domingo, 20 de febrero de 2022

Xicu al " Aparatu "

“En 40 años de autonomía predominó una visión provinciana” Francisco Javier Valledor recuerda sus años de consejero con Vicente Álvarez Areces y opina sobre la política asturiana y el futuro de las izquierdas. Por Nicolás Bardio 20 febrero 2022 “En 40 años de autonomía predominó una visión provinciana” 20 febrero 2022 No digas que fue un sueño 20 febrero 2022 “Hemos convertido la política en un Sálvame Deluxe” 19 febrero 2022 Nicolás Bardio Nicolás Bardio Es politólogo, escritor y creador de juegos de rol. Francisco Javier García Valledor (Uviéu, 1958) lleva años fuera de la primera línea de la política, pero no así de la participación como ciudadano en eventos, movilizaciones y actos culturales, en los que la presencia de Xicu suele ser frecuente. Ingresó en 1976 en el PCE, cuando era estudiante de la Universidá d´Uviéu. Profesor jubilado de enseñanza media del Colegio de las Ursulinas de Xixón, entre 2003 y 2007 fue Consejero de Justicia, Seguridad Pública y Relaciones Exteriores del Principado de Asturias durante el primer gobierno de coalición entre IU-Los Verdes-Bloque por Asturies y el PSOE de Vicente Álvarez Areces. Se manifestó contrario a repetir el acuerdo en la siguiente legislatura y en 2009 abandonó su escaño, por sus discrepancias con la dirección de IU. Tras abogar sin éxito por una refundación en clave asturianista de IU dejó la militancia en la coalición. Desde entonces ha seguido simpatizando con IU y Podemos, pero desde la independencia de un electrón libre que opina desde las redes sociales y puntalmente en los medios de comunicación. ¿Cómo ves dende la distancia la época en la que fuiste conseyeru? ¿Qué balance haces? Fue una época interesante porque rompimos un tabú, el de un gobierno en coalición. Y en este sentido fue positivo. Se hizo una campaña que movilizó mucha gente, pues hay que recordar que veníamos de un gobierno roto de Sergio Marqués y casi dos años en los que la FSA no quiso dar solución a aquel tema, esperando que llegase lo que llegó: La olona de Areces en el 1999; cosa rara en Asturias, y además daba la impresión de que iba a ser para largo. En ese momento digamos que se produce también un cambio en IU, que es cuando Llamazares asume dar el paso a la coordinación general, y entonces después de un primer año me toca a mí ser el portavoz porque Gaspar se va a Madrid. Ahí es donde se infecta. El madrileñismo yo no sé lo que tiene que hace que la gente pierda el norte y la deriva que él tuvo… ¿A qué te refieres exactamente? ¿Qué criticas de Gaspar Llamazares en esa época? Gaspar Llamazares empezó con un resultado electoral muy malo siendo coordinador general; prácticamente quedó él solo de diputado y fue uno de los principales impulsores y presionadores para el acuerdo de coalición. Pero cuadno digo la devira que tomó Gaspar, me refiero a que en Madrid algo pasa. Vivimos en un país en el que el centralismo aún impregna todo. Después de que Gaspar marche a Madrid me toca a mí coger la portavocía y empezamos una tarea dura de oposición hacia una deriva bastante autoritaria de Areces con meteduras de pata notables. Y de ahí salió un proyecto de alternativa y la necesidad de un gobierno plural de la izquierda y acabar con la mayoría absoluta porque era nociva. En 2003 conseguimos subir de manera importante para nosotros (un punto y pico) y, sobre todo, que Areces perdiese ese diputado que le daba la mayoría absoluta. Y ahí habíamos hecho una campaña de gobierno plural de la izquierda y nos sentamos a negociar. ¿Qué problemas hubo en la negociación? Nos sentamos a negociar, visto desde hoy, con muy poca experiencia. Nunca habíamos sido una fuerza de gobierno, habíamos sido una fuerza de oposición o como mucho una fuerza que apoyaba pero que se quedaba fuera en temas como los presupuestos. En ese sentido tuvimos claro que no, que o se entraba o no había acuerdo. Y eso en principio Areces lo aceptó, pero negociamos de una forma muy débil. En una negociación de gobierno hay tres partes: La programática, la estructura orgánica del gobierno y la resolución de los conflictos o temas que no están