martes, 26 de marzo de 2019

Las disculpas de Google...

"Google tiene a 10.000 personas controlando sus contenidos"

Matt Brittin, director en Europa de Google.
Matt Brittin, director en Europa de Google. Bloomberg News EXPANSIÓN
El directivo asegura que la amenaza de la Tasa Google no afectará a sus planes para España.
Miles de empleados en Google intentan poner freno a las noticias falsas y a los contenidos violentos que se cuelgan en su filial Youtube, aunque la multinacional se enfrenta a grandes críticas por haber dejado que el vídeo de la matanza en Nueva Zelanda -donde murieron 50 personas- estuviera disponible durante horas en este canal.
"Tenemos a más de 10.000 empleados intentando controlar noticias falsas (fake news) y contenidos violentos y estamos haciendo grandes avances", asegura el británico Matt Brittin, director para Europa, África y Oriente Medio de Google en una entrevista celebrada en Londres. "La compañía tiene tolerancia cero con este asunto y es terrible que ese contenido estuviese disponible, pero no es fácil controlar todo lo que los usuarios cuelgan", indica. Según sus datos, 400 horas de contenido se descargan en la plataforma cada minuto.
Hace dos años, la compañía ya se enfrentó a una grave crisis cuando varios grandes anunciantes amenazaron con retirar sus campañas porque sus anuncios aparecían junto a vídeos violentos y que fomentaban la homofobia. La empresa tomó entonces medidas que le han llevado a trabajar con más de cien organizaciones para definir los límites a la hora de censurar los contenidos, dice Brittin.

ALGORITMOS

También se han implementado nuevas medidas que permiten que ahora el 80% de los vídeos inapropiados sean vetados de forma automática por máquinas, sin que ninguna persona intervenga.
Sin embargo, los algoritmos no siempre hacen lo correcto, como se comprobó en el caso de las mezquitas de Christchurch. "Las personas toman las decisiones importantes y las máquinas permiten llevar a cabo acciones a gran escala. El trabajo de ambas es imprescindible en esta batalla", indica el directivo, un ex regatista olímpico que antes trabajó en consultoría y para el grupo de medios británico Trinity Mirror y que trabaja en el grupo tecnológico desde 2007. Su trayectoria le convierte en una rara avis dentro de un grupo controlado por informáticos.
Controlar los contenidos no es el único quebradero de cabeza al que se enfrenta Google, a quien las autoridades europeas han declarado la guerra. Horas después de celebrarse esta entrevista, la Comisión Europea anunció la tercera multa a la compañía, esta vez por 1.490 millones de euros, debido a su posición dominante en la plataforma de publicidad AdSense.
En algunos países, como Reino Unido, las autoridades también se están planteando poner más obstáculos para que las grandes tecnológicas no puedan realizar compras. Mientras, España y Londres quieren implantar un nuevo impuesto digital, conocido popularmente como la Tasa Google.
Este impuesto pretende que las grandes tecnológicas paguen entre un 2 y un 3% de sus ingresos generados en el país donde registran actividad. Actualmente, Google paga un 80% de sus impuestos en Estados Unidos.

OPERACIONES

Brittin asegura que la compañía continuará con sus operaciones en España, aunque el Gobierno que salga de las próximas elecciones decida seguir adelante con sus planes de aplicar esta nueva tasa tecnológica a la multinacional. "La dirección del Gobierno español está clara, pero nosotros no decidimos lo que hacemos en un país por la carga impositiva que recibimos. Seguiremos apostando a largo plazo por España", explica.
El Gobierno de Pedro Sánchez anunció a principios de año el impuesto, pero la medida, que entró en el Parlamento para su tramitación, ha sido paralizada tras la convocatoria de elecciones generales. Sánchez ha asegurado que si vuelve a La Moncloa implantará esta tasa, que Reino Unido prevé también implantar en 2020.
La medida iba a ser aprobada por la Unión Europea al completo, pero el veto de cuatro países -Irlanda, Suecia, Dinamarca y Finlandia- impidió su tramitación.
Ahora, la decisión de llevar a cabo una política fiscal internacional queda en manos de la OCDE. "Los Gobiernos europeos se han puesto nerviosos al ver que la legislación internacional no llegaba", indica Brittin. "Google no está en contra de la legislación y esperamos que la decisión de la OCDE sea buena para todos".

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