lunes, 28 de junio de 2021

Querido compañero...habrá que examinarlo detalladamente y...concluir.

José Manuel Zapico: «No puede exigirse a Asturias el mismo esfuerzo medioambiental que al conjunto de países» CARMEN LIEDO REDACCIÓN ASTURIAS José Manuel Zapico, Secretario General de CC OO AsturiasJosé Manuel Zapico, Secretario General de CC OO Asturias Recién reelegido secretario general de CCOO de Asturias, tiende la mano a los agentes políticos y sociales de la región para buscar «amplios acuerdos» 28 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h. Comentar · 1 José Manuel Zapico salía reelegido hace poco más de una semana como secretario general de CC OO de Asturias, un sindicato más cohesionado que nunca que por primera vez en 30 años presentó una lista única a la comisión ejecutiva al reconocerse «la pluralidad» interna que pueda tener la organización como «un valor». Como primera fuerza sindical de la región, Zapico señala que nada de lo que ocurre en Asturias les es ajeno y, por ello, CC OO se ve también con la responsabilidad de dar respuesta a los importantes problemas de la región: desde la emergencia industrial hasta el reto demográfico. No obstante, tiene claro que la solución que necesita la región depende en gran medida de «la sensibilidad» que tenga el Consejo de Ministros con los problemas que se acusan desde hace años. -El congreso ha avalado su gestión y la de su ejecutiva con una amplísima mayoría, ¿cómo interpreta ese respaldo tras ser reelegido? -Ha sido un congreso de unidad y de acción, y estamos muy satisfechos porque hace cuatro años una nueva generación de sindicalistas dábamos un paso adelante para cambiar el paso al sindicato y ahora hemos obtenido la confianza de manera muy amplia para consolidar ese cambio. Además, hay que destacar que por vez primera en los últimos 30 años conseguimos una única lista a la comisión ejecutiva que da muestra de la cohesión interna que existe en este momento y que el conjunto de la organización está centrada en los problemas que están fuera. En la negociación colectiva en los centros de trabajo y en la acción sindical para tratar que Asturias, en unos momentos muy decisivos y muy delicados en los que probablemente se estén tomando decisiones o se van a tomar en los próximos meses, que van a condicionar el futuro de Asturias en las próximas décadas, pues CC OO tiene que estar a la altura con propuesta y tratando de remover los obstáculos que impiden poder tener un proyecto vital en Asturias para la gente joven. Queremos construir una Asturias para vivir y trabajar y por eso estamos muy satisfechos con este congreso de unidad y muy centrado en la acción sindical para ofrecer a la sociedad un sindicato solvente y con propuesta. -Los resultados dejan patente que CC OO de Asturias es un sindicato cohesionado, ¿qué ha cambiado internamente para lograr esta situación utópica muchas veces? -Fundamentalmente, lo que ha cambiado es que hay una dirección que reconoce que la pluralidad que existe dentro de la organización es un valor y que como tal hay que cuidarlo y hay que integrarlo en las máximas responsabilidades. Y a partir de ahí, tener planes de trabajo muy concretos, poner todos los recursos de la organización al servicio de la afiliación, de los trabajadores y trabajadoras y centrar la acción del sindicato en los problemas de Asturias. Hay que tener en cuenta que el estado civil de la mayoría social de nuestro país y de nuestra región se llama precariedad y, por lo tanto, el sindicato no puede perder ni un minuto en mirarse el ombligo, sino que hay que centrarse en resolver los problemas de la gente joven, de las mujeres, de los mayores de 50 años, que tienen cada vez más dificultades para llegar a fin de mes, que viven entre la calle de la precariedad y el callejón de la pobreza. -¿Cuáles son las prioridades que va a establecer para este nuevo mandato? -Ser punta de lanza en la defensa de los intereses de los trabajadores en el sentido de que hay que pelear por una recuperación económica con empleo estable, salarios dignos y con servicios públicos de calidad porque, si no, no habrá recuperación. En el mismo sentido, en Asturias, pelear contra la emergencia industria, por el reto demográfico y también porque los fondos europeos se inviertan con sensatez para que puedan ser parte de la solución y una oportunidad para la región. -Cerraba el congreso diciendo que CC OO tiene que dar respuesta a los problemas de Asturias. ¿No es un objetivo demasiado ambicioso para el