domingo, 2 de febrero de 2020

Realidades penosas...

Asturias cuenta con 26.000 hogares en los que todos sus miembros están en paro

Asturias cuenta con 59.300 parados. /
Asturias cuenta con 59.300 parados.

La cifra creció en 2019 en 1.700 familias, mientras que el desempleo de larga duración aumentó en 2.200 personas

NOELIA A. ERAUSQUINGIJÓN.
La crisis tiene distintas caras y, aunque se da por superada, al menos en términos macroeconómicos, para muchas familias sigue marcando su día a día. Son aquellos que continúan viviendo sus efectos, como los parados de muy larga duración, cuyo puesto se perdió en ese periodo y que están encontrando muchos problemas para volver a reengancharse al mercado laboral. De hecho, unos 23.300 asturianos llevan más de dos años sin trabajo y en búsqueda activa de empleo. Suponen el 39,3% de los parados en la región, cifrados en la última Encuesta de Población Activa (EPA) en 59.300 personas, tras crecer en 1.600 personas, un 2,9%, en 2019. A ellos se suman otros 8.800 que llevan en esta situación entre 12 y 24 meses, el 14,8%. Son, además, cifras al alza en el último ejercicio y que suponen que más de un 54% de los desempleados de la región lo son de larga duración, frente al 43,5% de la media nacional. Este colectivo incorporó en 2019 a 2.200 personas, lo que denota el menor dinamismo del mercado laboral asturiano. Además, implica otra derivada: muchos de ellos ya no cuentan con subsidio por desempleo.
Pero más allá del problema que supone esta situación personal, los grandes dramas se viven, sobre todo, en los hogares en los que todos sus miembros están en paro, 26.000 en el Principado, una cifra que volvió a crecer en este 2019, en concreto en 1.700 familias, un 7%. Con estas subidas, se da la circunstancia de que en Asturias casi en uno de cada diez hogares en los que hay personas que quieren trabajar todos sus integrantes están en paro. En concreto, en el 9,06%.
Pero más allá de las cifras, estas esconden tragedias personales, porque además el paro de larga duración no es homogéneo y se ceba en dos colectivos: los jóvenes, que no pueden tener unas perspectivas de vida, lo que tiene efectos en la demografía e implica fugas de talento, y los mayores de 45 años, muchos ya con familia a la que resulta complicado mantener y a los que, además, se condena a una vejez pobre.
Las implicaciones son serias, tanto para ellos como para el territorio, alerta la secretaría de Política Sindical de UGT, Mar Celemín. Así, es un «drama de la región» que los jóvenes no puedan tener descendencia o acaben marchándose al no lograr oportunidades laborales sin que, además, se rentabilice la inversión en formación realizada en ellos. Y, por otro lado, con el paro de los que superan los 45 años, se pierde también una nueva generación, que no podrá tener las mismas oportunidades ante la falta de recursos. De ahí que su sindicato reclame planes de choque que empujen la empleabilidad entre jóvenes y mayores.

«Emergencia social»

Desde UGT se habla de «la cronificación» del paro, mientras que en CC OO hacen referencia a una auténtica «emergencia social». La responsable del área de Empleo y Formación de CC OO, Úrsula Szalata, pone también el foco en el sector que más sufrió la crisis, la construcción, y cuya mano de obra, a pesar de que esté repuntando la actividad, tiene que buscar una recualificación difícil. Insiste, además, en que la baja calidad del empleo implica también que, aunque se logre trabajar unos meses, no se consigue la cobertura suficiente para subsistir.
Por otro lado, en USO, su coordinador, Juanjo Estrada, recuerda que todo ello se da en la comunidad con la menor tasa de actividad de España, del 50,77%, algo que permite estadísticamente mantener el paro en tasas más bajas, aunque crecientes en este último ejercicio y cada vez más cercanas a la media nacional que tiene, sin embargo, un porcentaje de población activa muy superior.
De hecho, parte de la bajada del desempleo en los últimos años se atribuye a un descenso demográfico y también a la constante caída de la población activa, mientras que en 2019 esta aumentó ligeramente, en 3.000 personas, subida que, sumada al menor dinamismo de la economía regional, justifica también en parte el incremento del paro.
Desde la CSI, por su parte, su secretario general, Ignacio Fuster, cree que «el tejido industrial cada vez es más escaso» y alerta de que Asturias se encuentra cerca de «una crisis mayor que la de 2007». Reconoce también que a su sindicato «cada vez viene más gente con serios problemas para llegar a final de mes y a solicitar alimentos». De hecho, entre los jóvenes la tasa de paro se eleva al 30,55% desde el 27,5% de hace un año y entre los mayores de 55 años crece del 8,3% al 10,4%.

Soluciones

Ante este panorama, sindicatos y patronal urgen medidas que permitan mejorar el mercado laboral, aunque con distintas recetas. Así, los primeros coinciden en pedir la derogación de las reformas laborales y piden una normativa que mejore también la calidad del empleo, mientras que desde la Federación Asturiana de Empresarios se insiste en que es «imprescindible» intensificar los esfuerzos para afrontar los riesgos que amenazan la economía de la región, así como «dinamizar la actividad y la inversión, reforzar la capacidad de generación de empleo» y mejorar el ajuste entre oferta y demanda del mercado laboral. Ya que se da otra paradoja, porque, a pesar de los 59.300 parados, existen perfiles que las compañías buscan y no encuentran, de ahí que se insista en la Formación Profesional Dual e, incluso, elevar esa dualidad al ámbito universitario.
En otro punto en el que coinciden los agentes sociales es en la necesidad de relanzar de nuevo la industria asturiana, con un PIB que roza el 20% y cuyo empleo ya no llega al 13% del total, pero que además sirve de verdadero tractor para otros sectores, como puede ser el de servicios.

No hay comentarios: