Asturias, la comunidad más retrasada en planes alternativos ante el cierre de centrales térmicas
Las compañías eléctricas ya han presentado proyectos para mitigar el impacto del cierre de sus instalaciones en otras comunidades
Iberdrola y Naturgy tienen una cuenta pendiente con Asturias. Con los cierres de las centrales de Lada, ubicada en Langreo y propiedad de la primera, y de Soto de la Barca, en Tineo y perteneciente a la segunda, las zonas donde se sitúan buscan un horizonte en el mundo de las renovables. Sin embargo, ninguna de las dos empresas ha presentado planes que garanticen el mantenimiento del empleo en las comarcas –algo requerido por el Ministerio de Transición Ecológica–, mientras que en otras comunidades se vislumbra cierto futuro en la transición energética con proyectos ya sobre la mesa, aunque no llegarán a alcanzar el volumen de empleo de las térmicas.
A la desconexión de la red de Lada y Narcea se sumaron esta semana otras instalaciones de Naturgy como Meirama, en La Coruña, y La Robla, en León. También de Iberdrola, como es Velilla, en Palencia. Asimismo, dejan de producir energía la central de Puente Nuevo, en Córdoba, propiedad de Viesgo, y las de Andorra (en Teruel) y Compostilla (en León), ambas de Endesa.
La incertidumbre que provocan los cierres de las térmicas, que han sido motor económico de las regiones en las que se han asentado durante décadas, afecta a todas las comarcas, pero en el Principado se ve agravada por la falta de alternativas. Mientras que los trabajadores asturianos reclaman día tras día planes de futuro a Iberdrola y Naturgy con los que retener población en zonas ya afectadas por el cierre de las minas, en otras autonomías ya se han anunciado proyectos. La empresa que preside Ignacio Sánchez Galán ya ha presentado un plan para Velilla, en Palencia. Así, el pasado mes, Iberdrola anunció un impulso en sus inversiones en renovables en Castilla y León. Unos planes que «contribuirán» a la recuperación verde «y crearán oportunidades para el desarrollo económico sostenible en la región y la transformación de la comarca de Velilla».
La eléctrica tiene previsto promover en la comunidad más de 1.800 MW en proyectos renovables –eólicos y fotovoltaicos– para los que destinará más de 1.300 millones de euros. Así estima que generará empleo para 18.000 personas. En concreto, en Velilla, la compañía construirá el mayor complejo fotovoltaico de la región, con 400 MW de potencia instalada, que será también uno de los mayores de España. Estas actuaciones representarán una inversión de 300 millones de euros y crearán, en base a los cálculos utilizados en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, más de 4.000 empleos, aunque no permanentes.
En La Robla, de Naturgy, también hay sobre la mesa proyectos de energía renovable y ha anunciado la construcción de un parque eólico y un centro avanzado de gas renovable de 80 millones de euros en Cerceda, para sustituir a la de Meirama.
Sin embargo, Endesa es la eléctrica que más adelantados lleva sus proyectos. Además de solicitar el cierre de sus térmicas en Teruel y León, a finales de 2019 solicitó el cese de actividad para las térmicas de As Pontes, en La Coruña, y Carboneras, en Almeria. De manera paralela a las solicitudes, la eléctrica presentó un proyecto de actuaciones con el que busca atenuar el impacto provocado por la disminución de actividad. Se trata de 'Plan Futur-e', «destinado a promover el desarrollo de actividades económicas y generación de empleo».
Así, en abril Endesa presentó a tramitación administrativa un proyecto para construir un parque solar fotovoltaico de 50 MW de potencia en los terrenos de la central de Andorra. Según indicaron, es el primero de los proyectos vinculados a la sustitución de la térmica por potencia renovable en el entorno de la central. El objetivo final la construcción de 1.725 MW de potencia, de los que 1.585 MW corresponderán a plantas fotovoltaicas y 140 MW a parques eólicos. Adicionalmente, se instalarán 160 megavatios de almacenamiento en baterías.
Respecto a la planta de Compostilla II, Endesa tramita la sustitución de los 1.050 MW de potencia instalada por 700 MW eólicos y solares que serán promovidos en la zona durante los próximos años, con una inversión de alrededor de 600 millones de euros.
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