sindicato? ¿Acaso no ve capaz al Principado de dar esa respuesta que Asturias necesita? -CC OO como primera fuerza sindical tiene la responsabilidad de dar respuesta en el día a día a los problemas de los trabajadores en los centros de trabajo, pero siempre con la cabeza pensando en una sociedad más justa, con más derechos y más igualdad. En ese sentido, nada de lo que ocurre en Asturias nos es ajeno y el sindicato tiene organización, tiene propuesta y también a través de la negociación y movilización tiene músculo para remover todos los problemas que hay en Asturias y tratar de arrimar el hombro con otros agentes políticos y sociales buscando amplios acuerdos que permitan construir una Asturias mejor. -Dicho de otro modo ¿se ha decepcionado con la gestión de integrantes del Gobierno que también han crecido al calor del carbón? -Nosotros somos muy respetuosos con el rol que le toca jugar a cada gobierno. Lo que entendemos es que estos dos años de gobierno de Adrián Barbón, el liderazgo y audacia del que presume y trata de trasladar al conjunto de la sociedad, en el día a día no se percibe. Solo hay que ver la política que estamos desarrollando en materia industrial, en la que el Gobierno de Adrián Barbón no demuestra ningún tipo de influencia en el Consejo de Ministros, pese a que alardeaba de ello, y estamos viendo que en vez de audacia hay una situación de punto muerto en esa Consejería. Otro tanto de lo mismo ocurre, por ejemplo, en Educación, una de las herramientas principales para que la gente joven pueda quedarse en Asturias es que tengamos una formación profesional dual con contrato que ligue el relevo generacional a las empresas y no se percibe por parte de la Consejería inquietud en este sentido. Más allá, es cierto que Adrián Barbón ha tenido que gestionar una situación muy complicada por la pandemia y creemos que en ese sentido ha tenido más luces que sombras y hacemos una valoración positiva de la misma, pero sin duda quedan dos años de legislatura en los que tienen que buscar apoyos más amplios en la Junta General del Principado para poder alcanzar acuerdos en materias muy importantes, como industria, el reto demográfico o los fondos europeos. -Hablando de carbón… ¿qué hay de la transición justa que se pactó por el cierre de las minas y las centrales térmicas? -La transición en Asturias no es transición, es reconversión, porque está dejando territorios abandonados y trabajadores en el camino y lo que hay que exigir de una vez por todas es que Asturias esté en el mapa de la Moncloa. Eso pasa porque se entienda que la industria asturiana es singular y ante los cierres, en vez de compensaciones, podamos hablar de proyectos alternativos, generadores de actividad económica y de empleo, y se garanticen precios de la luz estables, predecibles y competitivos que permitan a nuestras empresas competir en igualdad de condiciones. Es decir, lo que pedimos es igualdad de trato con otras comunidades autónomas y con otros países de la UE para que las empresas asturianas puedan seguir desarrollándose e invirtiendo en nuestra región. -¿Algo que decir de los proyectos de Hunosa? Avanzamos en el 2021 y ninguno se ha materializado… -Parece que el plan para hacer híbrida la Central Térmica de La Pereda avanza, que fue una de las propuestas de la sección sindical de CC OO y es una buena noticia que así sea para poder tener un punto de actividad y de diversificación de la empresa hullera Hunosa. Pero es cierto que las políticas que están desarrollando son muy poco ambiciosas y les pedimos más ahínco, más dedicación y más horas de trabajo para poder sacar otros proyectos de diversificación por los que pasa el futuro de la empresa y para que sea motor de las comarcas mineras como han sido en otros tiempos. Pueden ser proyectos de restauración medioambiental, de biomasa o proyectos de nuevas aplicaciones para el carbón. Pero brillan por su ausencia y son un déficit de esta dirección. -Ha venido diciendo que la industria asturiana está en situación de emergencia, ¿qué medidas se necesitan para salvarla? -Sobre todo se necesita tiempo. Dar tiempo a nuestras industrias tradicionales para que puedan afrontar un proceso de transición a una industria más moderna y más sostenible. Y en ese proceso necesitan un nuevo estatuto para empresas electrointensivas o nuevas herramientas que les garanticen los precios de la luz estables, predecibles y competitivos. Necesitamos que el gobierno eleve al máximo de lo que permite la UE las compensaciones por costes