sábado, 18 de marzo de 2023

Joyas a PROMOCIONAR....

La cueva de Oviedo que «debería ser declarada» Patrimonio de la Humanidad Esther Rodríguez ESTHER RODRÍGUEZ REDACCIÓN LA VOZ DE OVIEDO Cueva de la Lluera, OviedoCueva de la Lluera, Oviedo Turismo Asturias Está conformada por dos oquedades y se trata del más completo santuario exterior de arte paleolítico de Europa 18 mar 2023 . Actualizado a las 10:59 h. Comentar · 0 Oviedo tiene mucha historia. Aparte de que sus calles son testigo del desarrollo y crecimiento de la sociedad, la capital asturiana posee un gran patrimonio arqueológico, arquitectónico y cultural. Una de las grandes riquezas de la ciudad se encuentra en la zona rural de Priorio. Se trata de la cueva de La Lluera. Conformada por dos oquedades, «es el más completo santuario exterior de arte paleolítico de Europa», asegura José Adolfo Rodríguez Asensio, profesor jubilado de prehistoria de la Universidad de Oviedo y descubridor de la misma. Una gruta que «debería ser declarada Patrimonio de la Humanidad porque es una auténtica joya», tal y como reconoce el que también fue director general de Patrimonio en Asturias. La cueva de La Lluera fue hallada a finales de los años 70 por el grupo de espeleología Polifemo. «La descubrimos los profesores del departamento de Prehistoria de la Universidad de Oviedo cuando estábamos excavando en una cueva muy cercana: en el abrigo de La Viña, en La Manzaneda», detalla José Adolfo Rodríguez, antes de apuntar que a partir de ese descubrimiento y debido a la existencia de otras cuevas en la zona «se preparó un proyecto de investigación prehistórica en la cuenca media del Nalón». Unos trabajos que se recogen en el libro El Arte de la Frontera, (Ediciones Trea), y cuyo nombre se debe a que «el arte paleolítico termina en dicha cuenca». «En el occidente asturiano y en Galicia ya no hay este arte», apostilla el experto. Uros grabados en la cueva de La LlueraUros grabados en la cueva de La Lluera Turismo Asturias A principios de la década de los 80 se comienza a excavar la cueva de La Lluera. «Mientras estábamos trabajando, el primer año, a 50 metros de ella, encontramos otro covacho que lo llamamos Lluera II, pero que forma parte del mismo santuario», relata el profesor jubilado de prehistoria de la Universidad de Oviedo, quien explica que aparte de conocer el arte que se encuentra en dichas grutas, las excavaciones arqueológicas han permitido demostrar quiénes habitaban las mismas. Ocupación de muro a techo «Durante diez años estuvimos excavando y llegamos a los fondos de la cueva. De acuerdo con la estratigrafía —que es la parte de la geología que estudia la disposición y las características de las rocas sedimentarias y los estratos—, allí, en la parte más baja, determinamos una ocupación que pertenece a la época del solutrense medio del paleolítico superior. Por lo tanto, estaríamos hablando de entre 18.000 y 20.000 años, y serían los restos más antiguos de la cueva de La Lluera», relata José Adolfo Rodríguez. Como esta caverna se encuentra en una zona de inundación del río Nalón, dado que «está a cinco metros sobre el nivel del río actual», esta estuvo empantanada «muchas veces», de ahí que «se vea perfectamente que hay una capa de ocupación, de inundación, ocupación y así sucesivamente». Por encima de la ocupación solutrense «nos encontramos unos niveles magdalenienses, que es la siguiente y última etapa del paleolítico superior». «Esta estratigrafía estaría en torno a 14.000 años aproximadamente», detalla el experto, antes de señalar que la siguiente población que habitó la cueva forma parte del Aziliense. Un grupo cultural que pertenece al epipaleolítico y se estableció en La Lluera en torno a hace 10.000 años, fecha a partir de la cual no se han descubierto más asentamientos, pero no se descarta alguno más. «Es posible que estuviese habitada en épocas posteriores, pero no lo podemos confirmar porque la parte superior de la misma estuvo ocupada por un escapado durante la Guerra Civil y con un pico la acondicionó», asevera José Adolfo Rodríguez. Esta misma estratigrafía se llevó a cabo en la cueva de La Lluera II, que es una zona complementaria al santuario. «Nos dio exactamente los mismos niveles de ocupación. Además, pudimos observar una cosa muy curiosa y es que algunos de los restos de lascas de cuarcitas encontrados en La Lluera II forman parte de un núcleo encontrado en La Lluera I, por tanto, son los mismos habitantes», manifiesta el profesor jubilado de prehistoria de la Universidad de Oviedo. ¿Qué pintaron estos hombres y mujeres? Estas ocupaciones paleolíticas han dejado las primeras manifestaciones artísticas del ser humano. Un arte que en este caso está situado en el exterior de la cueva. Además, «no está pintado, sino grabado, y encima de una manera muy profunda». «En la mayoría de los grabados te entra el dedo. Esto quiere decir que para cada raya de la cueva de La Lluera han tenido que dar con un buril o una lasca de sílex o cuarcita muchas veces para arriba y para abajo para poder conseguir esa profundidad, que además está hecha con intención», asegura José Adolfo Rodríguez. Caballo grabado en la cueva de La LlueraCaballo grabado en la cueva de La Lluera Turismo Asturias En el caso de La Lluera I, en la entrada, «hay un magnífico grabado de un caballo con cabeza cuadrada». Superpuesto a este, hay dos signos: un plumífero, «que es una raya vertical con una serie de rayas en la parte superior como si fuera una espiga», y una V invertida, «con el pico en la parte superior». «Normalmente en prehistoria los interpretamos como signo masculino y femenino», explica