Ibrahima Baldé y a un radiante Saúl Berjón, autor de dos asistencias, aunque también le detuvo Tomeu Nadal un penalti. Los manchegos acumulan nueve jornadas sin ganar y caen a la zona de descenso de la que salen los oviedistas, que volvieron a celebrar una victoria... siete jornadas después
Había mucho en juego y quedó claro desde el pitido inicial. La intensidad de ambos equipos era evidente y parecía claro que ninguno quería el empate. Acuña dispuso de la primera clara, en un mano a mano que envío cruzado ante Lunin. Fue un aviso serio para los locales.
Cuando hay tanto en juego, los azules se cuelgan de su capitán y Saúl Berjón no defraudó a los suyos. Se ofreció en todas las jugadas de ataque y canalizó el fútbol ofensivo de los suyos, pero a los carbayones les faltaban opciones para el remate. Una pérdida del Albacete facilitó la salida a la contra de Nieto, pisó el área puso el centro e Ibrahima envió a la red, la fiesta del estadio se apagó cuando el VAR detectó la posición adelantada del senegalés.
No bajó el ritmo el Oviedo, que tuvo otra ocasión clarísima con un derribo sobre Rodri dentro del área que fue castigado con penalti. Saúl tomó la responsabilidad, pero tras la espera de la confirmación desde la sala VAR, Tomeu Nadal desvió el disparo del ovetense para sostener a los suyos.
Tampoco con eso se rindieron los locales que ya merecían mandar en el marcador. De nuevo, Berjón condujo el ataque por la izquierda sirvió a la frontal y allí apareció Tejera para batir la meta manchega. Esta vez, el gol sí subió al marcador y el Oviedo se ponía las cosas de cara.
Tocado en el orgullo por el gol, el Albacete forzó un saque de esquina y en esa jugada, Gorostegi Fernández señaló pena máxima por un derribo de Christian. Pedro Sánchez fue el encargado de lanzar, Lunin rechazó el disparo, pero el cuero le quedo franco al lanzador para devolver las tablas. Fue un primer tiempo, intenso, emocionante y que dejaba todo abierto para el segundo acto.
Tensión máxima
De regreso de los vestuarios, el Oviedo quiso acelerar. Los azules metieron al rival en su campo y Luismi vio cómo su cabezazo se marchaba fuera por poco. Apretaban los de Javi Rozada y pronto encontraron el premio en un nuevo centro de Berjón que Ibrahima envió a la red.
Otra vez en ventaja, los locales vieron cómo el Albacete se estiraba y buscaba la igualada. La tensión se cortaba en el césped y también en la grada. Cada salida manchega helaba la sangre del oviedismo, pero tampoco hubo muchos remates claros que obligasen a trabajar a Lunin.
Faltaba calma para elaborar a ambos equipos y, en el correcalles, el Oviedo cazó el tercero con un remate de Ibrahima, tras pase de cabeza de Christian Bolaño, y dejó un triunfo imprescindible para los azules
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