lunes, 28 de enero de 2019

Serio revés...

Los retrasos en la tramitación impedirán aprobar el avance del PGOU este mandato

Vista general de Oviedo, con el Hospital Universitario Central de Asturias al fondo. /Pablo Lorenzana
Vista general de Oviedo, con el Hospital Universitario Central de Asturias al fondo. / PABLO LORENZANA

El desarrollo de la revisión del plan general quedará en manos de la próxima Corporación

GONZALO DÍAZ-RUBÍNOVIEDO.

El mercado del suelo es especial. Cuando la demanda se desploma, como en este país en la última década, las empresas quiebran a millares. El suelo no se puede exportar. Para el equipo de gobierno, la tregua de la crisis era el momento ideal para replantearse el Oviedo del futuro, para revisar un plan general que preveía -prevé, el documento sigue vigente- que la ciudad alcanzase los 300.000 habitantes en el año 2031, aunque el mar de fondo es el contrario: Asturias perderá 90.000 habitantes en los próximos quince años. Decrecer, una ciudad compacta, sostenible, más amable, con una apuesta por la movilidad que deje en segundo o tercer lugar el coche... Esos eran los objetivos de la revisión del ordenamiento pactados por todos los grupos, salvo el PP, que se descolgó a última hora del consenso. El documento se contrató a la UTE PGOU Oviedo -de los urbanistas Víctor García y Ramón Fernández-Rañada-, pero el trámite, adjudicado en diciembre de 2017, no va bien. El calendario hace ya inviable la aprobación del documento de prioridades antes de las próximas elecciones. La resultado final quedará en manos de la próxima Corporación. «Les hemos pedido que corrijan el documento de prioridades», explican desde Somos Oviedo. El proyecto fue entregado en noviembre y, un mes más tarde, el equipo redactor pidió una reunión a la Concejalía de Urbanismo alarmado por la tardanza en recibir un visto bueno que no ha llegado.
Avance
El documento de prioridades es el punto de inflexión de todo el trámite de cualquier revisión del planeamiento. La propuesta de la UTE PGOU Oviedo ofrecía un documento gráfico del análisis del planeamiento vigente, como reflejo de los límites legales a las posibilidades de intervención en los distintos suelos para las discusiones de participación, facilitando la interpretación de un aspecto esencial para las abordar propuestas y abría un plazo de cuatro meses para recoger aportaciones e informar del alcance de la revisión del planeamiento en un proceso de discusión con los grupos políticos, las instituciones y los actores económicos y sociales. Un proceso para el que ya no hay tiempo, lo que sitúa la aprobación definitiva de los objetivos más allá de las elecciones.
160 de 11.000
El nuevo plan general apuesta por la ciudad consolidada. También, por un concepto poco escuchado en urbanismo: el decrecimiento; por borrar cuantos ámbitos urbanizables -suelos rurales a los que se permite transformarse en ciudad- fuese posible. El PP, en la revisión del PGOU vigente, de 2006, en pleno frenesí de la burbuja, dibujó un millón de metros cuadrados de suelos de este tipo en San Claudio, Colloto y La Malata con el objetivo de que los promotores hiciesen viviendas asequibles. De las 11.000 anunciadas, se han construido en estos doce años 160.
Pero volver el tiempo atrás es difícil. El ámbito urbanizable de La Lloral, donde estaban previstas casi 1.800 viviendas, es hoy un terreno a medio urbanizar, donde pastan caballos y vacas y se alza, solitario, un único edificio. La promotora, Dursa Inizia, quebró, pero eso no quiere decir que recuperar el suelo sea gratis. Varios lotes de solares están en subasta en la liquidación de otra promotora, Residencial Las Campas, con tasaciones entre 1,7 y un millón de euros.
El concejal de Urbanismo, Ignacio Fernández del Páramo, es consciente de las dificultades: «Algunos crecimientos de la zona oeste tendrán que permanecer», admitió hace unos meses. De aquélla, se marcaba como prioridad en la zona hacer desaparecer el ámbito urbanizable de Tresllames, para salvar el bosque y donde el plan general vigente prevé un millar de viviendas con una edificabilidad bajísima, de 0,2 metros construidos por metro de suelo para estas 67 hectáreas.
No podrá hacer lo mismo con La Lloral, donde la quiebra de Dursa dejó 56 viviendas construidas en un único bloque de pisos de los 1.800 previstos en este residencial sostenible. Con el agua al cuello, la promotora intentó completar las obras de urbanización de estas 28 hectáreas para poder revender los solares resultantes. No consiguió salvar el 'match ball' y quebró. Los redactores del nuevo plan general también tenían que proponer soluciones para la media docena de actuaciones urbanísticas en torno a San Claudio fracasadas estos años.
En el oeste, Urbanismo también apuesta por la supervivencia de Montecanales, cerca de 2.500 unifamiliares de varios tipos en la ladera que baja de Piedramuelle hacia Las Campas. El modelo de vivienda, disperso; el impacto en el consumo de suelo, 88 hectáreas; la lejanía del centro y los servicios choca, pero en su favor pesa el desarrollo la vía rápida a La Pixarra que Somos defiende como alternativa a la Ronda Norte.
Rediseñar el modelo
A los dos estudios de urbanismo que compitieron por el contrato para redactar el nuevo plan general se les pedía un esfuerzo para rediseñar el modelo de la ciudad, para que el suelo urbano dejase de comerse a mordiscos la zona rural. Se les pedía un modelo más sostenible, uno en el que no haya que extender redes de abastecimiento y saneamiento, nuevos depósitos de agua como el previsto en San Claudio, traídas de más de ocho kilómetros como la necesaria para los desarrollos de Colloto. Más gráficamente, cuando Dursa dejó abandonadas en medio de la nada al medio centenar de familias que soñó con aquel residencial sostenible, el Ayuntamiento tuvo que construirles un parque infantil, asumir la limpieza del arroyo que corre tras las viviendas o añadir una parada de autobús a la línea que une San Claudio con el centro de la ciudad.
El cambio había que hacerlo con prudencia. Se preveía «una disminución de las previsiones actuales de suelos urbanizables» pero, «para los ámbitos que resulten valiosos dentro del nuevo modelo o que se deban mantener por su grado de desarrollo», se contemplaba meter la tijera: revisar «sus condiciones con criterios de compactación de la edificación, incremento de la densidad edificatoria, diversidad de usos e incorporación de diferentes medidas medioambientales, liberando espacios libres y creando redes de espacios verdes interconectados».
La Manjoya
Esa es una de las razones por las que hay que salvar parte del crecimiento hacia La Manjoya en el nuevo plan, manteniendo parte de los planes que se extienden entre Llamaoscura y la fracasada urbanización del plan especial Manjoya-Santiago y Oviedo. De nuevo se trata de remendar el error, de unir la urbanización aislada tras la quiebra de Urazca con la ciudad. Por definir quedan el futuro de actuaciones que suman más de 3.000 viviendas entre Roces, Ciudad Jardín o La Malata Norte, por ejemplo.
Los dos planes de vivienda en Colloto parecen condenados, pero le tocará a los redactores y a la nueva Corporación decidir a partir de mayo. El precio de la vivienda sube de nuevo y la construcción repunta. Cada día que pasa es más difícil dar marcha atrás en el tiempo y desandar lo andado.

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