jueves, 1 de abril de 2021

En esto....el controvertido Errejón dió en el clavo....

Olivier Ertzscheid sobre los estudiantes y la COVID-19: «Los que verdaderamente me preocupan son aquellos y aquellas que perderemos durante estos dos años»Entrevista a Olivier Ertzscheid, profesor de Ciencias de la Información en la Universidad de Nantes (Francia), quien asegura que la situación en la que se encuentran los estudiantes es grave y que solo se podrá mejorar con la reapertura de las universidades. Publicado en 1 abril 2021 a las 15:00 Katja Petrovic Traducido por Nerea Vidana Vargas ES Katja Petrovic: Todas las crisis son bastante reveladoras, la crisis sanitaria del coronavirus no iba a ser menos. ¿Cuáles son los problemas más graves a los que se enfrentan actualmente los estudiantes? Olivier Ertzscheid: Todos los medios de comunicación hablan sobre esta situación de emergencia, algo que resulta bastante positivo. Sin embargo, esta crisis comenzó mucho antes para los estudiantes… Desconozco si es posible establecer una jerarquía en la gravedad de los problemas, pero uno de los problemas principales es que han perdido el sentido de tener 18, 20 y 25 años. Para ayudarles a encontrarlo de nuevo, es necesario garantizarles un mínimo de encuentros sociales básicos. No quieren organizar fiestas de 200 personas ni ir a discotecas, solo quieren poder quedar en pequeños grupos de amigos para poder conocerse mejor. Además, a esto se añade la situación de precariedad en la que se encuentran que, en muchos casos, les dificulta incluso tener una alimentación adecuada. Asistir a clase con el estómago vacío no es una solución. En mi opinión, es necesario dar prioridad a que puedan volver a socializarse entre ellos, sin olvidar poner a su disposición los medios necesarios para que puedan alimentarse y hacerse con un alojamiento. Basándome en lo que yo he podido observar, en lugar de quejarse de las dificultades que tienen para alimentarse o alojarse, suelen mencionar más lo difícil que les resulta comunicarse. 👉 Los otros artículos de la serie sobre la juventud en la era Covid-19: Una generación sacrificada: estudiantes durante la crisis sanitaria Los jóvenes y la covid-19: ¿qué impacto ha tenido la pandemia en su salud mental? Los jóvenes europeos y la covid-19: ¿responsables o víctimas? ¿Piensa usted que se trata de una «generación sacrificada»? El mes pasado fui a hacer la compra a un hipermercado Leclerc. Desde el principio de la pandemia, podemos encontrar un puesto en el que se realizan pruebas de detección de COVID-19 en la entrada de este hipermercado. Sin embargo, en la universidad todavía no existe tal cosa. Si lo que ocurre es que no hay apoyo suficiente para llevar esto a cabo, dennos las herramientas y poned puestos en los que se puedan realizar pruebas de detección en las universidades. Además, a esto se suma una verdadera falta de apoyo por parte del ministerio. En lo que respecta a la percepción de los estudiantes, uno de sus problemas principales es la calidad que tendrá su diploma y la repercusión que esto tendrá en su inserción laboral o en su capacidad para encontrar prácticas. Mi principal deber como docente es tranquilizarlos sobre el futuro que les espera. Por supuesto que no tienen unas condiciones de enseñanza normales y está claro que los promedios universitarios que tendrán a finales de semestre no serán los mismo que en un contexto normal, pero también es cierto que todo ello se ha visto compensado por la adquisición de nuevas habilidades como la ayuda mutua y han creado un colectivo. Más : La vida estudiantil y la covid-19: ¿cómo afrontar la precariedad? Los que verdaderamente me preocupan son aquellos y aquellas que perderemos durante estos dos años, los que no podrán aguantar hasta el final. Se han observado datos bastante alarmantes. En conversaciones entre compañeros de profesión o en estudios que se han realizado durante estos últimos dos años, se ha descubierto que muchos estudiantes están abandonando sus estudios y no planean retomarlos en un futuro. En estos casos particulares, podemos hablar efectivamente de un verdadero «sacrificio». Los otros, la mayoría de ellos, lograrán encontrar una formación suplementaria que les permitirá compensar, de una manera u otra, todo lo que han perdido en estos últimos dos años (en el hipotético caso de que esta crisis se acabe en estos dos años), o eso espero. Sin embargo, considero que el gobierno tendrá una deuda pendiente con los estudiantes que han decidido abandonar una parte o la totalidad de sus estudios universitarios. Ha hecho referencia a las competencias suplementarias que han desarrollado estos estudiantes, en particular, las solidarias, como se puede observar con las nuevas asociaciones que han sido creadas. ¿Existe también un compromiso a nivel político? No dispongo de datos objetivos, así que solo puedo compartir lo que yo he percibido. Por lo general, todos solemos desarrollar, o continuar desarrollando, nuestra opinión política durante los años universitarios, años en los que también decidimos si queremos participar o no de forma activa en este ámbito de nuestra sociedad. Lo que yo he observado es que no se interesan por la política, debido a la saturación psicológica en la que se encuentran (según me han afirmado algunos de ellos). No logran interesarse por nada que no sea sobrellevar, en la medida de lo posible, las clases. Al menos eso es lo que me confesaron durante la clase que impartí al aire libre el año pasado. ¿Quiere decir que impartió una clase en la calle? Sí, fue cuando aún no teníamos permiso para ir a la universidad. A mediados del mes de diciembre, dado que comencé a observar varias señales alarmantes, propuse a mis alumnos que todos los que pudieran vinieran a la plaza La Roche-sur-Yon [al oeste de Francia] en vísperas de las vacaciones de Navidad. No se trató de una simple clase, ya que asistieron bastantes medios de comunicación. Aun así, la razón principal que me impulsó a realizar esta actividad fue darles la oportunidad de encontrarse y de hablar los unos con los otros antes de las vacaciones. Algunos de ellos me confesaron que incluso pagaron una suma importante de dinero en los billetes de tren para poder volver y ver a sus compañeros y compañeras. Entonces, lo que usted pide es que se vuelvan a abrir las universidades y que se instalen puestos para realizar pruebas de detección de COVID-19 en las mismas. Sí, como mínimo. Además, también convendría revisar los calendarios universitarios. Resulta bastante sorprendente que todos los calendarios se mantengan como si no pasara nada. En algunas facultades de medicina se pidió a los estudiantes que asistieran a sus exámenes en enero y se les informó de que si daban positivo en COVID-19 o eran un caso de contacto, obtendrían un cero. Tenemos pruebas de los correos electrónicos enviados por las universidades, lo que supuso aún más presión a los estudiantes de primer año de medicina. Nos consta que ha habido casos de estudiantes que asistieron al examen estando enfermos. Después, en su cuenta de twitter, el ministerio presentó sus excusas y se corrigió, afirmando que más que una obligación era una recomendación que se hizo a las universidades. Afortunadamente, estamos comenzando a escuchar testimonios de estudiantes por todas partes. Hace más de un año que piden que se les escuche. Nuestro trabajo también consiste en ser su voz cuando a ellos no se les escucha. Nos chocamos constantemente contra el mismo muro: «no, los estudiantes no tienen un sentido de la responsabilidad». Esta acusación resulta bastante infantil y transmite un desprecio que solo provoca ira. Nada explica el cierre de todas las universidades desde octubre hasta finales de febrero. Ahora es demasiado tarde para revertir esta medida, pero no estamos a tiempo de denunciar y de culpar a los políticos de este grave error que cometieron. 👉 Blog de Olivier Ertzscheid.

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