miércoles, 21 de junio de 2023

Agua de lluvia....

Lascia ch’io pianga Collboni alcalde gracias a algo raro, nuevo y sumamente improbable entre PSC y Comuns Guillem Martínez 17/06/2023

Jaume Collboni saluda como nuevo alcalde de Barcelona.

Jaume Collboni saluda como nuevo alcalde de Barcelona. pscbarcelona A diferencia de otros medios, en CTXT mantenemos todos nuestros artículos en abierto. Nuestra apuesta es recuperar el espíritu de la prensa independiente: ser un servicio público. Si puedes permitirte pagar 4 euros al mes, apoya a CTXT. ¡Suscríbete! 1- Hola. Pues aquí, viendo llover por primera vez en meses. La lluvia –agua rodeada por aire– es, ahora que la veo otra vez, lo contrario que el Vichy –aire rodeado por agua–. Por lo demás, y aprovechando la tranquilidad que da a las vacas, y a los humanos, ver llover sin que te llegue el agua a las cejas, en este articulete les hablaré de pactos. Pactos PP-Vox, todas las posturas del Pacto-sutra en BCN, y Sumar, ese pacto precario, como todos los pactos del mundo, salvo el arco iris, que estoy viendo ahora por la ventana. 2- Los pactos PP-Vox explican que la derecha Esp se ha reunificado, en un punto más a la derecha del que existía antes de Vox. Lo que explica el servicio de Vox a la patria, etc. Se han unificado, además, con naturalidad y rapidez. Y a través de un texto inicial de cinco puntos, básico como un botijo. Tan básico que conforma un trámite demasiado leve como para considerarlo un trámite. Luego apareció otro documento, de 50 puntos. No aportaba nada nuevo al pacto de cinco puntos, salvo, es un decir, un torero. Esto es, una radicalidad política enorme, y el indicio de que esas extremas derechas ya no diferencian la política de la guerra cultural –un componente de la extrema derecha que ya no es exclusivamente suyo, como verán en este articulete–. Anyway. Parece, visto lo visto, que esos pactos PP-Vox han resultado fáciles. Pues para nada. Esas extremas derechas ya no diferencian la política de la guerra cultural 3- Si bien un pacto entre dos formaciones dirigidas, a su vez, por FAES, parece chupado, es preciso señalar que se trataba de un pacto difícil, improbable, hasta hace relativamente poco. El pacto, su posibilidad, ha sucedido en otro punto, distinto a los cinco o a los 50 puntos. Fuera del PP y de Vox, fuera de Esp, incluso. PP y Vox se han unificado, simplemente, porque esa posibilidad existía y ya estaba despenalizada en la UE –los gobiernos de Italia, Chequia, Suecia, Finlandia y, claro, Hungría y Polonia suponen esa despenalización–. ¿El PP habría firmado ese pacto de 5/50 puntos de no haberse producido esa despenalización europea? Diría que sí, en tanto que ya se mojó en Castilla y León en su día, cuando eso no era tendencia. Pero, sin el beneplácito ambiental europeo, el pacto le hubiera supuesto al PP una gran erosión en Europa, como casi todas sus fantasías. Ahora, en cambio, le supone cierta convergencia con cierto PPE. El de Manfred Weber. Acuérdense de ese nombre. Igual da nombre a una época vergonzosa. O no. 4- El PPE, subsector Manfred Weber, no es un subsector marginal en el PPE, si entendemos que Weber es presi del PPE, presi del Grupo Parlamentario PPE y, en 2019, cuando el PPE obtuvo la mayor representación ever en el Europarlamento, el principal candidato a presidir la Comisión. Hasta que se acabó la diversión / llegó Von der Leyen / y mandó parar / apoyada por –lo que queda de– la socialdemocracia de Weimar. Vamos, que lo que ha hecho el PP con Vox será depositado en el haber de un Weber agradecido, se supone, que espera disponer, tras las elecciones europeas de 2024, de un grupo PPE aún más fuerte, más amplio hacia su derecha, más autosuficiente, y que le catapulte hacia 2019. Los tiempos están cambiando, en fin. Pero mucho más de lo que desearía el PPE, o punto 5. 