indirectos del CO2 y también aranceles en frontera para que las cuestiones medioambientales sean competitivas con nuestras industrias y no se pueda importar acero sucio, por ejemplo. En cuanto a las deslocalizaciones, lo que tenemos en la mesa es que hay que revertir la reforma laboral, que quitó la autorización administrativa de loe EREs y que está en el fondo, por ejemplo, de la deslocalización de Vesuvius, una empresa con beneficios que se deslocaliza simplemente porque es más sencillo hacerlo en España que en otros países de la UE. Sólo necesitan cumplir requisitos legales y técnicos y la administración no puede denegar esos expedientes de regulación de empleo y esos cierres de empresas. Si no se cambia ese escenario, las empresas asturianas electrointensivas van a dejar de invertir y cuando empresas de ese tipo dejan de invertir, lo que están presentando son planes de cierre. -¿Teme que la actividad industrial de la región acabe como la actividad minera, desmantelada? -Hay oportunidades. Nosotros creemos que en Asturias hay conocimiento, hay talento, hay mano de obra cualificada, hay experiencia, hay polos económicos innovadores muy potentes, como pueden ser los astilleros o empresas tecnológicas en el ámbito de las energías renovables, pero necesitan de una atmósfera en la que se remuevan todos los obstáculos y los palos en las ruedas que está poniendo el gobierno central. Por lo tanto, uno de los objetivos de la UE es que el PIB de los países miembro esté basado en un 20% en actividad industrial y nosotros lo que reclamamos es que el Ministerio de Industria empuje por ese ahínco con el mismo empuje que el Ministerio de Transición Ecológica pone para alcanzar objetivos contra el cambio climático, objetivos que compartimos, porque hay que luchar contra el cambio climático porque nos va la vida en ello, pero además de los problemas del fin del mundo, tenemos que ocuparnos de los problemas de llegar a fin de mes. Las prisas en este sentido son malas consejeras y están teniendo consecuencias dramáticas para Asturias. Hay una carrera por enarbolar la bandera de lo verde y lo que puede ocurrir es que, en vez de los abanderados, seamos los tontos de la bandera. Esta lucha es global y de nada sirve que seamos los primeros de la clase cuando después tenemos que importar generación eléctrica de térmicas de carbón de Marruecos cuando el CO2 no entiende de fronteras. Por no hablar de China o de otros países que no tienen esos mismos compromisos medioambientales y, al final, el problema del cambio climático es global y tiene que haber un compromiso, pero no puede exigirse a Asturias el mismo esfuerzo que al conjunto de países. -Los sindicatos habéis convocado una movilización en defensa de la industria, ¿todavía tienen fuerza las manifestaciones para lograr respuestas de las administraciones? -Sí, la movilización siempre renta. Es un instrumento clave para sacar adelante cualquier reivindicación. Las organizaciones sindicales sabemos que tenemos que pelear para firmar acuerdos y que después tenemos que seguir peleando para que se cumplan esos acuerdos. La participación activa de los trabajadores en las reivindicaciones son fundamentales para levantar la voz y hacer saltar todas las alarmas. En este caso, de que Asturias se encuentra en emergencia industrial y necesita de la comprensión del Gobierno central, que tiene que poner el BOE al servicio de los trabajadores y del conjunto de la ciudadanía y no al servicio del oligopolio eléctrico; al Gobierno de Asturias, que tiene que liderar el clamor popular de que si a la industria le va bien, a Asturias le irá mejor; y a los empresarios, que tienen que demostrar su compromiso con Asturias con inversiones y arriesgando. La manifestación o el escenario reivindicativo siempre renta. -En los discursos políticos se habla de la Asturias ecológica y de la transformación digital para generar empleo y actividad económica, ¿cómo lo ve? -En política, el orden de los factores altera el producto. Es decir, se nos vende que por cada puesto de trabajo en industrias tradicionales se van a crear otros cuatro puestos de trabajo en industrias más sostenibles, pero no se nos dice ni cuando ni cómo. Lo que se está haciendo es que antes de crear puestos de trabajo, se están destruyendo. Entonces la consecuencia es que hay hartazgo, hay decepción, hay desconfianza hacia el proceso y un gobierno que defrauda a su base electoral tiene fecha de caducidad. O dicho de otra manera, frente a las políticas del ruido, del