José Adolfo Rodríguez, antes de detallar que ya en el interior de la cueva, en la parte izquierda, hay una gran hornacina (hueco en forma de arco), que «es la zona de lujo de la cueva, como si fuera el retablo del santuario, y en donde hay una magnífica escena». En este punto, el experto apunta que en el centro hay cinco uros (toros) que están en diagonal, superpuestos de izquierda a derecha; de abajo hacia arriba; y de más grande a más pequeño. «Como si fuera una línea de fuga, una perspectiva». Alrededor de estos, «cerrándolos dentro de una gran hornacina», están grabadas ciervas. Denominadas ciervas triangulares, todas ellas están formadas por «tres simples líneas». «Una primera línea marca la cabeza, testuz y posiblemente las orejas. De su punto delantero sale una línea hacia abajo, alguna vez un poco curva, que marcaría el pecho y la pata delantera. De la parte trasera de esa línea, sale otra que marca la parte del cuello superior y el lomo de la figura», precisa José Adolfo Rodríguez, quien señala que algunas de estas figuras están más completas, «teniendo cabeza, ojos, boca, patas delanteras, panza, etc.». Uros y ciervas de la Gran Hornacina en la Lluera IUros y ciervas de la Gran Hornacina en la Lluera I J.A. Fernández de Córdoba Este panel se complementa con dos bisontes «espléndidos» que están a la derecha de las ciervas, y en la parte superior de las mismas aparece un caballo. Opuestos a estas figuras, en la parte derecha de la cueva, aparecen grabadas más ciervas, caballos, así como elefas. «Los denominamos así pero no serían elefantes, en tal caso, mamuts, ya que al hablar de solutrenses estaríamos en un clima frío», apunta José Adolfo Rodríguez. Además en esta zona hay varios signos, «pero curiosamente son difíciles de interpretar». En el caso de la La Lluera II solo hay un panel grabado. En el centro de este se sitúa una cierva trilineal. Una figura que está rodeada de «30 triángulos» diferentes. «Algunos tienen el vértice hacia arriba, otros hacia abajo, hacia la derecha o la izquierda, triángulos partidos por otros triángulos, que forman parte un triángulo mayor, menor, etc.», asegura el profesor de prehistoria, quien manifiesta que «son como origamis y se interpretan como triángulos pubianos». Unos signos que «tienen una traducción seguramente femenina, sexual… relacionada al fin y al cabo con ese mundo». Signos triangulares en La Lluera IISignos triangulares en La Lluera II J.A. Fernández de Córdoba Todas estas figuras, tanto las que aparecen en la cueva de La Lluera I como en La Lluera II, están grabadas en el exterior de las mismas, «en la zona donde da el sol». Bajo esta premisa, José Adolfo Rodríguez explica que «al final del día, a partir de la última raya de luz que llega hacia dentro no hay ningún solo grabado, por eso lo llamamos santuario exterior». Además es el más completo que existe en toda Europa, «ya que no hay otro igual, puesto que la mayoría son interiores». «Es una auténtica joya. Se ven con tal claridad esas figuras que quedas impresionado. Es una pena que no se conozca más y que no sea declarada Patrimonio de la Humanidad», resalta José Adolfo Rodríguez. Bajo esta premisa, el que fuera profesor de prehistoria en la Universidad de Oviedo confiesa que «como investigador, y descubridor puesto que dirigí a los alumnos que descubrieron la Lluera II, solo me queda una pequeña espina. En el año 2008, cuando estuve en Quebec y conseguí el Patrimonio de la Humanidad para 14 cuevas del norte de España, cinco de ellas de Asturias, me queda el resquemor que no fuera una de ellas La Lluera, porque está a la altura de Candamo, de Llonín, de Tito Bustillo, de Pindal y del resto que tienen dicho reconocimiento». El acceso a la cueva de La Lluera está señalizadoEl acceso a la cueva de La Lluera está señalizado Turismo Asturias ¿Cómo acceder a la cueva de La Lluera? Para llegar hasta la cueva de La Lluera se recomienda el acceso peatonal desde la iglesia de San Juan de Priorio, donde se puede dejar el coche, ya que no hay aparcamiento disponible en las proximidades de la misma. Desde la iglesia hay que dirigirse al caserío de San Juan y atravesar el pueblo. Al final de este hay un sendero descendente sobre el río Nalón y en paralelo a su curso, conduce a la finca desde la que se accede a los abrigos. El trayecto peatonal desde la iglesia hasta la cueva es de unos dos kilómetros que se pueden recorrer en menos de 30 minutos. Aunque tiene un acceso cómodo, se recomienda calzado adecuado, puesto que el suelo es resbaladizo y de pendiente pronunciada. Además, desde julio y hasta septiembre inclusive es posible visitar la cueva de La Lluera con un guía. Estas se realizan los miércoles y jueves en tres turnos: a las 10.30, las 12.00 y las 13.30 horas con aforo de seis personas por turno y entrada limitada a mayores de siete años. «Es una pena que La Lluera no tenga una continuidad dentro de la apertura púbica porque no tiene ningún tipo de peligro de conservación. Las cuevas como Candamo, Tito Bustillo, Pindal, Llonín, etc. no se pueden abrir al público de una manera total, sino que tienen que estar revisadas permanentemente porque los elementos bacteriológicos que nosotros introducimos a la cueva con la ropa, los zapatos, etc. están contaminando a la misma, al igual que con nuestra respiración, porque son pinturas. En cambio en la cueva de La Lluera solo hay grabados y por tanto no hay ningún peligro», asegura José Adolfo Rodríguez, quien en su época como director general de Patrimonio ya trasladó a las autoridades pertinentes dicha propuesta.

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