5- En efecto, en toda Europa se pronostica el ascenso de las derechas. Salvo donde ya gobiernan y han emitido su habitual obra social, que es donde se prevé la subida de las izquierdas –caso de UK–, hasta que vuelvan a ser desbancadas por las derechas. Es una situación de crisis sin solución: Europa está votando en contra de sus gobiernos, así como suena y sean cuales sean. La siguiente etapa, en ausencia de cambios estructurales, será más inestable. Bueno. BCN. Pactos. Estado de la cuestión. 6- Trias, un hombre que abandonó la alcaldía de BCN en 2015, frente a Ada Colau, por la incapacidad e imposibilidad de pactar con nadie, en esta emisión ha hecho los deberes. Ha pactado. En primer lugar con el votante, durante la precampaña y campaña. Un votante amplio, de derechas, clasista y –esto es novedoso; es decir, antiguo, de cuando CiU– usuario del nacionalismo esp, del cat, o de ninguno. Ojo, es importante cómo Trias ha hecho ese pacto ecuménico y panderechista. Lo ha hecho à l’ancienne. Con reuniones directas con la happy few. Y con mentiras de toda la vida, pero sin llegar mucho al fake/guerra cultural. Reiterando léxico –Trias emitía, como su votante, un léxico antiColau muy específico, creado en la radio–, y seleccionando a su elector a través de lapsus de la nueva derecha –exemplum: defendía que una persona que gana 3.000€ no puede vivir en BCN, lo que no es un lapsus, sino un guiño a su votante, el grupo de ciudadanos para los que es normal ganar esa cantidad o que sueña con ello–. Por segunda vez en democracia, en BCN ha ganado el propietario, que ve la ciudad como un negocio. Inmobiliario y/o turístico. Ay, uy. Parece que esta derechona ultraliberal Cat ha pactado con ERC. Pero, de ser alcalde, Trias, para gobernar, necesitará más pactos y más amplios. Y, todo apunta a ello, no podrá conseguir esos pactos hasta después del 23J, momento hasta el cual los partidos estarán escondiendo la tripa, en modo campaña electoral. Solo tras esa fecha sabremos si Trias tiene suficientes apoyos, o si tiene menos de los necesarios. Por segunda vez en democracia, en BCN ha ganado el propietario, que ve la ciudad como un negocio 7- Parece, cada vez más, que ERC será el primer partido en apoyar a Trias. Vamos, que en este momento la militancia de Junts y de ERC están votando el acuerdo alcanzado por sus líderes para hacer a Trias alcalde. Sí, claro, las bases de ERC pueden votar en contra, pero esas consultas tienen su tradición. La idea es hacer un Ajuntament indepe. El hecho de que Trias no sea indepe parece que no estropeará esa idea, pues el independentismo en Cat no es necesariamente independentismo, sino procesismo, y el procesismo una guerra cultural. ERC, a su vez, y tras haber obtenido los indultos, la reforma del Código Penal, y un bajón electoral llamativo desde 2021, parece no tener ninguna razón para reprimir sus impulsos para volver a ser un partido de guerra cultural. Decisiones como regalar el Ajuntament de BCN a una derecha severa, y participar con ella en el gobierno de la ciudad, ilustran que ERC, tras su mala gestión en la Gene –las encuestas hablan de un Govern bajo mínimos en su valoración– parece volver al procesismo. En esta ocasión, al contrario que en la anterior edición, ERC no buscará crear un objeto con el que negociar –lo que sea, que no la indepe– con el Estado, sino un objeto con el que gestionar épicas nacionales perseguidas, mientras, pongamos, vota en el Ajuntament con Trias, PP y Vox –meditación: en la última década ERC lleva mucho tiempo votado con extremas derechas, como para que aún no lo sepa–. Sobre las épicas nacionales perseguidas: igual resulta algo muy sencillo tras una victoria de las derechas esp el 23J. 8- Collboni/PSC está intentando, a su vez, un pacto tripartito, dice. Conseguir los votos de Comuns y –wala– del PP. Lo que supondría mayoría absoluta. Y lo que es, como el cenicero para motos o el bocata digital, una vía muerta antes de nacer. Y parece que el PSC no tiene ninguna otra idea –confesable–. Algo preocupante, cuando el PSC es el segundo partido, esto es, el que debería liderar una opción frente a Trias. El candidato del PSC, que perdió la campaña al abrir la boca más veces de las esperadas, no parece una persona que sepa leer pactos, o que posea una idea de ciudad diferenciada de las propuestas de la derecha. Supongo que, hace décadas, en Madrid, el PSOE empezó a tener candidatos con ese perfil a la alcaldía. 