domingo, 28 de abril de 2019

La Viña y la Lluera.....

Oviedo hace 30.000 años

Algunos de los útiles hallados en La Zoreda. / PIÑA
Algunos de los útiles hallados en La Zoreda. / PIÑA

Las cuevas de La Viña y la Lluera probaron la presencia de neandertales y sapiens en el concejo antes del hallazgo de La Manjoya

J. C. A. OVIEDO.
Oviedo solutrense y musteriense y, ¿neandertal? Quizás. El hallazgo esta semana de varias piezas fechadas en el Paleolítico Medio en el bosque de La Zoreda ha reavivado el interés por los restos prehistóricos del municipio. El hacha bifaz encontrada en La Manjoya por el arqueólogo Alfonso Fanjul encajaría en el tipo de tecnología empleada por los neandertales entre el 35.500 y 30.000 a. C.
Su hallazgo y la zona en la que se produjo, en una antigua terraza flufial del Nalón, coincide con el curso del río de dos yacimientos de abrigo donde los arqueólogos llevan trabajando desde los años 80.
En La Manzaneda se encuentra el abrigo de La Viña, conocido en 1978 y estudiado en un primer momento por el profesor Javier Fortea. Por la disposición de los estratos de la tierra de esta cueva se llegó a pensar en que el paso del paleolítico medio al superior fue una transición evolutiva, pero ulteriores trabajos desvelaron que la propia erosión que sufrió el terreno alteró la disposición de los hallazgos de La Viña, cambiando el discurso histórico. El salto real de los primeros ocupantes neandertales de La Viña hasta las fechas en que el homo sapiens aparece en esta cueva es de cerca de 10.000 años. En este yacimiento se encuentra la mayor secuencia del Paleolítico Medio al Superior en Asturias con restos de tecnología musteriense a magadaleniense.
LAS CLAVESLA VIÑA Los materiales hallados trazan una cronología completa del Paleolítico Superior LA LLUERA Se cree que una de las galerías era un templo dedicado al Sol. También se hallaron herramientas
Siguiendo el curso del río y una década después, quien fuera director general de Patrimonio, Adolfo Rodríguez Asensio, lideró la investigación de la cueva de la Lluera, en Priorio.
Según los estudios de Rodríguez Asensio, La Lluera funcionaba como un santuario solar y cada una de las figuras grabadas está orientada al astro rey. El abrigo cambia de aspecto siguiendo el viaje del sol por el cielo. La galería contigua conforma el yacimiento, donde se encontró un arpón, entre otras piezas. Era la oquedad «habitable», ya que por el suelo de la contigua corre un manantial que fluye hacia el cercano río. Los grupos de homo sapiens que la usaron hace 20.000 años como refugio no debían ser numerosos. Los 16 metros de galería apenas tienen dos de ancho.
El último descubrimiento mueble en la Lluera fue en 2013 cuando se hallaron varias cuentas que parecen conformar un collar y cuya antigüedad dataría entre los 16.000 y 15.000 años, tiempo en que se data en la Península Ibérica el periodo solutrense, al que se cree pertenece. Este yacimiento está considerado como el más completo santuario exterior de arte paleolítico de Europa, por su singular ubicación, pero también por la serie de grabados que alberga.
En La Manjoya, las primeras hipótesis apuntan a que las lascas y raederas halladas pertenecieron a una población de neandertales nómadas que pudieron establecerse durante un periodo de tiempo a orillas del río Gafo. Sin embargo, al tratarse de un yacimiento al aire libre, es improbable que los investigadores encuentren restos biológicos que adscriban la tecnología a una especie determinada como sí ocurrió en la cueva de El Sidrón, en Piloña.

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