martes, 22 de junio de 2021

Casi siempre Zapico, casi siempre....

¿Siempre gana la banca? Ante la ola de despidos y el cierre masivo de oficinas, sobre todo en el medio rural, el Gobierno no puede limitarse a realizar un brindis al sol: tiene que activar la maquinaria del BOE. Por José Manuel Zapico 22 junio 2021 Empleado público y secretario general de CCOO de Asturies. La banca se ha convertido en el paraíso de las paradojas: bate récord de beneficios (aumentaron un 60%), sus ejecutivos multiplican sus sueldos millonarios y blindan sus pensiones de oro, pero anuncian una auténtica masacre laboral con miles de despidos. Podrán pensar que recurro a la demagogia, así que vayamos a los datos. Les daré tres ejemplos: El BBVA va a prescindir finalmente de 2.935 personas (en Asturias en torno al 20% de la plantilla) mientras su presidente, Carlos Torres, se embolsó el año pasado 4,1 millones de euros. El presidente de CaixaBank ha triplicado su sueldo (este año recibirá 1,5 millones de euros) y pretende llevar a cabo un ERE que supondría el despido colectivo de 7.791 personas, mientras acumula unos beneficios de 4.786 millones en el primer trimestre de este año. El Banco Santander multiplicó por cinco sus beneficios, pero pretendía despedir a 5.100 trabajadoras y trabajadores, que logramos reducir a 3.600 después de la intervención sindical en unas difíciles negociaciones dado el marco legal impuesto por la reforma laboral. Y por el camino no podemos olvidar que han llevado a cabo una escabechina en la red de oficinas: seis de cada diez sucursales se han cerrado en la última década. Este mismo periódico publicó recientemente que solo en los tres primeros meses del año, los diez grandes grupos bancarios españoles habían cerrado 860 sucursales. Solo el BBVA quiere cerrar cerca de 500 de las aproximadamente 2.500 que tiene en España. CaixaBank 1.500 de sus 5.500. Otras entidades, como Santander, Sabadell, Liberbank y Unicaja (en proceso de fusión) podrían seguir el mismo camino. Las principales víctimas son las zonas rurales y las personas mayores, que se quedan sin acceso a su dinero o se ven obligados a superar una carrera de obstáculos para administrar su pensión. Además, en los últimos meses han protagonizado una escalada de comisiones bancarias, hasta el punto de convertirse en un auténtico atraco a mano armada (solo superado por el rescate a la banca con dinero público que nunca van a devolver). En resumen: tenemos peores servicios pero más caros. “Mientras cometía todos estos atropellos, la banca gastaba millones en publicidad para dar su mejor imagen” Mientras cometía todos estos atropellos, la banca gastaba millones en publicidad para dar su mejor imagen. Propaganda para tapar el verdadero rostro del sistema financiero en nuestro país: presión comercial hasta extremos inconfesables, prácticas que rozan la extorsión a sus trabajadores y trabajadoras, exigencias desmedidas, cientos de horas extras que nunca se cobran o amenazas de despidos al menor amago de protesta. La banca quiere destruir este año 21.000 puestos de trabajo mientras camina con paso firme hacia el oligopolio. Su voracidad es tan insaciable como indecente y pone contra las cuerdas a la democracia porque cuando hayan conseguido repartirse el pastel entre un puñado de bancos, habrán liquidado el libre mercado y la competencia. Los sindicatos llevamos tiempo denunciando todo esto mientras los diferentes gobiernos optaron por mirar a otro lado. Ahora estamos llevando a cabo movilizaciones en todo el país contra la masacre laboral y el cierre de oficinas. Y queremos agradecer el apoyo de una ciudadanía atónita. Movilización de trabajadores de Caixabank. Foto: David Aguilar Sánchez. Ha llegado el momento de tomar medidas porque el Gobierno de España no puede ser un convidado de piedra. No solo hay que detener esta carnicería laboral, también hay que garantizar la presencia de los bancos en la España vaciada y evitar que condenen al aislamiento financiero a millones de personas mayores. Debemos impedir prácticas casi mafiosas que ponen a miles de personas trabajadoras al borde del abismo. Y no podemos seguir mirando para otro lado ante los sueldos de escándalo de los grandes ejecutivos de la banca, que han merecido las críticas del Banco Central Europeo, del Banco de España e incluso de la propia vicepresidenta económica, nada sospechosa de enemistad con el Ibex 35. “Hay que garantizar la presencia de los bancos en la España vaciada” La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha salido también al paso asegurando que no “es el momento de despidos”. Y tiene toda la razón. Lo que ocurre es que la reforma laboral impuesta en su día por el Partido Popular, y que el actual Gobierno se había comprometido a derogar y aún no ha hecho, facilita precisamente que las empresas despidan sin causa justificada ni dar explicaciones. De aquellas reformas, estos despidos. Se han acabado los tiempos de las buenas palabras, es la hora de tomar decisiones. El Gobierno no puede limitarse a realizar brindis al sol, tiene que activar la maquinaria del BOE.

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