9- Colau, a su vez, ha insistido en un tripartit de izquierdas. Según parece, Comuns ha seguido intentando esa opción, mientras a ERC se la llevaban al río, y mientras el PSC hacía cosas del PSC. De hecho, se han producido reuniones entre las tres izquierdas, si bien, en el momento en el que escribo estas líneas, nunca han sido trilaterales, que se sepa. Lo que es un indicio de que esa vía nunca estuvo muy viva. Hubo, incluso, la sensación de que esa vía disponía de mucho más tiempo para ser negociada, en tanto Vox había interpuesto un recurso a la JEC, que podía adoptar la forma de contencioso administrativo, y alargar la constitución del Ajuntament hasta el 7 de julio. Pero, hace unas 48 horas, Vox se rajó. Esto es, Vox entendió que eso era dar tiempo y alas a las izquierdas. Crear inestabilidad. Lo que apunta a que Vox ve satisfactorio, y estable, un Ajuntament Trias/de propietarios. 10- El 17J, a las 17h, se constituirá el Ajuntament de BCN, sí o sí. Hasta ese momento es posible que no sepamos del todo lo que pasará. Posibilidades: a) Trias alcalde, por la habitual vía pagafantas de ERC, b) Trias alcalde por la vía de la mayoría simple, en el caso, único en la historia, de que jefatura ERC pierda la consulta ante su militancia, b) Collboni alcalde gracias a algo raro, nuevo y sumamente improbable entre PSC y Comuns, y z) cualquier cosa, pues una sociedad con partidos de guerra cultural y en la que, además, el modo de relacionarse con la política es no decir nunca la verdad, siempre crea sorpresas, como vimos esta pasada década en Cat. Pase lo que pase, solo sabremos lo que ha pasado el 23J. Después del 23J puede ser una de esas pocas veces en las que, partidos poco abocados a ello, sean en cierta manera sinceros. Antes de esa fecha igual es pedirles demasiado. 11- Pacto Sumar. El pacto supone éxitos y fracasos. ¿Por dónde empiezo? “¡Por la mala, por la mala!”. OK. Voy. 12- Pasado el tiempo, ya podemos observar objetos que pueden valorarse como errores –grandes– en la poética de Podemos –Ps– y de Sumar –S– en estas negociaciones. No creo que ambas formaciones tengan responsabilidades simétricas, pero sí, finalmente, determinantes en este marrón político llamado Esp. En el pack Ps, el principal error es el siguiente: siendo Ps un partido relacionado con lo que Gregorio Morán dibujó en su día como partidos de Miseria y Grandeza, fue un error que Ps solo analizara y atendiera a su grandeza. Su grandeza fue a) movilizar, en un primer y breve momento, capas sociales sumamente humildes e inmovilizadas y desatendidas desde hacía décadas, y b) la persecución –en todo el periodo, y durante un tiempo dilatado–, por parte del Estado, paraEstado, y Deep-State, de los cuadros de Ps –en el caso de Iglesias y Montero, de manera intensa y artesanal–. De esta manera, Ps no supo leer su miseria: la a) construcción de un partido sumamente vertical y fundamentado en el veto, b) sin capacidad de empatía, con c) propensión a la expulsión de militantes y al alejamiento de votantes, con facilidad para d) la guerra cultural, esa actividad que solo crea un fruto, o e), la polarización. Fue un error f) no participar en las negociaciones para construir S desde el minuto cero, incluso liderarlas. Comportarse g) como si S no fuera Ps, hasta que al final, en efecto, así fue. Fue un error h) no calcular que el Ps territorial, las bases fuera del aparato de MAD, ya estaban en S desde un principio. Fue un error i) no prever lo que pasaría el 28M. Fue un error j) negociar desde posiciones de fuerza tras el desastre del 28M. Fue un error k) someter a guerra cultural –a sentimentalidad, a fakes, a confusión, a modulaciones desde los medios, a la polarización esa– las negociaciones. Fue un error que l) la guerra cultural emitida supusiera facilitar la victoria de las derechas en las municipales y en las autonómicas, tal vez en las generales. Fue un error que, tras el ruido ensordecedor de una guerra