lunes, 19 de diciembre de 2022

Coincido...Lecturas a seguir.

«Los asturianos parece que somos enemigos en Asturias y hermanos fuera» Álvaro Boro OVIEDO Pablo Rodríguez Calzado publica su segundo libro, «Romancero asturiano» 19 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h. Comentar · 0 Pablo Rodríguez Calzado (Piedras Blancas, 1990) publica Romancero asturiano (Ed. Camelot), su segundo libro y proyecto vital del autor. Imbuido por Lorca y su Romancero gitano. Rodríguez Calzado escribe este romancero con la intención de universalizar la temática astur desde la tradición a la vanguardia. Un libro que trata de contar lo nuestro para todos, porque no hay mejor manera de ser universal que desde lo local. -¿Cómo le surgió la idea de escribir este libro? -Tengo a Federico García Lorca como referente desde siempre. Llegué a Madrid hace unos años y allí empecé a investigar sobre su figura y obra y ese encantamiento que me produce. Desde el primer instante que leí el Romancero Gitano flipé, y asomándome a él desde Madrid empaticé mucho, me sentí identificado, y se creó en mí una relación entre lo que leía y Asturias: misticismo, el monte, el verde, la minería. -La referencia lorquiana es clara, en sus romances es patente el uso del simbolismo y la presencia de la mitología. -El simbolismo misterioso aferrado a una mitología gitana es lo que usa García Lorca, y aquí hay una mitología asturiana muy potente y está presente el simbolismo en la tradición, como la luna, la güestia o la foguera de San Xuan. Son tradiciones distintas, pero en las que siempre está presente esa reminiscencia mágica. A mi manera fui intentando hacer algo que se pareciese, un poco, a lo de Federico, pero aún estoy muy lejos. Soy Pablo Rodríguez Calzado, es absurdo compararme con un genio como Federico García Lorca. -¿Tiene alguna otra influencia a la hora de escribir? -Hablo mucho de Nuberu, a los que vuelvo una y otra vez. Gracias a Chus Pedro llegaron a mí las primeras nociones de cultura asturiana, Me interesa la tradición de la canción popular asturiana, partiendo de temas locales consiguen la universalidad. -¿Podría decir que este romancero fue un proyecto vital? -Fue el primer libro que escribí en mi vida, pero el segundo en ser publicado. Tarde mucho en acabarlo, lo arrastré durante largo tiempo, pero tenía claro que este proyecto iba a ser central en mi obra. -El «Romancero asturiano», pero escrito en español. -Lo escribí así porque quería que llegase a un mayor público, y porque así me salió y lo sentí. Solo hay un poema en asturianu, Versión de la xente, el único que no es un romance. Es una versión libre del himno de Asturias en asturianu. -¿Ve una futura traducción? -Me encantaría, la verdad. Desconozco si existe una adaptabilidad total por métrica y ritmo, pero estaría muy contento si alguien es capaz de hacerlo bien y trabajarlo, sería un honor. -No es una lectura muy densa, pero se observan varias capas de lectura. -Uno de mis principales conflictos era no caer en lo plúmbeo y que se comprendiese ese uso de las metáforas, que además de ese sentimiento interno en cada renglón contase una historia. Es un libro que admite varias relecturas, creo que así es la única manera de abarcarlo en toda su totalidad. -¿Qué le dicen sus lectores? -La acogida está siendo muy buena. Es un libro sin una pretensión comercial principal, pero está funcionando: yo contento y la editorial más. Además, los medios están, estáis, acogiendo y dándole espacio. Estoy muy contento, no te puedo decir otra cosa. -Los romances abarcan desde el origen mitológico de la tradición asturiana a episodios cercanos a nuestros días. -No quería que Romancero asturiano fuese un panfleto, algo vacío de calidad y forma y cargado de política y moralismo, que es lo que ahora parece que impera. Quise abordarlo con el tema de la mitología y la mística para que guarde así más carga lírica y estética, trato de que la forma acompañe al contenido sin que nada se descompense. No quiero descuidar nada, o trato de no hacerlo. -Escribe en su último romance «La soberbia tiene nombre / si va por el monte Pablo / jugando a ser Federico / sin la sangre de gitano». -Nadie se toma nada tan en serio como los niños el juego. Cuento que soy el narrador, y con algo de humor señalo mi soberbia y atrevimiento por tratar de hacer algo que se asemeje a la labor de Lorca. -En el romance Tragedia usted cuenta la versión de Maruxina basándose en Nel pozu María Luisa. Es algo novedoso contar la versión de la mujer. R- Quería mostrar ese sufrimiento de la mujer, que muchas veces quedó ocultado por la heroica labor de los hombres en la mina, cada vez que sus maridos, hijos, familiares, tenían que bajar metros bajo tierra a ganarse el pan. La importancia de las mujeres en la historia asturiana es algo que jamás estará suficientemente agradecido ni valorado. -¿Qué tenemos todos los asturianos en común? -Hay un sentimiento de arraigo y amor a la tierra increíble, lo que pasa que muchas veces permanece latente hasta que no estamos lejos. Hay unos localismos absurdos que nos ciegan, los asturianos parece que somos enemigos en Asturias y hermanos fuera. -¿Qué futuro le ve a la región? -Creo que hay mucha potencia, mucho potencial. Asturias tiene una unión humanista detrás que está por estallar. Creo que es el momento de luchar todos a una. No hay que ser pesimistas, hay que ponerse a trabajar.

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