domingo, 25 de octubre de 2020

S O S.. Castros....

Un plan (urgente) para la protección de los castros asturianos El abandono del castro de Mohías en Coaña es un nuevo síntoma de que algo grave falla en los últimos años en la gestión del patrimonio arqueológico castreño. PorRubén Montes en 22 octubre 2020 Castro de Mohías. Foto: Iván G. Fernández SHARETWEET El Castro de Mohías en el concejo de Coaña, si bien eclipsado en parte por la enorme proyección del vecino Castelón de Villacondide y de otros yacimientos castreños cercanos, ocupa un papel relevante en la nómina de poblados protohistóricos excavados en Asturias y la historia de su investigación ejemplifica la de este tipo de enclaves en la región. Así, aunque reconocido ya en 1939 por Antonio García y Bellido y Juan Uría Ríu, ilustres excavadores de El Castelón y del castro de Pendia en la posguerra, hubo de esperar a los años sesenta para que se realizasen las primeras excavaciones arqueológicas. En este tiempo, entre 1968 y 1970, se sucedieron las campañas dirigidas por Jesús Martínez y Juan Manuel Junceda Avello, médicos de formación, continuadas en 1971 y 1972 por Emilio Olávarri. Fue entonces cuando se exhumaron la mayor parte de la veintena de construcciones reconocibles actualmente y un sector de las antiguas defensas y cuando se procesaron una serie de muestras orgánicas que durante mucho tiempo, para sonrojo de la comunidad científica, constituyeron las únicas referencias 14C castreñas asturianas. Foto aérea del castro de Mohías, con Ortigueira y el mar Cantábrico al fondo. Foto Ángel Villa. Posteriormente, en 1982, durante el desarrollo de un curso de Extensión Universitaria de la Universidad de Oviedo dirigido por los profesores Francisco Jordá y Javier González-Tablas se acometieron en el castro nuevas intervenciones, de incidencia menor. En esta misma década algunos de los materiales recuperados en las viejas excavaciones serán publicados en las pioneras obras de síntesis de Carmen Fernández Ochoa y José Luis Maya, dos de los principales protagonistas de la arqueología contemporánea en Asturias. Por su parte, Elías Carrocera, en el marco de las investigaciones que venía realizando por aquel entonces en el valle del Navia, emprendió en 1989 nuevas labores de limpieza y regularización del espacio excavado con anterioridad, cuyo silencio bibliográfico resulta inexplicable. Una de las viviendas del castro. Foto: Iván G. Fernández. Más tarde, en 1997, la Consejería de Cultura encargó a Ángel Villa la redacción del Plan Arqueológico Director de la Cuenca del Navia. A partir de entonces, gracias al desarrollo durante varios lustros de este plan, se consiguió poner en valor la ruina arqueológica con un esfuerzo económico modesto orientado al mantenimiento periódico, el acondicionamiento básico y la señalización. Se logró en aquel tiempo recuperar el yacimiento para el disfrute público e incorporarlo en el circuito de visitas del patrimonio arqueológico de la comarca. Estado actual del castro. Foto: Iván G. Fernández. Sin embargo, esta situación en la que el yacimiento formaba parte de un proyecto integral y sostenido en el tiempo como el Plan Arqueológico Navia-Eo ni se mantuvo ni tuvo alternativa solvente alguna. Las consecuencias de esta abrupta e incomprensible paralización, de causas arcanas y seguramente inconfesables por las que deberíamos preguntar a los sucesivos responsable de cultura del Gobierno autonómico, resultan cada vez más evidentes. El pasado mes, el diputado de Podemos en la Junta General del Principado, Rafael Palacios, denunciaba en los medios de comunicación, tras visitar el yacimiento, su lamentable estado de abandono y formulaba una pregunta sobre sus causas al Consejo de Gobierno. Pero, lamentablemente, esta penosa imagen de incuria, ni obedece más que secundariamente a circunstancias extraordinarias como la crisis sanitaria como argumentan las autoridades autonómicas, ni se limitan a este bien arqueológico. Conviene recordar las noticias sobre el abandono de El Castelón de Coaña, que ha llevado al Ayuntamiento a reclamar actuaciones urgentes y que recientemente ha motivado que el diputado autonómico popular Álvaro Queipo haya interpelado a la Consejera de Cultura sobre el particular, provocando la reacción inmediata del Servicio de Patrimonio anunciando diversas actuaciones que llevan años siendo demoradas a pesar de su evidente necesidad. Por si este ejemplo fuera insuficiente, hemos de recordar, entre las que han trascendido en los medios de comunicación, las evidentes muestras de dejadez en el mantenimiento del castro allandés de San Chuis o lo disparatado del tristemente célebre proyecto de consolidación del Chao Samartín, en Grandas de Salime, en las que el seguidismo cómplice de los órganos autonómicos competentes con las aberrantes intenciones municipales pondrán en serio riesgo tan singular yacimiento. El diputado de Podemos Rafa Palacios en una visita al castro. Foto: Iván G. Fernández. La conclusión se hace obvia: algo grave falla en la gestión del patrimonio arqueológico castreño asturiano de los últimos años. El escenario indicado en el que existía una planificación a medio-largo plazo con jerarquización de prioridades ha dado paso, siendo condescendientes en la valoración, a otro sin planificación alguna, sin coherencia en las actuaciones y regido por la improvisación y por impulsos localistas que generalmente no pasan de ocurrencias más o menos oportunas, cuando no se convierten, como en el caso del Chao Samartín, en verdaderas amenazas de atentados patrimoniales. Urge reconducir esta situación, que se prolonga ya demasiado tiempo, y en este sentido, las recientes informaciones proporcionadas por la Consejería de Cultura anunciando un plan de actuaciones en los castros de occidente constituyen una esperanza. Ojalá en esta ocasión no sean, otra vez, palabras vacuas encaminadas simplemente a acallar las críticas como ha venido sucediendo con las de quienes precedieron en el cargo a los actuales responsables. En este artículo:Álvaro Queipo, Ángel Villa, arqueología, cabecera, castro Mohías, Chao san Martín, cultura castreña, Plan Arqueológico Director de la Cuenca del Navia, Podemos Asturies, Rafa Palacios, Rubén Montés Siguiente: Confeti de Odio y Sandra Estrada en Mieres No te pierdas: En torno a la desindustrialización Rubén Montes Escrito por Rubén Montes Es arqueólogo

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