El 25 de Mayo en el Horizonte...

Sanz Montes, un fascismo herborizado Ante la gran estafa religiosa, los curas de la parroquia han dicho basta, afirmando que el prelado no les representa Por Víctor Guillot 13 septiembre 2023 Recomendados Llamazares carga contra Sanz Montes y propone trasladar al 25 de Mayo el Día d´Asturies 13 septiembre 2023 La diputada del PP asturiano que se permite dar lecciones de ética periodística 13 septiembre 2023 Ayudas públicas a las aerolíneas: luces y sombras de un 2023 con más vuelos que nunca 13 septiembre 2023 Asturies, segunda comunidad con más turismo rural este verano 13 septiembre 2023 Víctor Guillot Víctor Guillot Víctor Guillot es periodista y adjunto a la dirección de Nortes. Ha trabajado en La Nueva España, Asturias 24, El Pueblo de Albacete y migijon. Como cada 8 de septiembre, la homilía del Arzobispo de Oviedo se convierte en una zambra de columnistas esperando con libidinosa ansiedad la reacción de Adrián Barbón. Ahora que los fascismos herborizan en media Europa, al paso alegre de Webber y Meloni, Jesús Sanz Montes vuelve a la carga contra los ecologistas, el feminismo y el movimiento LGTBI. Sólo el fanatismo justifica que el día de Asturias se convierta en el día de José Antonio Primo de Rivera. Quizá vaya empezando a ser necesario trasladar esa celebración a otra fecha y evitar así que el Presidente del Gobierno Asturiano disminuya su tamaño institucional al paso levítico del crimen y la paz de Sanz Montes desde las catacumbas de Covadonga. El caso es que una parte del clero asturiano parece haberse rebelado ante la jerarquía, hartos de que el Arzobispo de Oviedo aproveche el día para evacuar su doctrina trumpista y ultraconservadora, aforrada de fascismos, nazismos y un catolicismo que apesta a incienso rancio y caducado. El gran fraude de Sanz Montes es querer convertir una causa personal en una causa política. Y ante la gran estafa religiosa, los curas de la parroquia han dicho basta, afirmando que el prelado no les representa. Adrián Barbón y Jesús Sanz Montes. Foto: JPA Cada 8 de septiembre se monta un cirio patriótico que arrastra al gobierno asturiano a posiciones dubitativas. Adrián Barbón es católico y sentimental y juega a esa doble condición de seglar que vive el socialismo con las memorias de Besteiro en una mano y la Biblia en la otra. Pero incluso Barbón, que día a día se va despojando lentamente de la beatería que siempre le ha caracterizado, está empezando a sentirse harto de tanto espanto ideológico que poco o nada tiene que ver con la doctrina cristiana. Sanz Montes continúa después de tanto tiempo con el cuchillo en alto, convertido en un carnicero político de plazuela defendiendo la inmovilidad de las ideas, particularmente, las suyas. No sabemos qué opinión tendrá la Conferencia Episcopal de todo esto. La Conferencia Episcopal ya no es una catedral de silencio y es una formidable y espantosa máquina de mandar españoles al infierno y si no, que se lo pregunten a Salvador Sostres. Su presidente mantiene una buena relación con el Papa Francisco, experto en esquivar los puñales de la curia. Posiblemente, la Conferencia no tenga nada que decirle a su Arzobispo, entre otras razones porque Jesús Sanz Montes es miembro de su Comisión Permanente. Sin embargo, me malicio que si en los próximos meses les da por leer el BOPA y descubren que el día de Asturias torna a celebrarse el 25 de mayo, un suponer, alguno de ellos empezará a pensar que el Arzobispo, en la Comisión, sobra tanto como Sostres en la COPE. Estaremos atentos. ETIQUETASactualidad_cabeceraAdrian BarbónConferencia episcopaldestacadoJesús Sanz Montes Artículo anterior A vueltas con la batalla de Chile Artículo siguiente Asturies, segunda comunidad con más turismo rural este verano Actualidad Llamazares carga contra Sanz Montes y propone trasladar al 25 de Mayo el Día d´Asturies 13 septiembre 2023 La diputada del PP asturiano que se permite dar lecciones de ética periodística 13 septiembre 2023 Ayudas públicas a las aerolíneas: luces y sombras de un 2023 con más vuelos que nunca 13 septiembre 2023