odio, de la xenofobia que se están generando en el país, el único antídoto que hay es mejorar la vida de la gente humilde, de los trabajadores y trabajadoras. En ese sentido, es fundamental que la transición comience generando confianzas, que para nosotros es la creación de puestos de trabajo. Hay que empezar por construir puesto de trabajo y no por destruir y esperar a ver qué pasa. Si no, no es una transición, si no es una reconversión más a las que Asturias, por desgracia, ya está acostumbrada. Pero que no haya duda de que va a haber cumplida respuesta de las organizaciones sindicales como ha sido siempre. -Habla en plural, ¿hay buena sintonía con UGT para defender a Asturias? -La unidad de acción en esta materia es imprescindible. Hay coincidencia en los análisis, coincidencia en los discursos y unidad para llevar a cabo las reivindicaciones que estamos planteando y CC OO entiende que lo que es bueno para los trabajadores es bueno para CC OO y, por lo tanto, la unidad de acción en materia industrial es necesaria y es positiva. -Los fondos europeos, después de la experiencia de los fondos mineros, ¿vamos a saber aprovecharlos? ¿van a ser una tabla de salvación para Asturias? -Son parte de la solución, pero no son la solución en sí mismos. La solución es más compleja y pasa porque el Consejo de Ministros tenga en cuenta y tenga sensibilidad con los problemas de Asturias; pasa porque el Gobierno de Asturias alcance acuerdos y pasa porque lo empresarios inviertan. A partir de ahí, los fondos europeos pueden ser una oportunidad, pero para ello hay que invertirlos con sensatez, y eso para CC OO es aprender de los errores del pasado, es que esos fondos europeos tengan una planificación en el territorio antes de desarrollarlos, que estén muy pegados al territorio para aprovechar los recursos endógenos, que se apueste por la pyme asturiana… Junto con la planificación o la estrategia, esa inversión tienen que ser fondos que se coordinen entre las administraciones, que no compitan entre sí; pasa porque haya un control y transparencia de los mismos; pasa porque se pongan las luces largas y se busquen proyectos solventes a medio y largo plazo y no en el cortoplacismo de presentar obras a cuatro años o para las elecciones; y pasa porque haya complementariedad, que vengan a generar valor añadido al territorio y no a sustituir recursos ordinarios de las administraciones. Ahí, CC OO está planteando que aprovechemos las materias primas que tenemos en Asturias, que demos una nueva oportunidad a nuestra industria apostando por un nuevo modelo productivo, con tecnología media-alta, con alto valor añadido, aprovechando todo lo que tenga que ver con las energías renovables, con la conectividad y lo digital, con los recursos agroganaderos que tenemos… En definitiva, son una oportunidad que hay que saber aprovechar, y lo complemento con dos ideas: es fundamental la colaboración público-privada y que haya una administración mucho más ágil y menos burocrática que la que tenemos. -En esa nueva realidad de Asturias, ¿qué papel deben jugar los empresarios de la región? -Los empresarios tienen que tener un papel doble: por un lado, arriesgar e invertir presentando proyectos solventes y, por otro lado, apostar por entornos laborales en positivo que tengan como herramienta fundamental la negociación colectiva. En los entornos laborales en los que la hay y hay negociación, son entornos más productivos y más seguros en el ámbito de la prevención de los riesgos laborales. -¿Cuánto le preocupan las consecuencias de la pandemia en Asturias? -La pandemia tuvo consecuencias dramáticas. Los recortes del año 2008, los despidos, las privatizaciones, la austeridad, tuvo consecuencias ahora, con menos camas en los hospitales, menos profesores en las escuelas o menos recursos públicos para poder gestionar las residencias de mayores o los servicios digitales para que las ayudas de los servicios públicos llegasen de manera rápida. La segunda idea es que el sistema neoliberal y de libre mercado fracasó estrepitosamente porque no fue capaz de garantizar unas simples mascarillas o se han puesto las vacunas en manos privadas para el beneficio de unos pocos en detrimento de la salud pública de la mayoría. La tercera es que hay que pensar menos en el yo y pensar más en lo colectivo y ahí entra de lleno la necesidad de un estado social fuerte que despliegue un escudo para proteger a las personas más vulnerables. El camino es el ejemplo de los ERTEs por Covid, que ha evitado