lunes, 1 de mayo de 2023
Con las Energías Verdes hemos topado....
La paradoja de los coches ‘sostenibles’: así deforestan Indonesia
Historia de Domingo Marchena • Hace 7 h
Durante la guerra de la independencia, los generales napoleónicos que llegaban a los pueblos españoles decían: “Venimos a traeros la libertad, pero al primero que se desmande lo fusilamos”. Algo parecido sucede hoy con la paradoja de la compañía Tesla y otras empresas de coches eléctricos, asegura Caroline Pearce, la directora de Survival Internacional, una oenegé que defiende los derechos indígenas y tribales.
“Es espantoso –dice Caroline Pearce– que las empresas de coches eléctricos vendan a los clientes una promesa de consumo ético , mientras sus cadenas de suministro destruyen a pueblos indígenas no contactados. No es en absoluto sostenible causar la muerte de comunidades que viven y quieren seguir haciéndolo de forma autosuficiente. Tampoco es respetuoso con el clima arrasar la selva de los hongana manyawas”.
El lado oscuro de algunas energías verdes y consumos éticos: el daño a los indígenas
Los hongana manyawa, o gente del bosque , son uno de los últimos pueblos nómadas de cazadores y recolectores de Indonesia. Viven en zonas agrestes de la isla de Halmahera, la mayor del archipiélago de las Molucas, en el Pacífico. Su población total se calcula en unas 3.000 personas. Entre 300 y 500 de ellas han renunciado a la asimilación y viven en la selva, rehuyendo cualquier contacto con el mundo exterior.
Ese mundo exterior solo ha traído problemas para aquellos de su comunidad que no han seguido el mismo ejemplo: la importación de enfermedades, la aculturización y la destrucción de su hábitat. Pero no hay en Indonesia ni en Halmahera una selva lo suficientemente profunda para proteger a los últimos hongana manyawas no contactados. Sus tierras son muy ricas en materiales como el níquel o el cobalto.
Un miembro del pueblo honondanga
Un miembro del pueblo honondanga
© Survival
Y estos elementos son muy útiles para las baterías de los coches eléctricos. Varias firmas, entre ellas Tesla, la mayor empresa del sector del mundo, apoyan y financian los planes del Gobierno de Indonesia para hacer de este país uno de los principales productores de baterías para la movilidad verde. Las actividades extractoras supondrán la destrucción “de vastas zonas selváticas del interior de Halmahera”, sostiene Survival.
Para esta organización resulta contradictorio que la gente del bosque vea su universo en peligro, “destruido por empresas que buscan proyectar una imagen ecológica y que dicen defender un estilo de vida sostenible para personas que viven a miles de kilómetros de distancia”. Weda Bay Nickel y la minera francesa Eramet tienen desde el 2016 “una enorme concesión que invade los dominios de los hongana manyawas”.
Los planes de Tesla
Los millones del níquel
Tesla alcanzó el pasado verano un acuerdo con el Gobierno de Indonesia para comprar níquel y cobalto por un valor de 5.000 millones de dólares (unos 4.648 millones de euros). El código deontológico de la compañía establece unas garantías que no siempre se cumplen para la extracción y procesamiento de las materias primas de sus productos (el níquel es necesario para las baterías de los coches eléctricos). La firma dice “esperar” que sus “proveedores de la industria minera se comprometan con los representantes legítimos de las comunidades indígenas e incluyan el derecho al consentimiento libre e informado en sus operaciones”. Survival denuncia, sin embargo, que Tesla tiene negocios con otras empresas sin tantos miramientos y que operan en Indonesia sin escuchar a los nativos, como las chinas Huayou Cobalt y CNGR Advanced Material.
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Un piloto de carreras contra la Amazonia
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La deforestación avanza
La deforestación avanza
© 2016 Planet Labs Inc. / Earthrise
Imágenes de satélite, que se pueden ver de forma muy gráfica aquí, demuestran la deforestación que ha sufrido el reino hongana en los últimos seis años. Millones de espectadores se conmovieron con la ficción de Avatar (2009). Pero no hace falta ir al cine para hallar casos muy reales y con sorprendentes semejanzas con la película de James Cameron: pueblos que intentan defender sus tierras de las ambiciones ajenas.
¡Qué gran historia para Hollywood! Un pueblo amenazado, una lucha desigual... Seres que no renuncian a la naturaleza ni a las costumbres de sus mayores. Que enseñarán a sus hijos y a los hijos de sus hijos a plantar un árbol cuando sean padres: el cordón umbilical se enterrará junto a las raíces. Árboles y humanos crecerán así hermanados. Pero no es una película. Es la vida que quieren vivir los hongana manyawas.
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