recogidos en el acuerdo programático y que realmente son el 80% de lo que hace en el día a día un gobierno. Francisco Javier Valledor. Foto: Luis Sevilla Nosotros nos ceñimos mucho a lo programáticos, olvidamos la estructura orgánica y no tuvimos en cuenta este tercer aspecto. Así y todo, fue una negociación en la que al final hubo que determinar si sí o si no. Nosotros nos retiramos por un lado y ellos por el otro, éramos cinco, y recuerdo el debate entre nosotros cinco. Había una clara mayoría en la organización que estaba por entrar al gobierno; en el cómo teníamos nosotros más el intíngulis, pero la mayoría iba a bendecirlo. En la reunión había 3 personas a favor: Jesús Iglesias, Manolo Orviz y Rafa Palacios. Noemí Martín y yo estábamos en contra. Al final dimos el sí y recuerdo que aquella noche cuando volvíamos, que volvía con Jesús, le dije “Jesús yo no sé si voy a estar en el gobierno”; porque veía aquello totalmente insuficiente ya desde lo programático. Me costó muchas noches sin dormir y darle vueltas hasta que al final me pudo un cierto sentido de la responsabilidad de haber encabezado un proyecto que quería gobernar y que luego sea yo el primero que lo echase para atrás. Desde mi punto de vista el acuerdo programático era insuficiente, el acuerdo de estructura orgánica desastroso y sin resolver esto. ¿Y cómo quedó el tercer punto? No lo abordamos. ¿Y cómo fue en el día a día del gobierno? Fue horrible. Yo creo que Laura y yo sufrimos mucho por eso, porque en primer lugar no teníamos una estructura orgánica. Para que te sitúes: las primeras reuniones del consejo lo primero que se hace es ir aprobando la estructura orgánica del gobierno. Claro, nosotros habíamos hablado de la consejería y la consejería. La que me tocó a mí fue Justicia, Seguridad y Relaciones Exteriores; que fue un invento – pienso yo ahora – que se sacaron de la manga Areces y Jesús Iglesias, porque era Justicia (que estaba sin transferir, había que hacer una negociación), el tema europeo de emigración, policía local 112 y salud laboral. Y Laura tenía una parte de vivienda sin suelo, que generó problemas tremendos, y luego servicios sociales que era una consejería potente. Pero la mía no tanto, lo que me permitió jugar un papel político más que otra cosa. Laura tenía que gestionar más y yo tenía que ser un poco la voz de IU en el gobierno. “El madrileñismo hace que la gente pierda el norte” ¿Un ministerio sin cartera, una cartera más simbólica que otra coas? Sí. Luego le supimos sacar rendimiento. Al principio era una cosa así. Pero es que el problema no fue sólo eso, sino también elaborar el decreto de estructura orgánica de las competencias. Por ejemplo, teníamos salud laboral, pero Industria no nos quería ceder la parte de salud laboral que había en industria y todo el tema de inspección laboral. Eso fueron meses, más de un año, de negociación dentro del propio gobierno de tira y afloja. Y nos encontramos con que no nos habíamos planteado la estructura y qué competencias tenía en lo práctico cada consejería; porque teníamos también la Dirección General de Sanidad, pero las iban vaciando de competencias. Entramos en el gobierno muy vendidos por la total inexperiencia que teníamos. Fueron cuatro años muy complicados. Yo ahora pienso en lo que están viviendo la gente de Unidas Podemos en el gobierno y me doy cuenta. ¿Qué sacasteis en esos cuatro años? ¿Qué logros? Yo creo que el logro fundamental de la legislatura fue el salario social, el tema de vivienda y la transferencia de justicia. También de otras trasferencias pendientes como por ejemplo el tema de que el Nalón era un río que nacía en Asturies; porque llegar a esa conclusión costó 3 años, para poder pedir la transferencia de su gestión. También el tema de ferrocarriles que circulen dentro de Asturias, es decir, las cercanías. En Asturies Cercanías sigue siendo estatal la gestión. Sí, sigue siendo. Pero estatutariamente podemos reclamar su gestión, igual que con la Confederación Hidrográfica. ¿Y por qué crees que no se reclaman cosas como una red de cercanías en todos estos años? A veces me da un poco hasta de asco ver los presidentes