millones de despidos en España demostrando que la flexibilidad pactada y ha provocado que cayera más la economía que el aumento de los despidos y que ese siempre sea el último recurso para una empresa y no el primero como venía siendo hasta ahora. Por lo tanto, en Asturias creemos que en lo sanitario se ha gestionado bien y en lo económico y social tenemos un acuerdo de concertación que ha servido para destinar recursos y ayudas a las empresas, personas y autónomos que lo han necesitado. En el futuro, yo creo que la lección que tenemos que sacar de esta pandemia es que las sociedades que apostaron por la industria son las que mejor han resistido los efectos económicos y sociales que ha tenido la pandemia y Asturias si apuesta por seguir siendo industrial, saldremos adelante y si dejamos caer la industria, tendremos grandes dificultades para seguir sosteniendo el resto de tejido económico porque los servicios caen detrás. Estamos en un momento de encrucijada en el que hay que tomar decisiones que salvaguarden las empresas industriales, que son la mejor garantía para que la gente joven no tenga que emigrar. -Estos días se conocía un dato preocupante, que Asturias está al borde de bajar del millón de habitantes, ¿hay que tomarlo como una luz roja de alarma? -Desde luego. Tenemos un problema de pérdida de población. En los últimos diez años 75 de los 78 ayuntamientos de Asturias han perdido población y, por lo tanto, necesitamos revertir esa situación generando condiciones laborales y empleos que permitan que la gente no tenga que seguir emigrando y, a poder ser, que seamos de nuevo un polo de atracción de inversiones y de emigrantes que puedan venir a Asturias a trabajar. Lo que se necesitan son medidas concretas, con recursos concretos para garantizar servicios en el conjunto del territorio y con ello asentar población en el medio rural, impulsar la conectividad en el conjunto de Asturias y también un mayor grado de corresponsabilidad entre hombres y mujeres en el ámbito privado o familiar, y servicios públicos que permitan la conciliación de la vida social y familiar, como puede ser la universalización de las escuelas de 0 a 3 años, o un nuevo modelo de cuidados donde los público juegue un papel central y descargue de esa responsabilidad a las familias. -El de la despoblación no es el único dato preocupante… -Pues no, hay que hablar de Asturias tristemente es campeona en brecha salarial, las mujeres asturianas tienen la mayor diferencia salarial entre hombres y mujeres en trabajos de igual valor respecto al conjunto de las comunidades autónomas. Tenemos tasas de desempleo juvenil brutales, de casi el 37%, y una de cada cuatro personas en Asturias en edad de trabajar no lo puede hacer, bien porque esté en ERTE, al paro o porque haya solicitado el cese de actividad de autónomos. Además, la mitad de la gente que está al paro, no cobra prestaciones. Por lo tanto, la situación socioeconómica requiere del esfuerzo del conjunto de los agentes económicos y sociales, del conjunto de las fuerzas políticas en el parlamento y el Gobierno regional para buscar amplios consensos en una hoja de ruta compartida que nos permita esa suma de voluntades que nosotros siempre decimos que multiplican resultados para aprovechar las oportunidades que hay en Asturias para vivir y trabajar; y también para reivindicar cuestiones que son estratégicas, como son las infraestructuras del Estado que Asturias necesita, desde la entrada en funcionamiento de la Variante de Pajares a un sistema ferroviario de cercanías que está cayendo y necesita respuestas de movilidad adaptadas al siglo XX; todo lo relacionado con la logística, la ZALIA, el acceso a los puertos, la utopista del mar… Y todo eso tenemos que empujarlo entre la gente que queremos a Asturias. Y todo eso son impuestos, al igual que los hospitales, las escuelas, las infraestructuras, la seguridad o las ayudas a los hosteleros… Todo se paga con impuestos, por lo que este país necesita de una vez por todas que se cumpla la constitución para que pague más quien más tiene y que no seamos los trabajadores los que soportemos el peso de la recaudación, porque 9 de 10 euros que se pagan en España en impuestos, los pagan los trabajadores y eso no puede seguir siendo así porque hay una diferencia con la UE brutal en recaudación. Cobramos 75.000 millones de media menos que la UE porque las empresas se van sin pagar. Es importante hacer pedagogía fiscal o tributaria.

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