jueves, 28 de septiembre de 2023

A las claras, desmontando mitos y/o faldedades....

Mitos y bulos sobre el impuesto de sucesiones: de Asturias a Madrid L.O. ASTURIAS F. Sotomonte El debate sobre el tributo y las herencias ha vuelto a primera línea del debate político 28 sep 2023 . Actualizado a las 05:00 h. Comentar · 19 Es probable que no haya un impuesto que ocupe tanto espacio en el debate público respecto a la cantidad efectiva de la población que tiene que pagarlo si recibe una herencia. El hecho de que sea un tributo ligado a uno de los peores tragos para cualquiera, una muerte cercana y que haya notables diferencias entre comunidades autónomas (es un impuesto estatal cedido a los territorios) ha contribuido a que se haya convertido en una herramienta de polarización, pero sobre la tasa pesan muchos mitos, unos cuantos bulos, y más de una confusión interesada. El propio presidente de Asturias, Adrián Barbón, se ha lanzado a la arena de este debate poniendo un ejemplo hipotético en su familia para explicar el sistema de exenciones que rige en el Principado. Actualmente (y a raíz de un acuerdo presupuestario entre PP y PSOE hace dos legislaturas) en Asturias no pagan el impuesto de sucesiones los herederos directos (hijos, padres y cónyuges) si reciben un herencia inferior a los 300.000 euros cada uno. Es decir, por ejemplo, una familia de tres hermanos para pagar Sucesiones en Asturias tendría que heredar de su padre 300.000 euros cada uno, y la vivienda habitual no se incluye. ¿Cuánta gente paga sucesiones en Asturias? Unas 200 personas cada año; en la práctica es apenas el 1% de los herederos en línea directa. ¿Cuánto recauda Asturias por el impuesto? El impuesto depende de los fallecidos por lo que no es posible hacer un cálculo preciso y exacto en las previsiones de la hacienda autonómica pero se hace una estimación que normalmente ronda los 100 millones de euros. En las previsiones para el presupuesto vigente, el último aprobado a finales del año pasado, Hacienda esperaba contar con unos ingresos por este concepto de algo más de 102 millones (incluyendo donaciones). La herencia más habitual de Asturias Con muchísima frecuencia en el debate político y para hacer comparaciones entre comunidades se pone el ejemplo de «soltero de 30 años que hereda 800.000 euros», pero es un caso en realidad fuera de lo normal. La herencia media que se recibe en Asturias es de 50.000 euros, es decir, la inmensa mayoría no tiene que tributar. En muchas comunidades se ha ampliado la exención del pago hasta el millón de euros. Pero ¿cuánta gente en Asturias recibe herencias de ese calibre? Es un número tan pequeño, inferior a una decena, que Hacienda lo considera secreto estadístico para que no sea tan sencillo identificar a los herederos como mirar las esquelas. ¿Afecta a la competitividad de las empresas de Asturias? Difícilmente, aunque se trata de una queja habitual de asociaciones patronales y de empresarios, algunos muy notables, particulares, lo cierto es que la normativa asturiana bonifica al 99% el pago del impuesto de sucesiones de una empresa familiar. Además a medidos del verano se constató que por tercer año consecutivo son más las empresas que cambian su sede social desde otra comunidad al Principado que desde Asturias a otro territorio. Un saldo positivo en número de empresas y en volumen de facturación también. ¿Es la causa de renuncias a herencias? Realmente no. Es un hecho constatado por el registro del Consejo General del Notariado, año tras año, que en Asturias hay un porcentaje de renuncias superior al resto de comunidades y, sin embargo, la diferencia es muy escasa incluso en territorios donde la exención llega al millón de euros o (como en Madrid) donde directamente se bonifica al 99% todas las herencias sea cual sea su cuantía. En la inmensa mayoría de los casos se renuncia a una herencia porque viene acompañada de una carga y no compensa, por ejemplo un piso con una hipoteca. Al cierre del año pasado se constaban 7.085 herencias en Asturias y renunciaron a ella 1.817 personas, es un 25,6%. Es importante destacar que en ese recuento se computan las herencias en conjunto y las renuncias individuales, es decir, de un legado con cinco herederos pueden haber renunciado dos, de manera que se contabilizan dos desistimientos pero para una misma herencia. En ese mismo período, de enero a septiembre, la media nacional fue de un 15% de renuncias entre los herederos (son diez puntos por debajo de Asturias). En Galicia (con la exención en el millón de euros) las renuncias fueron el 13%, con el mismo sistema llegaron al 20% en Andalucía; en Madrid fueron el 14% de renuncias a herencias sobre el total. ¿Se puede pagar más en Madrid que en Asturias? En realidad sí porque tiene dos modelos distintos. En el Principado funcionan las exenciones (por debajo de 300.000 euros no se paga) pero en Madrid rige una bonificación general del 99%. De este modo una herencia de menos de 300.000 euros en Asturias no paga en nada y en la capital sí, una cuantía pequeña y bonificada, pero una cuantía. De hecho por este motivo aunque Madrid tiene seis veces más población que Asturias, la recaudación por sucesiones no es seis veces mayor, sino ocho veces mayor. Sucesiones no es plusvalías De forma interesada con un propósito de desinformar en muchas ocasiones se han mezclado dos impuestos distintos que están relacionados con los legados. Uno es el de sucesiones y el otro es el Impuesto sobre el Incremento de Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana, el conocido como plusvalías, que es el ámbito municipal, lo cobra el ayuntamiento por la venta de un inmueble (que a veces se hereda). El cálculo, desde el valor catastral, que se hacía para este impuesto fue llevado a los tribunales y ha sido reformado. Ni «lo pagan los muertos» ni hay «cosas que ya han pagado» En este debate polarizado es frecuente que se denomine a sucesiones el «impuesto a la muerte» y muchas personas utilizan de forma confusa la expresión para quejarse de que lo paga el fallecido. Obviamente no es así, el impuesto lo recibe una persona viva y es la que paga al ver incrementado su patrimonio, que es lo que grava este impuesto, el aumento de la fortuna personal. Tampoco se trata de un impuesto a «cosas que ya han pagado», un terreno o una casa, porque las cosas no pagan impuestos, los pagan las

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