que pasaron por la Xunta Xeneral el otro día a la conmemoración del 40 aniversario. Creo que resume lo que fuimos. Lo que predominó en esos 40 años lo que predominó fue una visión provinciana. No hubo un proyecto de país, el único que pudo tener en la cabeza un proyecto de país fue Pedro de Silva e inmediatamente chocó con la FSA, se retiró y punto. Francisco Javier Valledor y Rafa Palacios en el Foro Social de Porto Alegre, cuando uno era consejero y el otro director de la Agencia Asturiana de Cooperación. Está bien que menciones a De Silva. Barbón lo considera un referente, siempre lo cita, y el otro día dijo que la FSA entre otras cosas era “asturianista” y es la primera vez que un secretario de la FSA la define así. ¿Cómo lo ves a Barbón en relación a lo que fue el PSOE? Veo que Barbón quiere tomar un poco de distancia con lo que fue el pasado de la FSA. Entre otras cosas porque no tiene más recorrido esta visión alicorta y provinciana. ¿Qué ocurre? Que Barbón tampoco considero que tengan un proyecto de país. No tiene un proyecto político para Asturies. Yo en este momento veo un Presidente que más que un presidente es un propagandista; que tiene a Cofiño como cabeza política del gobierno y luego un gobierno formado – con todo el respeto lo digo – con un nivel de directores generales. A ver si me entiendes. Cuando digo directores generales me refiero a que no hay potencia, no hay solidez política en ese gobierno. Son gestores, unos mejores y otros peores, pero a nivel de dirección general. A nivel de gestión, pero sin peso político y proyecto político. Barbón tiene una gran capacidad como propagandista, eso es indudable. Tú si lo oyes hablar… él fundamentalmente habla, que luego se haga o no se haga es otra cuestión. Pero él lanza discursos, lanza mensajes…. Y en ese sentido tiene que lanzar mensajes que sean un poco distintos de lo que se habían estado lanzando. Ten en cuenta que las competencias que asumimos casi fue obligado: había que coger sanidad, había que coger educación. Luego se tardó la de dios hasta que Trevín cogió de mala manera las universidades. Trevín entró de rebote por el asunto de Vigil. Valledor en el Muséu del Pueblu d´Asturies. Foto: Luis Sevilla Justamente ya que mencionas a Vigil. ¿Qué te parece que Rodríguez-Vigil vaya con Vox a firmar contra la oficialidad con la plataforma de Vox? Muy típico de vigil, la verdad. Vigil es un personaje muy característico de esta Asturies provinciana que tenemos. Vigil va a donde lo pueden valorar un poco, ¿Y dónde van a valorarlo? En el RIDEA – otra expresión de la impotencia en el ámbito cultural de Asturies – y a lugares extravagantes como éste de Vox. A mí no me sorprende porque ya como presidente era un personaje patético y esa visión grandonista fue la que le hizo caer. ¿Y justamente cómo ves la existencia de Vox? En tu época como consejero la extrema derecha estaba dentro del PP. La extrema derecha estaba dentro del PP. Una vez que se produce la transición y que, digamos, con todas las limitaciones que tuvo; digamos que la extrema derecha fue quedando arrinconada. Los procuradores franquistas se hacen el harakiri y salvo reductos muy militantes quedó muy menguada. Lo que quedó fue un poso sociológico, cultural franquista. Que siempre estuvo ahí pero de una manera un tanto acobardada. El PP podía presentarse como un partido de centro-derecha, hasta que llega un momento en el que ese acobardamiento deja de ser acobardamiento y se convierte en envalentonamiento y conecta con esa sociología que sigue ahí presente. En la época de Areces. ¿Qué valoración haces del uso de los fondos mineros? Desastroso. Bueno, más que desastre, desperdicio. Ahí había una tensión muy fuerte entre Areces y Villa sobre quién controlaba esos fondos. Yo recuerdo perfectamente que en aquel gobierno el consejero Graciano Torres era el encargado – como había sido villista y tenía cierta confianza de Areces – era el encargado de negociar ese tema. Y recuerdo consejos de gobierno monográficos sobre los fondos mineros, cómo se gestionaban, cómo no… cómo había sido la última negociación con Villa… Creo que se perdieron grandes