La UE prevé que Asturias genere hasta 4.000 empleos 'verdes' en diez años con la transición
Destaca el potencial en el suministro de piezas para producir energía eólica, aunque apunta desventajas frente a otras regiones
El gran reto de la transición energética es lograr generar un tejido económico alternativo que permita paliar la pérdida de puestos de trabajo asociados al carbón y los procesos contaminantes. No es tarea fácil dejar de lado un sector productivo y crear un ecosistema nuevo que absorba los excedentes. La Comisión Europea (CE), no obstante, es optimista en este aspecto. Según recoge el informe 'Las tecnologías de energía limpia en las regiones del carbón: oportunidades de empleo y crecimiento', que acaba de publicar el Centro Común de Investigación, más de la mitad de los territorios afectados crearán más empleos de los que actualmente existen ligados al carbón durante la transición energética.
Entre ellos, sitúa a Asturias, que podría duplicar los puestos de trabajo vinculados a este combustible para 2030. De hecho, el Principado se enmarca dentro de las regiones con alto potencial de empleo en actividades relacionadas con las energías limpias y la construcción sostenible. El estudio se basa en «la notable eficiencia energética, la biomasa y el potencial eólico futuro» de la comunidad para efectuar este pronóstico, que se traduce en hasta 4.000 nuevos empleos en diez años. «Con su capacidad de fabricación de torres y buen potencial técnico eólico, el Principado de Asturias puede conseguir componentes de turbinas eólicas de diferentes regiones de España, donde se han identificado 36 instalaciones en total, 13 de las cuales están en regiones cercanas», señala el informe.
Precisamente, es en la energía eólica donde el estudio europeo prevé un mayor nicho de empleos dentro de las fuentes renovables en Asturias. Por detrás se sitúala biomasa y, a una mayor distancia, la solar fotovoltaica. Entre las tres energías limpias, podrían crearse, como máximo, 2.000 empleos en diez años. Una cifra notablemente menor que las pronosticadas para las otras cuatro regiones carboneras en transición: País Vasco, Castilla-La Mancha, Aragón y Castilla y León, cuya previsión mínima de empleos oscila entre los 4.500 de la primera y los 21.379 de la última.
Si bien es cierto que tienen una mayor extensión territorial y un peso demográfico más grande, también lo es que algunas de ellas tienen más ventajas que Asturias en este proceso. Por ejemplo, dentro de las comarcas mineras europeas, Castilla y León «tiene el mayor potencial eólico terrestre» y bioenergético a partir de los residuos de cultivos y del metano procedente del ganado, según el informe de la CE. En el conjunto de los territorios del carbón, el despliegue de las energías renovables «puede crear entre 106.681 y 314.416 empleos para 2030 y hasta 460.000 para 2050».
Pero las oportunidades de empleo en la transición no se limitan al auge de las energías limpias. La eficiencia energética aplicada a los edificios también ofrece posibilidades. En el caso de Asturias, el documento calcula que podrían llegar a generar tantos empleos como las renovables, cifra que se incrementaría de modo significativo hasta 2050, fecha establecida para culminar la descarbonización. Tanto es así que prevé un potencial de 2.500 puestos anuales entre las empresas de la construcción y de fabricación de componentes.
«Las regiones del carbón de la UE deberían desempeñar un papel activo en la transición energética europea. La mayoría de ellas muestran un notable potencial de energía limpia que, en muchos casos, puede trasladarlas de un modelo único a uno multisectorial», añade Zoi Kapetaki, autor del informe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario