miércoles, 12 de febrero de 2020

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El plan de los empleados de CaixaBank invertirá directamente en Bolsa para influir en las empresas


Sucursal de CaixaBank. Elena Ramón EXPANSIÓN

Es el mayor fondo de pensiones en España, con un total de 6.000 millones de euros. Es el mayor fondo de pensiones en España, con un total de 6.000 millones de euros.
El fondo de pensiones de empleo de CaixaBank, que acumula 6.000 millones de euros y es el mayor de España, ha decidido cambiar su estrategia para tener voz y voto en las empresas en las que invierte. La comisión de control del plan ha tomado esta decisión para reforzar su inversión socialmente responsable (ISR), en la que tiene puesto el foco.
Hasta ahora, las pensiones de la plantilla del banco, gestionadas por VidaCaixa, canalizan su inversión a través de grandes gestoras internacionales, lo que hace imposible que el plan pueda ejercer los derechos políticos en las empresas incluidas en su cartera. «Se trata de que, por ejemplo, si se considera oportuno invirtamos directamente en las sociedades que se incluyen en un ETF [fondo cotizado] en lugar de hacerlo a través de este vehículo», explica el presidente del plan.
El fondo de los empleados de la entidad optó por esa estrategia en 2006, cuando decidió apostar por la internacionalización de sus activos a través de gestoras especializadas, por considerar que esta opción daría mejores resultados que entrar directamente en estos mercados.
Tras comunicar la nueva directriz a la gestora, la firma espera «recibir en las próximas semanas la propuesta de inversión de VidaCaixa», explicar Nacho Hernández, presidente de la comisión de control del fondo de pensiones.
Dentro de su apuesta por la ISR, el plan se ha desprendido de unos 135 millones de euros, el 3% de su cartera gestionada, que estaban ligados al petróleo y «se ha destinado este dinero a comprar deuda pública europea y americana ligada a la inflación».
Desde esta línea de actuación, las pensiones de la plantilla del banco han reducido su huella de carbono global de 266 a 185 toneladas de CO2. «La huella de carbono es un riesgo de inversión; reporta menos beneficios a largo plazo», afirma el responsable del fondo.
El plan canalizó el año pasado el 80% de su cartera, tanto de renta fija como variable, a través de gestoras. El 7,2% se encauzó hacia Pictet y el 5,55% a Fidelity, mientras que el 5,12% fue para a Amundi. BlackRock gestionó el 5,1% y Schroders, el 5%.
La hoja de ruta del plan pasa por que VidaCaixa, que tiene un posicionamiento de inversión responsable, haga un seguimiento para comprobar que las gestoras respetan las directrices de ISR a la hora de invertir las pensiones de los empleados de CaixaBank. «Si no es así, VidaCaixa habla con la gestora, que en la mayoría de los casos se aviene a lo requerido. En caso contrario, desinvertimos», explica Hernández.


Retribuciones

El empeño del plan de pensiones de los empleados de CaixaBank en seguir la senda de la sostenibilidad se ha trasladado a la retribución de las gestoras.
«A partir de 2020 hemos ampliado la comisión de éxito, que hasta el año pasado solo estaba ligada a la rentabilidad obtenida. Ahora hay tres variables entre las que se incluye el grado de cumplimiento de los requerimiento de ISR con tres variables: diálogo, con resultado positivo, con las gestoras para reconducir inversiones; disminución de la huella de carbono, y batir el índice de referencia».
Las otras dos variables son la rentabilidad anual y la lograda en cinco años.
El plan tuvo el año pasado una rentabilidad récord al alcanzar el 12%, frente a una media del 7,2% del sector, según datos de Inverco. Los trabajadores del banco encajaron en 2018 una pérdida del 1,72% por la caída de los mercados. Su récord anterior de rentabilidad era de 2012, con una subida del 10,79%. Desde su creación, el plan se anota una rentabilidad TAE del 3,88%.

La previsión de rentabilidad para 2020 es de moderado optimismo, aunque el objetivo del ejercicio se sitúa por debajo del resultado obtenido el año pasado, una cota difícil de repetir, afirman en el plan.
La inversión de las pensiones de la plantilla de CaixaBank en renta variable en 2019 -el 32% del total, por encima de la media del 30% fijado en su mandato- alcanzó una rentabilidad superior al 28%, lo que impulsó sus ganancias. Es una cartera muy diversificada con posiciones en Europa, Pacífico y Norteamérica, aunque las inversiones temáticas globales son la apuesta con más peso en este apartado, con un 10%, un tercio de la posición en acciones.
Para 2020, el mandato es incrementar un 1% estos activos y reducir el mismo el peso la inversión en acciones europeas.
La renta fija acapara el 46% de la cartera total del plan de pensiones, con un mayor peso de la deuda pública no euro (11%). Los activos alternativos suponen el 18%, en cuyo apartado destaca el capital riesgo, con un 10%. El peso de la tesorería es del 6%.
La estrategia de inversión de las pensiones de los empleados de CaixaBank pasa por la contratación de coberturas para protegerse ante las posibles caídas bruscas de los mercados. Este mecanismo permitió al plan mantener posiciones a finales de 2018, cuando la renta variable cerró un mal ejercicio.
El plan, cuya entidad depositaria es Cecabank, gestiona todos sus activos bajo los Principios para la Inversión Responsable de Naciones Unidas (PRI) y cuenta con Willis Towers Watson como asesor en inversiones socialmente responsables (ASG)

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