miércoles, 12 de febrero de 2020

Efectos perversos de la globalización...

El coronavirus chino pone en jaque un negocio de 300 millones de las empresas asturianas

Los bienes de equipo son los productos que más importaron las compañías de la región del país asiático el año pasado

Voluntarios desinfectan la estación de ferrocarril de Changsha, China
Voluntarios desinfectan la estación de ferrocarril de Changsha, China


OVIEDO 
La incertidumbre es uno de los peores enemigos a la hora de realizar cualquier tipo de negocio. Por eso, el miedo generado a raíz de la propagación del coronavirus chino tiene en vilo a miles de empresarios en todo el mundo. El rápido crecimiento de la enfermedad ha hecho saltar las alarmas y el riesgo de contagio se extiende ahora también a la economía. Los productos chinos se consumen en todas partes y Asturias no es una excepción, de ahí que las compañías del Principado se jueguen con esta nueva crisis un negocio anual que ronda los 300 millones. La inmensa mayoría de esa cifra son importaciones que ahora están en jaque.
El país asiático tiene miles de compañías cerradas a cal y canto, su bolsa se está desplomando, el barril de petróleo está a la baja y el floreciente turismo asiático sufre cancelaciones a diario. Todo ello está provocando que la economía asiática se resienta, pero ese contagio ya está llegando al resto de países. En España, el primer afectado es el Mobile World Congress, un congreso de repercusión internacional al que ya son varios los gigantes tecnológicos que han cancelado su presencia. Los más recientes Amazon y Sony.
En Asturias las consecuencias, por el momento, no son tan relevantes, aunque ya empiezan a notarse. Teresa Vigón, directora general de la Sociedad de Promoción Exterior Principado de Asturias (Asturex) reconoce que, en un mercado tan globalizado, «el aleteo de un mosquito tiene repercusión en el otro extremo del planeta». Vigón explica que las importaciones son las que se están viendo más afectadas, aunque la situación también afecta a las exportaciones. «Si allí mantienen las cuarentenas no van a poder suministrar productos y materiales, y esto tendrá repercusión en la fabricación de lo que se vende desde aquí», afirma.
A pesar de que los primeros efectos de ese contagio a la economía española comienzan a notarse ya, la responsable de Asturex sostiene que aquí se notará con más fuerza «dentro de tres o cuatro meses». Los datos oficiales reflejan que las relaciones comerciales entre China y Asturias, lo mismo que ocurre entre el país asiático y el resto del mundo, se han intensificado con fuerza en los últimos años. «Los portales electrónicos y de venta chinos son auténticos gigantes. Sus plataformas generan un ecosistema enorme, y eso provoca que las importaciones de ese país crezcan en todo el mundo», señala Vigón.
La responsable de Asturex aporta un dato para explicar su creciente influencia. De los aproximadamente 7.000 millones de personas que viven en el mundo, la mitad lo hace en Asia e India; y mientras que en Estados Unidos tienen 140 grandes plataformas de venta, en China hay 41 «y subiendo». «En Europa hay 5, y tenemos que darnos cuenta de que si seguimos así acabaremos siendo irrelevantes», asevera.
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En cuanto al Mobile World Congress, Vigón recuerda que en los últimos años habían montado una delegación para asistir desde Asturias, aunque en esta ocasión habían decidido no hacerlo. El motivo no tienen nada que ver con el coronavirus, ya que la decisión estaba tomada mucho antes de que la enfermedad procedente de Asia cobrara relevancia mundial.
Un negocio de 300 millones anuales
Los datos del Instituto de Comercio Exterior (ICEX)reflejan que en los últimos años el comercio entre empresas asturianas y chinas ha ido creciendo paulatinamente. En 2019, y a falta de cerrar el mes de diciembre para completar el ejercicio, las exportaciones descendieron significativamente (de 153 a 63 millones), pero las importaciones, las que más afectadas se pueden ver por el coronavirus, se situaron entre enero y noviembre de 2019 en 215 millones (frente a los 163 millones de 2018).
La serie histórica refleja que el volumen de importaciones se ha movido en la última década en una horquilla de entre 120 y 215 millones. Por el contrario, en las exportaciones sí que se han producido variaciones más significativas, con un pico de ventas en el exterior de 331 millones en 2017. Solo un año antes, habían sido 48 millones.
Por productos, los que más importan las empresas asturianas son los bienes de equipo, que en 2019 supusieron 76 de los 215 millones. Dentro de ese grupo, destacan las máquinas para uso general industrial (15 millones) y los materiales eléctricos (13 millones). Además, también tuvieron un volumen importante las semifacturas (56 millones). En este bloque destacaron  los materiales químicos (21 millones) y otras semifacturas (20 millones). En cuanto a las exportaciones, destacan principalmente las materias primas.
Por el momento es difícil saber hasta qué punto afectará el coronavirus a China y, mucho menos, al resto de países. Los expertos coinciden en señalar que, si la enfermedad se controla a tiempo, los efectos serán limitados, pero el temor se acrecienta en un escenario en el que el número de casos siga creciendo de forma exponencial. 
Un llamada a la calma
La 20ª edición del Punto de Encuentro Internacional de la Sociedad de Promoción Exterior del Principado (Asturex) reunió en Asturias a profesionales con negocios y contactos en varios países del mundo. En el evento, había un empresario cuya empresa opera en China y aprovechó su experiencia para asesorar a los que estén interesados en conocer cómo funciona el mercado del país asiático. Carlos Caballero, socio de 2Open, reconoce que la situación actual no es la ideal pero considera que «se está sacando de madre». «No deja de ser una especie de gripe, con una tasa de incidencia más elevada que la gripe, que afecta fundamentalmente a grupos de riesgo», explica antes de asegurar que «la gripe mata más gente que el coronavirus chino».
Caballero reconoce que «tenemos clientes que han pospuesto la firma de contratos debido a la incertidumbre que se está creando y otros han planteado dudas». «El principal problema es logístico porque todo lo que viene de allí está parado y lo que se envía sale mucho más caro, en ocasiones se paga un precio desorbitado», señala. «El malestar existe porque no se sabe qué va a pasar», afirma, aunque en su opinión «es un tema puntual que se solucionará en unos meses». Además, sostiene que la experiencia dice que en casos similares, una vez solucionado el problema «se produce un repunte importante del consumo interno».
A pesar de esa incertidumbre, Caballero asegura que el mercado chino sigue despertando interés entre las empresas asturianas. En las primeras horas del evento, ya habían sido tres las compañías de la región que habían pedido información sobre el país asiático. «Creo que de estos contactos puede salir algo», afirma.
El caso de Alsa
Al margen de todas las empresas con relaciones comerciales con el país asiático, una de las asturianas que se puede ver más afectada es Alsa. La compañía lleva asentada en el país asiático 30 años y allí tiene una extensa red de autobuses y servicios de mantenimiento en varias ciudades. Además, en 2013 inauguró el intercambiador central de transportes de la ciudad de Tianjín. En esa fecha, la compañía ya operaba en 18 provincias chinas, atendía a casi 550 destinos y contaba con una flota de más de 5.100 vehículos

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