cultural, m) trascendiera que solo se negoció con S sobre puestos en las listas y sobre dinero. Fue un error, un gran error, que n) 24 horas antes de cerrar las negociaciones, Ps registrara un nuevo partido. Fue un gran error ñ) que eso trascendiera. Es un error que, tras la firma del pacto, o) se prosiga con la guerra cultural, en la forma de pedir la incorporación de Montero a las listas. Pasado el tiempo, ya podemos observar objetos que pueden valorarse como errores en la poética de Podemos y de Sumar 13- En cuanto a S, fue un error a) no calcular los tiempos de la negociación, optar por b) el silencio durante meses, para luego c) optar por las declaraciones desordenadas. Fue un error d) no valorar a Ps, en lo que podía tener de chungo, y permitir que su ruido fuera el ruido ambiental durante meses. Fue un error permitir que e) Ps erosionara el proyecto durante meses. Fue un error f) el uso del veto, una herramienta usual en los partidos, y también en la nueva política –el veto ha sucedido en todas las listas de la nueva política, más allá de Ps, desde 2015–. Por ello mismo g) es un error que el veto llegue a la tercera forma de las izquierdas en Esp, tras PC-PSUC y tras IU, h) como un legado, anterior a Ps, y transmitido por Ps, y que orienta sobre i) la dificultad de involucrar procesos democráticos profundos incluso en las izquierdas. Es un error la j) no incorporación de Montero. No por las razones que explicó S –no aludió a su etapa ministerial, sino a su labor como dirigente de Ps; se la señaló así como un “activo tóxico”, esto es, como una emisora de guerra cultural–. Y no por lo que dice y repite Ps –argumentos de guerra cultural–, sino porque el veto a Montero supone dar pie a que Ps inicie otra guerra cultural, que puede durar hasta el 23J. Y porque, si los resultados del 23J son un desastre, eso mismo puede hacer de Montero la única política no derrotada en la historia de la humanidad española. Es un error que las negociaciones fueran únicamente k) sobre puestos en lista y pasta. Fue un error que l) el hecho de no dominar el proceso y las negociaciones finales supusiera la victoria de las derechas en las municipales y autonómicas, tal vez en las generales. Es un error m) que el material de los grupos de trabajo, que elaboraron durante meses propuestas a realizar en la política y en la realidad esp, no haya trascendido, sino que solo haya trascendido todo este ruido emitido por Ps, y que no se ha sabido detener. Pero no se XXXXXXXXX, que el pacto Sumar ha dejado cosas buenas. En Ps y en S. 14- Ps, diga lo que diga, y sea lo que sea –lo que es importante: ¿qué es Ps? ¿Cuántos son? ¿Qué quiere? ¿Quiere ser un partido? ¿Quiere ser S? ¿Se escindirá tras el 23J?–, ha obtenido un buen pacto. El 20% de los puestos de salida son suyos. Lo que en las negociaciones se calculó como entre 8 y 9 diputados. Pas mal. Incluso si sacan la mitad, o la mitad de la mitad, es más de lo que sacarían solos. También ha solucionado el tema pasta, el pago de microcréditos de militantes, para pagar campañas anteriores. Lo que es aliviar a militantes de Ps, la grandeza, lo antepuesto a la miseria, de un marrón. Ps, muerto antes del pacto que intentó matar, hoy vive. 15- En cuanto a S, ha realizado un improbable. Desde 1981 –cuando se escindió el PSUC en dos mitades gratuitas, lo que supuso varios terremotos-réplicas en el mundo PC esp–, nunca jamás se habían agrupado 15 formaciones. Algunas alejadas del mundo PC, con otras grandezas y miserias, por tanto. Es, sin duda, un éxito sin precedentes, notorio, ensombrecido por el fuego amigo, esa cosa que nunca es amiga. S, ese invento imposible, que se retrotrae a 1981, merece una oportunidad, como todo el mundo que se ha erigido en forma de la izquierda desde 2014. Autor > Guillem Martínez Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo) y de 'Caja de brujas', de la misma colección. Su último libro es 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Ver más artículos @guillemmartnez Suscríbete a CTXT Orgullosas

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