oportunidades. En lugar de pensar que los Fondos Mineros podían servir para mejorar barriadas -que es positivo y mejora la vida de mucha gente – pero si en lugar de eso se pudiesen usar para impulsar proyectos en los que Asturies pudiese ir más rápido en la innovación y en sus problemas estructurales, como por ejemplo en el transporte. Y ojo, no lo digo “a cambio de” las infraestructuras del Estado. ¿Pero por qué no podía Asturies adelantar ese dinero del estado con temas como la Variante de Payares? Que luego el Estado lo recompense. “Barbón más que un presidente es un propagandista” ¿Qué lecciones aprendimos de la gestión de los fondos mineros de cara a la gestión de los fondos de la UE? Tengo mucho miedo de los fondos europeos, porque si te das cuenta en cualquier rincón se hace referencia a los fondos europeos como el elemento que “puede servir para”: Para regenerar el Piles, para que unos vecinos tengan no sé qué… y realmente creo que si estos fondos no se aplican al tejido productivo y al cambio radical que nos va a exigir la economía en los últimos años, puede ser el último tren que perdamos. Porque aquí nos llenamos la boca con grandes proyectos, acuérdate de El Muselón, que yo denuncié en la Xunta; y que me echaban en cara mis compañeros de IU de por qué hacía oposición… Al tema de los fondos europeos le tengo más miedo que esperanza. Tú que negociaste aquel gobierno… ¿Por qué crees que fue posible que IU se pusiese de acuerda con un PSOE digamos “carca” o “conservador” como el de Areces, y en cambio con uno más moderno como el de Barbón no? IU al inicio de esta legislatura simplemente se vendió. ¿Qué necesitaba Barbón? Necesitaba desactivar a Podemos. Pero parece que Podemos ya desactivó solo con las luchas internas… También. Pero la operación de Barbón con IU ayudó mucho. A Barbón 2 diputados no le solucionaban nada, necesitaba tres (para conseguir la mayoría absoluta); pero 2 diputados de IU si le ofrecen a Barbón una pátina de izquierdas y poder decir “yo tengo voluntad de llegar a acuerdo con la izquierda”. IU, después de una derrota electoral sin paliativos quedaba sin grupo parlamentario, sin los recursos que esto da y que drena hacia la organización. Nuestro sueldo va allí. Yo de consejero cobraba lo mismo que de profesor, el resto se iba a la organización para poder mantenerla. En este caso sin el grupo parlamentario se venía el edificio abajo. Por eso IU le dijo “Sácanos de esta situación”. Barbón les ofrece un puesto en la mesa (de la Xunta) que no les correspondía y algo que para mí es una aberración tremenda: bajar el mínimo para constituir grupo parlamentario de 3 a 2. Ahí había que tragar que Foro y Vox tuviese grupo parlamentairo. Sobre todo Vox Sobre todo vox. Es decir, esa operación lo que hizo fue insuflar recursos políticos y económicos a la extrema derecha. Decías que IU se había vendido. Ahora que analizamos las negociaciones: ¿Cómo cuadra el votar sí a la rebaja fiscal en un presupuesto con Ciudadanos y en cambio no tengan capacidad de tener cintura con la fiscalidad que pide Foro? oficialidá? Yo no entiendo que Foro ponga otras contraprestaciones para la oficialidad que estén fuera del Estatuto, una vez que consigue los 3/5 que quería. Hay propuestas que tienen cabida en el Estatuto como, por ejemplo, la bonificación a la fiscalidad rural. En cambio, plantean otras cosas que no tienen que ver con el Estatuto. Me parece pueril por parte de unos y de otros poner el tema de la fiscalidad ahí. Creo que a Barbón se le quita un muerto de encima si no hay acuerdo. Yo no tengo claro qué quiere Barbón: ¿Explicitó los contenidos de la reforma? Creo que no. Oficialidad y decretos ley. Sí, y otra cosa que fuese el hecho de que una legislatura tras una disolución anticipada no sea corta sino larga. ¿Qué harías tú si fueses negociador de IU o si estuvieses aconsejándolos para salir del Impass en el que estamos? Primero tener en cuenta que no se trata de reformar un Estatuto, sino de hacer uno nuevo; por lo que debe conllevar la derogación del estatuto vigente y la aprobación de uno nuevo con una nueva estructura. Hay que poner encima de la mesa ese