miércoles, 16 de enero de 2019

Grave crísis en el Santander....

Crisis interna en Banco Santander. El fichaje frustrado de Andrea Orcelcomo consejero delegado llega en un momento crítico para la entidad, en pleno cierre de las cuentas de 2018 y con un nuevo plan estratégico en marcha.
La entidad presidida por Ana Botín retrasó la presentación del nuevo plan 2019-22 por la llegada del banquero italiano, que se anunció el 25 de septiembre del año pasado. Hasta ahora, el banco siempre había organizado un encuentro internacional anual con inversores en septiembre, en Londres o Nueva York, pero 2018 fue un año distinto por la situación de interinidad.
El consejo de la entidad no vio coherente anunciar un nuevo plan antes de la llegada de su nuevo número dos, y decidió esperar, para así darle margen de maniobra en su diseño. La tarea de cerrar el anterior programa 2016-18 y las cuentas del año pasado quedó encomendada al consejero delegado saliente, José Antonio Álvarez.

Botín prepara la nueva fecha

Esta estrategia ha quedado en el aire tras el fiasco del fichaje de Orcel. Se espera que Botín anuncie la nueva fecha del plan 2019-22 en la presentación de resultados del próximo 30 de enero.
La entidad respaldó este martes a Álvarez como número dos y encargado de diseñar y presentar el nuevo plan estratégico junto a Botín. El banquero leonés tendrá que recuperar la confianza del mercado, tras haber sido relevado previamente por la presidenta.
Todavía estaba pendiente que hubiera cambios en el comité de dirección de Santander con la llegada de Orcel. Javier Oficialdegui, directivo de UBS, estaba en todas las quinielas para fichar como número dos del italiano. Tras este giro, en principio se mantendrá el equipo de confianza de Álvarez, con José García Cantera —director financiero— a la cabeza.
Queda, no obstante, una vacante por cubrir, la del presidente de Santander España, que actualmente ostenta Rodrigo Echenique, y que iba a ocupar Álvarez. Echenique seguirá hasta marzo.
Según las últimas cifras hechas públicas —de septiembre del año pasado—, Santander había cumplido los principales objetivos del anterior plan, incluidos capital y rentabilidad, dos variables que el mercado espera que sigan siendo los pilares de la estrategia de los próximos tres años.
El principal reto sigue siendo recuperar la confianza del mercado. Desde que llegó Botín a la presidencia, las acciones de Santander caen cerca de un 40% y el banco ha pedido casi 15.000 millones al mercado en dos ampliaciones, la segunda vez para comprar Popular.
La llegada de Orcel se veía clave para esta tarea. Desde la entidad, explicaron que el fichaje no se ha cerrado para no pagar los más de 50 millones de bonus diferido. Fue el propio Orcel quien negoció sin éxito que UBS pagara al menos parte de esta variable, alegando que Santander y la entidad suiza no son competencia. Esta versión generó incredulidad en el sector financiero, que no se explica cómo Santander no anticipó esta situación.

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