martes, 13 de febrero de 2024

De Os Peares a Pontevedra anda el juego NeoLiberal....

El neoliberalismo provinciano de Rueda-Feijoo Albino Prada 11/02/2024 COMPARTIR:Facebook Twitter Telegram Me centraré aquí en dos cosas que a los dirigentes del Partido Popular no les gusta nada airear. Que, por un lado, su política en lo social y económico es neoliberalismo puro y duro (como el de Trump, Milei o Meloni) en beneficio de los más privilegiados. Y, por otro lado, que para ellos la Xunta de Galicia es poco más que el gobierno de cuatro provincias españolas subordinadas a los intereses centrípetos de la megametrópoli madrileña. En ambos casos se acercan cada vez más a las posiciones de Vox: neoliberalismo radical más beligerancia contra las nacionalidades periféricas del Reino de España. Vayamos por partes. * En materia económica y social, su neoliberalismo se oculta bajo una capa de tecnocracia y eficiencia, aunque, sorprendentemente, no quieren ver ni en pintura un balance objetivo de los resultados que han logrado durante años y años de Gobierno. Para evitarlo cuentan con muchas amistades mediáticas bien alimentadas con fondos públicos. Neoliberalismo puro: regar a los amigos ricos con abundantes subsidios con fondos que son ahorrados en recortes a la mayoría social. Las medidas neoliberales que la derecha viene aplicando en Galicia desde hace muchos años están teniendo consecuencias negativas en la cantidad y calidad del empleo (por ejemplo en la elevada contratación temporal que depende de la Xunta), en la situación de la educación y la sanidad o en servicios para las personas mayores (en todos los casos con el abuso de los conciertos con empresas privadas), también en el imposible acceso a la vivienda de los jóvenes o a las residencias de ancianos, en la gestión de los recursos naturales del país, en la oficina de subcontrataciones chistosas que es la CRTVG, en el deterioro del medio ambiente natural y ambiental, en la anorexia y regresión de los ingresos de la comunidad autónoma e, incluso, en el crecimiento económico del país, por citar solo algunos de los efectos causados. La anorexia a la que los neoliberales Rueda y Feijoo someten los programas sociales de la Xunta de Galicia se puede comprobar día a día en el desastre de las crecientes listas de espera, en el bajo cupo de plazas públicas en las residencias de mayores, en el imposible o costoso acceso a la vivienda para los más jóvenes o en la entrega de recursos naturales a empresarios amigos en lugar de municipios y cooperativas, sólo por poner algunos ejemplos. La otra cara de esos desastres es que ni siquiera logran -a cambio y como prometieron- su objetivo sacrosanto: el crecimiento del PIB. Pues según el Informe 2022 del Consejo Económico y Social de Galicia (en la página 74), Galicia no sólo está perdiendo peso de forma permanente en el PIB español, sino que también estamos perdiendo peso de forma contínua en términos de empleo. Con lo quye el objetivo de romper con la regresión demográfica del país se convierte en una quimera. Vaya un dato demoledor: según el INE, en Galicia la población joven (entre 16 y 34 años) pasó de 750.000 personas en 2002 a 470.000 en 2023. Una caída que va camino de la mitad en veinte años, mientras que en el conjunto del Reino de España ese mismo colectivo es casi estable. La alternativa a este desastre neoliberal, que hoy puede beneficiarse de políticas alternativas del actual Gobierno Central (por ejemplo en la revalorización de las pensiones, en la mejora del salario mínimo interprofesional o en las prestaciones por desempleo), pasa porque la Xunta de Galicia se ponga al servicio de la mayoría de los ciudadanos y no al de grupos de presión económicos, mediáticos o empresariales. Una réplica y alternativa al neoliberalismo provinciano que gobierna -es un decir- la Xunta. Y a eso es a lo que vamos porque, sin pestañear, estos adalides de la desigualdad social simular ser abanderados patriotas de la igualdad entre todos los ciudadanos del Reino de España. * En este segundo aspecto, la deriva del Partido Popular hacia la recentralización y paralización de las Autonomías en la última