documento. Vamos a ponernos a hblar de reforma del estatuto. Lo que me parece incomprensible es que Barbón haya dejado pasar tantísimo tiempo para abordar algo que debe abordarse de forma sosegada, con una visión de país… La reforma del estatuto siendo trascendental, fundamental, el tema de la oficialidá, es mucho más que eso. Foro y IU tendrían que valorar qué otros aspectos podrían desarrollar y en los que pueden coincidir. ¿No crees que hay miedo de que IU quede como la culpable de la no-reforma? Si no hay responsable de oficialidá en Asturies, históricamente hablando, la responsable es la FSA. Si no se logra ahora, la responsabilidad va a ser en segundo lugar de Foro y en tercer lugar del resto si se trata de redistribuir las culpa. ¿Cómo ves a Yolanda Díaz y qué crees que eso va a implicar para Asturies? Creo que hacer reposar tanto un proyecto político en un líder, como pasaba con Iglesias, es problemático en una mente como la mía acostumbrada a que los proyectos políticos se condensan en fuerzas políticas. En ese sentido tengo un poco de miedo. Pero por otro lado también algo de esperanza. ¿Y qué puede implicar a Asturies? ¿Puede poner de acuerdo a Podemos e IU? Podemos parece que aplaude con las orejas el proyecto de Yolanda en Asturies. La mitad de Podemos, la otra mitad de podemos e IU. Imagino que todos se van a unir en pos de ese proyecto y van a tratar de ir a rebufo… porque tal como está la izquierda en Asturies es un drama la situación de IU y de su dirección, y un Podemos dividido… es una situación dramática. Foto: Luis Sevilla. ¿Echas de menos el estar en primera línea política? No. Ya me llamaron y ya respondí que no. Yo creo que ya cumplí. Tengo una vida muy tranquila y sosegada. ¿Y qué te parece que Gaspar Llamazares haya dicho hace poco que está dispuesto a volver? Bueno, Llamazares sí, sí. Está dispuesto a volver donde le den tira, como dicen los mineros. Gaspar Llamazares ya perdió una gran parte de su credibilidad política. No se puede estar en una organización enredando para crear otra organización en Madrid. De todas formas creo que en Asturias, a mí me ilusionó mucho Podemos. Y sigo valorándolo bien. Fue un estallido de vitalidad, de entrar gente con sangre nueva… fue una transfusión absolutamente imprescindible para que la izquierda pudiese reactivarse en este país. Si hay algo de esperanza es precisamente gracias a lo que supuso Podemos. Lo que pasa es que cuando los conoces más de cerca y vas viendo rostros, actitudes y caras, es cuando te entran más dudas. A mí me desanima mucho lo que pasó en Podemos Asturies con el proceso de primarias. ¿Alguno de los dos Podemos Asturies te gusta más? Yo consideraba que Ripa no debería de volver a presentarse, pero tal y como transcurrieron las cosas entiendo que se presentase para tratar de preservar una cierta autonomía de un proyecto político de izquierdas de Podemos en Asturies. Si hay algo que detesto en Podemos, que puedo entender en el origen, porque si pones en marcha un proyecto se te va a sumar gente de aluvión y tienes que tener mecanismos para decir “no, esto no”. Pero pasado esta primera fase, que se tengan que aprobar en Madrid las listas de Asturies me parece algo descabellado. Una organización política que tiene un proyecto federal luego no practica el federalismo. Tú que eres un hombre más de organización que de líderes, ahora que hablamos de Podemos. ¿Cómo ves el sistema de primarias? ¿Crees que es más democrático, que es bueno? Yo defendía el sistema de primarias. En la izquierda hubo un momento en el que se le fue sustrayendo a la militancia la capacidad real de decidir. Eso es cierto. Los partidos políticos fueron convirtiéndose en máquinas cada vez más pensadas para estar en el gobierno y en el parlamento. Lo que vas a hacer en el parlamento no puedes consultarlo constantemente, pero a la vez la militancia tiene que tener una capacidad. Yo pensaba que las primarias debían ser un elemento democratizador, aunque viéndolo ahora con perspectiva no sé si hay que repensar otras fórmulas de democratización de las fuerzas políticas; sobre todo cuando no puedes contrastar el voto telemática. ¿Qué