domingo, 21 de octubre de 2018

Las posibilidades de la Fábrica " Scorsese "

El largo camino de la fábrica de La Vega

La Vega, convertida durante esta semana en la 'Fábrica Scorsese'. / A. PIÑA
La Vega, convertida durante esta semana en la 'Fábrica Scorsese'. / A. PIÑA

El Consistorio ha negociado con cinco ministerios distintos en cuatro años la recuperación de la factoría | El proceso administrativo limitará durante años a usos temporales el empleo del complejo, incluso con un acuerdo sobre la propiedad cerrado

GONZALO DÍAZ-RUBÍN OVIEDO.
Es jueves por la noche. La 'Fábrica Scorsese' lleva abierta una semana de actividades en torno al cineasta organizadas por la Fundación Princesa. Las naves, iluminadas con neones y focos, están llenas. El concierto de Elle Belga, también. Hay aplausos para la música y para el lugar. Los comentarios caminan todos en la misma dirección: «¡Qué sitio!». Se quedan cortos. La institución tan solo ha utilizado a lo largo de estos siete días tres de los veinticinco edificios del conjunto fabril, cerrado desde 2012. O si lo quieren en porcentaje, el 10% de las superficies construidas de los edificios existentes, de los que tan solo ocupó el almacén general, el taller de mecanizado y la escuela de aprendices, de un conjunto que tiene 59.000 metros cuadrados edificados sobre 120.000 de terreno.
Con focos, vermú y películas añejas; sin tocar las estructuras, dejando los muebles antiguos, las enredaderas que entran por los cristales rotos o rescatando las butacas de los desaparecidos cines Clarín, la Fundación Princesa ha hecho más por la recuperación de las instalaciones que las dos últimas corporaciones. Ha puesto la miel en los labios de muchos ovetenses.
Oficialmente, el alcalde está trabajando de forma conjunta con el Ministerio de Defensa en el protocolo -el documento ha superado los meses en el que solo se referían a él como «borrador»- que debería dar lugar a un proceso en el que, mientras se tramita la ordenación del recinto y se pide hora en el notario para arreglar lo de la propiedad, el uso pase a ser municipal.
Aún esta semana, el primer edil recalcó la complejidad del proyecto de reversión de los terrenos al Ayuntamiento y apostó por aplazar el debate sobre los usos para «cuando haya soluciones definitivas» para no «generar distorsiones». Un mensaje para sus socios de Somos que urgen «usos temporales», en palabras de Ana Taboada, que, sensible a los vientos que esta semana soplan desde la 'Fábrica Scorsese', elogió la programación de la Fundación como ejemplo de las cosas que se podrían hacer en La Vega desde ya mismo si hubiese voluntad desde los dos lados socialistas de la mesa, el de la Alcaldía y el del Ministerio de Defensa. El juego electoral también pesa a ocho meses de las urnas.

Los Reyes Magos

Lo malo es que después de reuniones, acuerdos y borradores, la fábrica está tan cerca de ser municipal como hace tres o seis años. «Por diversos motivos administrativos, políticos y organizativos, la resolución definitiva de la totalidad de los aspectos descritos puede llegar a prolongarse en el tiempo». La frase no es de ahora. Tiene cuatro años y sigue siendo válida hoy. Corresponde a un informe propuesta, formulado por el Ayuntamiento para tratar de que la sociedad estatal SEPI participase en la recuperación de La Vega.
El intento de Agustín Iglesias Caunedo no fructificó. Un gobierno del mismo color político en Oviedo y en Madrid no valió entonces y puede no valer ahora para resolver las dos cuestiones que plantea La Vega para la ciudad: la oportunidad de aprovechar sus espacios interiores, pero también de reestructurar la red viaria circundante, con el Bulevar de Santullano.
El alcalde, presionado por Somos, habló de que el Ejecutivo de Pedro Sánchez no eran los «reyes magos», pero también ha pecado de optimismo cuando anunció que en verano estaría en marcha una comisión mixta para abordar el futuro de las instalaciones entre el Ministerio de Defensa y el Ayuntamiento. La comisión, a la que el alcalde quería sumar al Principado por sus competencias en Patrimonio, nunca se puso en marcha. Tampoco cuando se llegó a un acuerdo similar en 2015. El carrusel electoral de aquellos meses sin gobierno dejó al municipio sin interlocutores en el edificio del paseo de la Castellana, 109. En este verano, la triunfante moción de censura rompió el equipo con el que negociaba el Ayuntamiento.
Con ministra socialista ahora, el riesgo es el mismo: el ciclo electoral y la agenda política dejan muy poco espacio para negociar algo que es complejo y sencillo a la vez. Sencillo, porque se mide en euros; complejo, porque implica a tres administraciones -hoy del mismo signo, pero quién sabe si será así en mayo- y un proceso administrativo largo y pesado.

