sábado, 30 de julio de 2022

Ponga un Nortes en su Vida....

Nortes es el derecho a decirle a nuestra gente lo que quiere oír En este periódico has podido leer muchas noticias que otros medios no quieren que conozcas, si nuestra voz te parece necesaria échanos una mano Por Paco Álvarez 28 julio 2022 Parte del consejo de redacción de Nortes, en la comida de hermandad en Villaviciosa. Recomendados El impuesto a la banca que los banqueros no quieren pagar (¡Qué Raro!) 30 julio 2022 30.000 panfletos con mentiras contra el alcalde de Mieres, ninguna condena 30 julio 2022 Canteli se olvida de los caballos: dos meses sin avances en la reactivación del Asturcón 29 julio 2022 Podemos pide la remunicipalización de la atención a domicilio de Siero 29 julio 2022 Paco Álvarez Paco Álvarez Periodista, escritor y traductor lliterariu d'italianu. Ye autor de les noveles "Lluvia d'agostu" (Hoja de Lata, 2016) y "Los xardinos de la lluna" (Trabe, 2020), coles que ganó en dos ocasiones el Premiu Xosefa Xovellanos. “La libertad de expresión es decir lo que la gente no quiere oír”, aseguraba George Orwell. La obra de Orwell sigue teniendo plena vigencia, pero frases como esa envejecieron mal, por el extraño devenir de la Historia. Ya ni siquiera vivimos tiempos líquidos, vivimos tiempos gaseosos en los que la veracidad, la verdad o la denuncia se evaporan a golpe de titular programado por medios de comunicación que tienen como padrino a un banco, a una constructora, a una multinacional del ocio o al Gobierno de turno. El periodismo, en general, a día de hoy es un fraude. Lo único que me mantiene amarrado a este oficio que tanto he amado es este medio de comunicación. No fui una de sus fundadoras y fundadores, no viví con esa gente, con mi gente, la travesía del desierto. Me sumé después, aporté lo que pude con cierta intensidad durante un tiempo y ahora sigo aportando lo poco que me permite mi deblidad anímica (que nada tiene que ver con esto). Pero celebro cada pequeña, cada gran victoria de Nortes. En los últimos días lo estamos petando con el número de visitas. Se agradece esa fidelidad, pero la supervivencia de este medio de comunicación no depende del número de lecturas de sus contenidos (que son de libre acceso para todo el mundo, aquí no privatizamos el derecho a la información) ni del pastón que estén dispuestas a invertir en ‘publicidad disuasoria’ las grandes corporaciones que invierten en otros medios de comunicación para taparles la boca, porque aquí ni las esperamos ni las deseamos ni las aceptaríamos. En Nortes dependemos, simple y llanamente, de nuestras socias y socios, que son nuestro mayor orgullo y nuestra razón de ser. Paella de parte del equipo de Nortes. Foto: David Aguilar Sánchez El consejo de redacción de Nortes se reunió hace unos días en una aldea de Villaviciosa alrededor de una paella y de unas botellas de sidra y de vino. Del consejo de redacción de Nortes forman parte todas las personas que contribuyen a mantener vivo, con sus textos, sus fotos o su labor en redes sociales, este proyecto periodístico en el que a nadie se le pide carné. En un medio de comunicación clásico este consejo de redacción sería el equivalente a… Sería el equivalente a nada, porque en los medios de comunicación clásicos no hay consejo de redacción que valga, la línea informativa la marca el consejo de administración, que es el que te recuerda, por criterios bursátiles o por el código de no agresión entre depredadores, que tu medio de comunicación está financiado por el poder fáctico que sea y que no hay que tocarles los cojones a empresarios de otros poderes fácticos; pongamos como ejemplo Alsa, Amazon, Inditex, Unicaja o Duro Felguera. El caso es que en este medio de comunicación les hemos buscado las cosquillas con nuestras informaciones a todos los santos varones que encabezan esas empresas y, hasta donde nos permita el apoyo de nuestras socias y socios, seguiremos librando esta guerrilla informativa, seguramente porque en el ADN de Nortes está la rebeldía de clase frente a los poderosos y porque defendemos el derecho a decirle a nuestra gente, la gente humilde y decente, lo que quiere oír, lo que ocultan otros medios de comunicación presididos por emperifollados tipos acostumbrados a comer en restaurantes de lujo que nunca, en su puta vida, sabrán a qué sabe un arroz al aire libre compartido con colegas que comparten contigo ese sueño, que no cotiza en Bolsa, de luchar por un mundo más justo.

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