crees que debe hacer la izquierda frente a movimientos ultras como Vox, que parece que suben? Sigue subiendo, sí. Creo que Vox es hijo de su tiempo. De la historia, pues enraíza en el franquismo en el caso español, pero es hijo de su tiempo: del Trumpismo y de todo este proceso de involución; que yo llamaría de idiotización de la sociedad, que se está produciendo en una sociedad en la que creíamos que el diálogo, el debate y la razón eran los elementos que debían guiar la acción. Nos encontramos con que la estupidez humana y la irracionalidad llega a niveles que nunca pensamos que podían llegar. ¿Qué debe hacer la izquierda ante eso? Creo que hacer políticas de izquierda. Creo que si Vox no está subiendo más en España es precisamente porque ahora tenemos un gobierno en el que Unidas Podemos está haciendo que se pongan en marcha en la medida de sus posibilidades determinadas acciones. La convulsión que supuso la pandemia, sin UP en el gobierno habría hecho que la extrema derecha creciese con mucha mayor rapidez. ¿Cómo fue gobernar con Areces? Siempre hubo un miedo a que os echasen la culpa de “la pinza”. El tema aquel de “La pinza” que tanto se nos acusó con Anguita. Yo te voy a contar una anécdota: cuando llegamos a la primera reunión de negociación, la primera en la que se incorpora Areces para ver si desencallaba él algo. Se presenta con un tocho enorme encima de la mesa. ¿Qué es eso? “Este es el Dosier de Valledor”, en él estaban todas las intervenciones en las que yo había salido contestando públicamente cuestiones que estaban acordadas y yo había dicho otra cosa, sobre cuestiones que no estaban en el programa, y quería decir que no podía ser la cosa así. ¿Cómo era Areces, tú que lo trataste? Lo había conocido antes, cuando salió por la izquierda en Perlora dando una pirueta hacia la derecha. Lo conocí mucho más profundamente en esta época. Le tengo cariño. Era tan animal político que no tenía vida más allá de la política. Lo recuerdo con mucho cariño, cuando coincidíamos en los viajes a Bruselas en temas de Europa, al comité de las Regiones. A veces íbamos al hotel y él pedía un cacharro y estábamos ahí charlando. Era un tipo muy majo en lo personal, pero con un tic muy autoritario en lo político. ¿Cómo era con el tema del asturiano? Para muchos fue el peor presidente con el tema de la lengua. Era radicalmente contrario. Radicalmente contrario. Siendo tú radicalmente favorable, ¿cómo era la relación? Trataba de llevarlo al ámbito de lo racional. Creo que mucha gente, entre ellos él, que no era favorable al asturiano era porque no lo dominaba y le exigiría un aprendizaje. Yo creo que había algo de eso. Él partía de unas tésis radicalmente asturianistas de los años 70 de aquella época; y de ahí le quedó aquella visión y aquella fijación y yo nunca lo entendí. Le llegué a decir “Si tú te pusieses a la cabeza de la oficialidad, serías el gran presidente que Asturies tuvo en un momento determinado y además durante mucho tiempo”. ¿Crees que eso es un poco lo que busca Barbón? Sí. Creo que Barbón busca un poco ser el presidente que rompe con años y años de inanición. Pero volviendo a 2007, en aquel momento IU sí fue a negociar sabiendo lo que quería negociar. ¿Qué ocurrió? Que en la propia organización y dirección se había interiorizado que había que formar parte del gobierno. Una frase que corría en los círculos de la ejecutiva era que “No hay vida para IU fuera del gobierno”. Fíjate la sandez, pues vinimos de estar toda la vida en posiciones de oposición. En un primer momento aguantamos el tirón, y en 2008 ya IU se plegó a asumir la entrada en el gobierno y a raíz de ahí yo ya dimití. Poque claro, también se daba una circunstancia muy jodida: Empieza la legislatura en 2007; entras en el gobierno en 2009 y en diciembre acuerdo de presupuestos. Cuando hay unas elecciones cierras una etapa y puedes justificar que lo que defendiste hasta aquí, ahora hay un acuerdo de gobierno. Pero en una misma legislatura, de la noche a la mañana, todo lo que IU defendió desde julio de 2007 a finales de 2008 te lo tienes que tragar.

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