lunes, 18 de marzo de 2024

Los Barrios deben der el destino del Activismo....

“Los barrios tienen que facilitar la mezcla de clases sociales” Iñigo Maguregui, ex director de Urbanismo de Euskadi, fue uno de los impulsores de la Ley de Vivienda vasca en 2003. Por Diego Díaz Alonso 18 marzo 2024 Iñigo Maguregui en la Universidad de Oviedo. Foto: David González Nistal Recomendados Camela, con H de humildad 18 marzo 2024 “Los barrios tienen que facilitar la mezcla de clases sociales” 18 marzo 2024 Mieres revive la utopía educativa de la Segunda República 18 marzo 2024 Metales críticos 18 marzo 2024 Diego Díaz Alonso Diego Díaz Alonso Historiador y activista social. Escribió en La Nueva España, Les Noticies, Diagonal y Atlántica XXII. Colabora en El Salto y dirige Nortes. Iñigo Maguregui (Bilbao, 1970) es licenciado en derecho y diplomado en ciencias económicas. Entre 2001-2009, con Javier Madrazo, de Ezker Batua, como consejero, fue director de Urbanismo del Gobierno Vasco. En la actualidad trabaja como asesor en temas urbanísticos y de vivienda. El pasado estuvo en Oviedo/Uviéu para hablar sobre vivienda pública en las jornadas “La Vega transparente” organizadas por IU. Fue director de urbanismo entre 2001 y 2009, en tiempos de la burbuja inmobiliaria. ¿Qué política puso en marcha el Gobierno vasco de aquella? En 2001 el precio de la vivienda libre estaba desbocado, así que hicimos una reflexión, había que sacar fuera de la lógica del mercado toda la vivienda protegida para evitar que se especulara con ella. Le dimos calificación permanente de vivienda protegida y así pudimos someterla a un precio público controlado. ¿Año? 2003, cuando impulsamos la Ley Vasca de Vivienda. ¿Qué otras políticas desarrolló la izquierda desde su consejería? Pusimos en marcha el Programa Bizigune, una oficina de intermediación entre propietarios e inquilinos. El acuerdo básicamente consiste en el Gobierno vasco alquila tu vivienda y corre con los riesgos, pero tú a cambio cobras una renta más baja. Eran cosas que al PNV le chocaban, pero que terminaron aceptando. Ahora ese programa sigue y moviliza 7.000 viviendas. Es muy interesante porque permite la mezcla social, que gente con menos ingresos pueda estar en barrios de clase media. Favorece mucho la mezcla social. Además Bizigune nos permitió ir interviniendo mientras se construía vivienda pública. Piensa que cuando llegamos había 800 viviendas públicas y dejamos 12.000. ¿Viviendas públicas o en suelo público y con gestión privada? Una de las fórmulas fue cesión de suelo público, pero el sector privado mostró en general poco interés porque al tratarse de vivienda con precio limitado son proyectos que dan rendimientos a largo plazo. Al final la administración terminó haciéndose cargo de la mayoría de viviendas a base presupuesto público y yendo mucho más lento. ¿Corremos el riesgo de estar entregando la vivienda pública al sector privado? El problema es si privatizas vivienda, como ha hecho el PP en Madrid, permitiendo que la vivienda protegida pueda venderse al poco tiempo, pero si limitas el precio y blindas que la vivienda pública no pueda dejar de serlo es otra cosa. ¿Cómo evitamos que la vivienda pública se convierta en un gueto? Hay que desarrollar barrios mixtos, con viviendas públicas, protegidas y privadas. No tiene sentido hacer barrios de monocultivo. Los barrios tienen que facilitar la mezcla de clases sociales. ¿Por qué está disparado el precio de la vivienda? Hay mucha demanda y muy poca oferta. Por un lado tienes la vivienda turística, que es muy rentable y detrae pisos del alquiler convencional, para todo el año, por otro tienes un montón de pequeños propietarios con mucho miedo a alquilar. Hay una desconfianza general hacia alquilar y muy poca profesionalización, en un sector que está muy atomizado. ¿Cuál debería ser el precio razonable del alquiler de una vivienda? El alquiler no debería consumir más del 30% de los ingresos medios de la zona. ¿Qué pasa con la gente más pobre? En el País Vasco se vio que la gente que vive de la renta de garantía estaba transfiriendo todos sus ingresos al alquiler, así que se habilitó otra ayuda de 250 euros específica para vivienda. ¿La nueva Ley de Vivienda ayudará a resolver algo? En España la vivienda tiene en la Constitución el mismo grado de reconocimiento como derecho que la Educación o la Salud, pero eso luego no se garantiza en ninguna parte. Así que es normal que esta ley no guste a los conservadores. Para algunas comunidades como el País Vasco llega tarde, porque ya había leyes autonómicas, pero para Asturias, que no tiene legislación propia, es una oportunidad de desarrollar una ley en el sentido de la estatal. Lo mejor de la Ley es que el Estado se toma por primera vez en serio la construcción de parques públicos de vivienda, y también que se señale que el modelo debe ser la vivienda pública de alquiler. Otra cosa importante, la calificación permanente de vivienda protegida, para que no se pueda especular con ella. Bienvenida sea la ley, aunque sea con 20 años de retraso. ¿Fallos? La regulación del alquiler tiene bastantes agujeros. No establece unas obligaciones mínimas a las comunidades, y eso deja las manos libres a quien no quieran hacer nada. Hace falta un régimen disciplinario para quien no cumpla lo que dicta la ley. ETIQUETASactualidad_cabeceraIULa VegaLey de Viviendatemes_cabeceraviviendavivienda pública Artículo anterior Mieres reviv

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