miércoles, 5 de febrero de 2020

Llamarse andana....

El Ejército omite hacer referencia al 8x8 en sus previsiones para este año

El 8x8 conlleva una carga muy importante de trabajo para la fábrica de Trubia. / E. C.
El 8x8 conlleva una carga muy importante de trabajo para la fábrica de Trubia. /E. C.

El informe sobre Logros 2019 y Retos 2020 del Estado Mayor elude mentar el programa, pese a que los demostradores tienen fecha de pruebas

G. D. -R.OVIEDO.

El Ejército de Tierra tiene sus tradiciones. Cada mes de enero, en la revista propia 'Ejército', el jefe del Estado Mayor del Ejército (JEME) firma un artículo en el que hace balance del ejercicio recién concluido y prospección y deseos para el próximo. En el de este mes pasado, las referencias al programa de los nuevos Vehículos de Combate sobre Ruedas (VCR) 8x8 desaparecen, después de ocupar un espacio significativo entre las previsiones del Estado Mayor con ocasión de los análisis de logros y retos en 2018 y 2019.
La ausencia de menciones al programa, junto a que no se encuentra el plan de contratación para el ejercicio que publicó el Ministerio de Defensa esta semana, abre nuevos interrogantes sobre un contrato por el que suspira el Ejército y al que aspira Santa Bárbara Sistemas, después del fiasco de la adjudicación directa intentada el año pasado. En diciembre, la Dirección General de Armamento y Material del Ministerio de Defensa declaró desierta la licitación y acusó a la empresa de incumplir los condicionantes técnicos y económicos del programa. Después confirmó que el programa seguiría adelante con o sin Santa Bárbara y anunció que estudiaba una licitación abierta.
La casa matriz de la planta trubieca se apresuró a ofrecer diálogo al Ministerio en busca de la mejor solución y prometió una mejora de su oferta para el desarrollo del 8x8 Dragón, sobre la plataforma Piranha V. Margarita Robles, por su parte, insiste en que el objetivo del ministerio es que se cumplan los pliegos y dotar cuanto antes al Ejército de los nuevos vehículos que deben sustituir a los BMR y M-113, completamente obsoletos.
El programa está íntimamente ligado al desarrollo de la brigada experimental Fuerza 2035, de la que debería ser su columna vertebral, y aunque el jefe del Estado Mayor señala los avances en la nueva organización operativa del Ejército para el futuro, no hace una sola alusión al 8x8, mientras que en los dos años anteriores anunciaba la llegada -luego incumplida- de los prototipos y el inicio de las «pruebas de evaluación operativa, tanto de los vehículos como de los programas tecnológicos a ellos asociados». Entre las principales novedades en material para este año, el Estado Mayor solo prevé la llegada del prototipo del nuevo vehículo de zapadores.

Ausencia extraña

La ausencia es extraña y más en el ambiente enrarecido generado tras declarar desierta la licitación. Máxime si se tiene en cuenta que después de llevar dos años anunciando la llegada de los demostradores del programa, es inminente. El Ejército de Tierra, de hecho, tiene programada la fase de pruebas de los cinco demostradores del novedoso blindado, encargados por 91 millones de euros la UTE formada por Santa Bárbara, Sapa e Indra, el próximo 2 de julio. Por lo pronto, dos de los prototipos, el D1 y el D2, armados con torre y cañón de 30 milímetros, ya están terminados y realizando pruebas de movilidad en Las Canteras (Alcalá de Guadaíra) en una de las pistas de la factoría sevillana. Pese a ese avance tras numerosos retrasos, el jefe del Estado Mayor obvia cualquier mención a un programa que preveía la entrega al Ejéfcito de 348 unidades del vehículo en distintas configuraciones por 2.083 millones de euros.

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