década (con su clímax en el recurso al Tribunal Constitucional contra el Estatuto catalán), es cada vez más cercana a la postura de su ahora socio habitual (Vox) que proclama a las claras su deseo de retornar a un provincianismo español predemocrático. Una deriva que ha provocado un enorme conflicto social en Cataluña y una ola de odio pseudopatriótico en gran parte del Reino de España, con el riesgo de extenderse al País Vasco y a todos aquellos que no se apunten a esta nueva Cruzada. Una deriva hacia una España unitaria, centrípeta y radial en la que una ciudad-provincia (el Madrid ayusista y aznarista) se agiganta como una metrópoli global con diversas periferias subordinadas. Con una lógica centrípeta, y a la vez neoliberal, que obliga al resto a una devaluación de la fiscalidad propia (en sucesiones o patrimonio) y empuja a una competencia fiscal a la baja dentro del reino de España. Círculo vicioso del que siempre se benefician los más ricos y el cáncer centrípeto. Ajenos a cualquier pacto fiscal federal que evite estas asimetrías, mientras jalean el mantra de la igualdad. En esta convergencia y deriva de la derecha, Galicia sólo se entiende como una región de cuatro provincias subordinadas a tal lógica (en el caso del AVE radial, la red de autopistas radiales sin peaje, el uso de los recursos naturales, la normalización lingüística, los medios de comunicación, el folklorismo, la no reforma estatutaria, la privatización de los servicios públicos, el alcance y escala de las áreas comerciales, etc.), a cada paso más lejos de una mutación federalizante del actual marco autonómico (como he desarrollado recientemente en este semanario digital). La posición alternativa, por tanto, debe definirse como un punto de encuentro entre las que asumen la plurinacionalidad y la igualdad institucional de los territorios del Reino de España, al servicio del bienestar social de sus respectivos ciudadanos, en la hoja de ruta de una transformación federalizadora del Estado de las Autonomías. Un punto de encuentro entre todos los que consideramos dicho Estado una estación de paso y no un punto final. En este contexto, las políticas lingüísticas, culturales, de financiación pública, la gestión de los recursos del país, las redes de infraestructuras, las demarcaciones provinciales, la integración internacional (por ejemplo en la Eurorregión con Portugal), etc. debieran ser compartidos y consensuados con las estrategias de las distintas nacionalidades de una España federalizante. Para así, por ejemplo, no mantener un Senado centrípeto sino federalizador. Para todo ello creo que es necesario despertar del sueño provinciano, y falsamente igualitario, de las derechas y de los sectores sociales, empresariales y mediáticos que vienen alimentando su prolongada y paralizante hegemonía electoral y política en Galicia. Despertar también de las variadas posiciones localistas de las ciudades del país que no son más que falsas salidas de ese sueño, al tiempo que son una comprobación de ese fracaso. * Por ese doble motivo, por ser neoliberal y provincial, con un balance tan preocupante otra mayoría debe aportar el aire fresco de una alternativa política en la Xunta de Galicia. Una mayoría alternativa de votos que ya se registró en comicios anteriores, y que sólo gracias a la circunscripción provincial -asimétrica en la igualdad de votos para obtener diputados- permite al Partido Popular sumar mayorías de diputados. Necesitamos ampliar esa mayoría social para gobernar con una hoja de ruta igualitaria dentro del país y entre las naciones del Reino de España. Publicado en gallego en Tempos Dixital: https://temposdixital.gal/a-contratempo/feijoo-rueda-eleccions.html Albino Prada Colaborador de Sin Permiso. Doctor en Ciencias Económicas por la Universidad de Santiago de Com-postela, profesor de Economía Aplicada en la Universidad de Vigo, fue miembro del Consejo Gallego de Estadística, del Consejo Económico y Social de Galicia y del Consello da Cultura Galega. Su último libro es “¿Sociedad de mercado o sociedad decente?” (Universidade de Vigo, 2023) Fuente:

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