martes, 16 de noviembre de 2021

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Algunas consideraciones sobre el paro de transportistas Entre las reclamaciones de la patronal del Transporte están sus propias condiciones cada vez más precarias y que se niegan a cambiar Por Tania Lezcano -16 noviembre 2021 07:30 Continúa convocado el paro de transportistas entre los días 20 y 22 de diciembre. A pesar de tratarse de una decisión del Comité Nacional del Transporte por Carretera (CNTC), es decir, de la patronal, algunos medios de comunicación hablan de «huelga de camioneros», dando a entender que procede de los trabajadores asalariados. Hace unos días, Basilio Aragón, camionero que se ha hecho famoso en las redes por su postura antifascista y sus críticas a la extrema derecha, habló claramente sobre este tema. Lo primero que hay que tener en cuenta es la diferencia entre quienes trabajan en el sector del transporte. Por un lado se encuentran los camioneros autónomos; por otro, los asalariados, que trabajan para una empresa; y, por último, las propias empresas de transportistas que tienen grandes flotas de camiones o, en muchos casos, ni siquiera tienen, sino que pagan por viaje interviniendo directamente en las condiciones del sector. Dicho esto, son las asociaciones de transportistas y la patronal en general quienes han convocado el paro. Entre los motivos que alegan se encuentran el aumento de los precios del combustible; las labores de carga y descarga que realizan los propios camioneros aunque no debe ser así; la Euroviñeta, una reforma del sistema de peajes aprobada recientemente por la Unión Europea; y el próximo pago en autovías. El combustible Sin duda, uno de los temas más preocupantes es el aumento del precio del gasóleo, que, según el comunicado de la patronal, «ya supone un crecimiento de cerca del 23% con respecto al año anterior». Según Carlos Prades, presidente de la Federación Valenciana de Transporte y Logística (FVET), el coste del combustible supone el 30% de sus costes. Sin embargo, como explica Basilio en su crítica, lo que no cuentan desde la patronal es que las empresas de transporte se benefician del «Gasóleo Profesional», un mecanismo introducido en 2006 por el que Hacienda devuelve parte del importe destinado a carburantes. En relación con este tema, se pide a los camioneros asalariados que se solidaricen con sus empresas porque ahora mismo, debido a esta subida, «no pueden pagar más». Sin embargo, en momentos en los que el gasóleo bajó de precio, tampoco les mejoraron las condiciones. Como de costumbre, en épocas de crisis se recortan los derechos de los trabajadores, pero en momentos de bonanza nadie los mejora. Los camioneros cargan y descargan Otra reclamación de los transportistas es que se prohíba que el conductor siga «asumiendo labores de carga y descarga», añadido esto al «trato vejatorio que recibe en las instalaciones de los clientes». Es cierto que las cargas y descargas de los camiones deben ser realizadas por el expedidor o el destinatario, que deben recurrir a trabajadores formados que no sean conductores. Es decir, en ningún momento el chófer debe encargarse de ello, excepto que exista acuerdo entre las partes. No obstante, a pesar de la crítica legítima de la patronal, en muchas ocasiones son las propias empresas las que, para competir, llegan a acuerdos con los clientes para que se encarguen sus propios chóferes y así evitar a los clientes los costes de carga y descarga. Como decimos, según la ley, es legal en caso de existir este acuerdo. Lo hipócrita es reclamar en el paro que eso se prohíba, pues en realidad ya está prohibido. El tema es que muchos suscriben ese acuerdo con los clientes que supone la excepción en la norma. Si se castigara totalmente, prohibiendo también cualquier acuerdo, nadie debería poder hacerlo. Pero también es cierto que hay otras prácticas prohibidas por ley que todavía se llevan a cabo, como la obligatoriedad de implantar un imán para manipular el tacógrafo para, entre otras cosas, poder superar el límite de velocidad permitido —algo que, por cierto, en caso de descubrirse, se imputa al chófer, no a la empresa—. Así pues, ¿quién garantiza que la prohibición total de la carga y descarga por parte de los chóferes se aplicaría en la práctica? Nadie quiere ser camionero Dicho todo esto, excepto en el caso del combustible, donde sí se puede exigir la intervención del Gobierno —también para el resto de la ciudadanía—, la crítica a la Euroviñeta y el pago por el uso de autovías en un futuro, para el resto de reclamaciones la patronal debería mirarse al espejo. Una de sus críticas es la falta de mano de obra —recientemente hablaban de que faltan 15.000 chóferes—, como si el Gobierno pudiera obligar especialmente a la juventud a trabajar en un sector cada vez más precario. Desde el CNTC, la patronal, denuncian que «tampoco las empresas de transporte, mayoritariamente en situación de supervivencia, están en condiciones para pagar unos sueldos muy superiores, que en ningún caso van a compensar ese maltrato» en las instalaciones de los clientes. Condiciones precarias y prácticas ilegales Sin embargo, como decíamos, en momentos de bonanza, tampoco se mejoraron las condiciones. Los salarios han descendido entre 800 y 1.000 euros en solo 15 años en un trabajo muy exigente de por sí. Como explicaba a Europa Press el secretario del sector de carreteras, urbanos y logística de la Federación de Servicios, Movilidad y Consumo de UGT Andalucía, Antonio Rafael Muñoz López, «supone pasar muchos días fuera de casa, en caso de transporte nacional una media de ocho días y de 16 el internacional». Además, las jornadas «son largas y la carretera tiene riesgos, sobre todo cuando hay empresas que presionan y fuerzan a incumplir horarios de conducción, medidas de seguridad, u obligan a realizar las cargas y descargas en el tiempo de descanso del conductor». Así, añadía que «los salarios y los tiempos de descanso no se corresponden con el esfuerzo realizado y la imposibilidad de conciliar vida laboral y familiar». Ni siquiera se respeta en muchos casos el descanso entre turnos. Mientras en el resto de profesiones la ley obliga a 12 horas, «a los conductores se les reduce en el mejor de los casos a once horas y en el peor, a nueve horas». Basilio critica a los grandes flotistas Basilio también denunciaba en su vídeo que en muchas ocasiones las empresas no pagan las horas extra o la nocturnidad, e incumplen los convenios. Además, muchas veces pagan por kilómetro, algo prohibido por ley, pero que evita que las empresas paguen así el tiempo de descanso obligatorio de los conductores. Lo que algunas hacen es incluir en la nómina dietas que no se ajustan a la realidad, cuando estas no cotizan a la Seguridad Social y, por lo tanto, minimiza el coste para las empresas. El conductor Miguel Ángel Mata Pardo explica algunas de las principales trampas en las nóminas en Diario de Transporte. Finalmente, es curioso el último aspecto que destaca el camionero, en referencia a las fechas elegidas para el paro: «Esta gente convoca la huelga de domingo a miércoles por una sencilla razón: los grandes flotistas no trabajan en España, sino hacia el extranjero. El sábado se irán a Francia, […] el domingo sus chóferes harán el descanso de 24 horas y, después, entre que descargan y cargan ya es miércoles y vuelven. Con lo cual, a ellos la huelga no les va a afectar, ellos no van a dejar de ganar nada. Lo que sí harán será montar piquetes para no dejar trabajar aquí a aquellos autónomos o pequeños empresarios que quieran seguir trabajando».

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