Los papeles lo son todo

«Siendo optimistas y con un acuerdo cerrado hoy, seguiríamos usando La Vega -para cosas concretas algunos días- como hasta ahora muchos años», explica un técnico municipal. Razona que «el recinto no se puede abrir, los edificios están en mal estado y podría haber accidentes, con lo que esas cosas de 'abrir La Vega' a la ciudad que son declaraciones, pero no posibilidades y antes de que entremos nosotros, entrará Patrimonio». Ese es otro miedo. La relación de la ciudad con el órgano regional encargado de velar por nuestros monumentos daría para un libro casi de terror. Permitió derribar El Fontán, pero no tocar la plaza de toros, por ejemplo. «Si Patrimonio se pone exquisito, casi que se lo quede Defensa», abunda.
Ahora mismo apenas hay cuatro elementos catalogados. Principalmente, los restos de la iglesia románica y del claustro y el pabellón de acceso. Dentro hay mucho más. El taller de Cañones, obra de Ildefonso Sánchez del Río, por ejemplo. Una nave de 162 metros de longitud y 30 metros de ancho sin apoyos, que sustenta su cubierta con un sistema de vigas y tirantes. También una central térmica, chalés historicistas, escuelas... El conjunto es único, pero una protección rígida que impida adaptar edificios o espacios puede lastrar los objetivos municipales o hacerlos inviables.
«Aunque Patrimonio tarde dos días en catalogar el conjunto y nosotros no tengamos nada que alegar, aún habría que tramitar el plan especial para poder cambiar los usos porque ahora son suelos industriales, mínimo 18 meses, encargar los proyectos, licitar las obras... Años nos quedan», resume.

Largo camino

Todo el mundo lo sabe. El camino será largo, si va bien, o muy largo, si va mal. Tal vez por eso el alcalde templa entusiasmos y enfría expectativas, incluso después de encauzar tres veces en tres años y con tres ministros y ministras distintos las conversaciones. «El objetivo», explicó el alcalde en junio, «es ir incorporando de forma progresiva la fábrica a la vida económica, cultural y urbana de Oviedo».
Después de casi dos años de parón, había prisa. López apostó ese mismo día tras reunirse con Cospedal por «crear la comisión de inmediato, ya» y tener cerrada su composición este mismo mes «para no perder tiempo. Llevamos cinco años sin actividad en la fábrica, no podemos seguir más tiempo así, porque cada día que pasa la fábrica se degrada y estamos convencidos que hay que actuar de inmediato para darle un uso que además responda a los intereses de Oviedo». Esa inmediatez se vio frustrada por la moción de censura, pero esa inmediatez solo se puede lograr con usos temporales.
¿Y en el futuro, qué? En el futuro habrá un acuerdo económico. El Ayuntamiento pagará, en metálico o en suelos, por la fábrica. El cuánto no se sabe. El equipo de Cospedal dejó perpleja a la delegación municipal en enero. Defensa dejó caer un precio: alrededor de 32 millones de euros. La cuenta era sencilla: 118.730 metros cuadrados de suelo, con la edificabilidad actual de la parcela (0,46 metros construidos por metro de suelo) y el precio de venta de metro industrial en Oviedo, alrededor de 600 euros por metro cuadrado, tomando como referencia el precio del metro industrial en el polígono de Olloniego y no el del Espíritu Santo, más cercano y más caro, como un signo de buena voluntad.
32 millones y negociables. El alcalde insistió en que eran «una estimación» y que sus números «están bastante lejos de ella». Defensa, en cualquier caso, no pedía dinero por los terrenos, sino suelos, y los algo más de 32 millones de euros puestos sobre la mesa eran una ganga. El anterior equipo de gobierno negoció una solución en la que el ministerio obtenía a cambio de La Vega la recalificación de los suelos más próximos a Ángel Cañedo para viviendas. En total, cerca de 50.000 metros construibles, unos 500 pisos que, según las valoraciones habituales, rendían para el ministerio cerca de 50 millones de euros.
El proyecto de Agustín Iglesias Caunedo pasaba por dividir el terreno en dos zonas. Una para equipamiento, la más próxima al centro y en la que se concentrarían los elementos a proteger, y otra de aprovechamientos lucrativos en el borde con La Tenderina, donde ahora se ubican los chalés de los oficiales, y Ángel Cañedo.
Si se suma el intento de Caunedo para que la SEPI gestionase La Vega, en cuatro años el Ayuntamiento ha hecho o negociado cinco propuestas distintas para recuperar la fábrica de armas. Lo ha hecho ante cuatro ministerios de Defensa distintos -tres del PP y uno del PSOE- y con el de Hacienda de Montoro. Nada ha dado aún resultado y cuando lo dé, aún faltará un largo camino para hacer algo más que la Noche Blanca o la 'Fábrica Scorsese'.

No hay comentarios: