domingo, 30 de septiembre de 2018

Pajares, bla,bla,bla...y esto!

El mal estado de la red de Feve obliga a los trenes a aminorar cada 5,3 kilómetros

El mal estado de la red de Feve obliga a los trenes a aminorar cada 5,3 kilómetrosGráfico

Los maquinistas reducen hasta los diez kilómetros por hora en los 46 ramos deteriorados. El más antiguo espera su arreglo desde 2012

AMÓN MUÑIZ GIJÓN.
Los maquinistas de la red de ancho métrico (la asociada a la desaparecidaFeve) reciben cada mes un informe interno advirtiéndoles de los puntos negros que encontrarán en sus viajes. El documento precisa su lugar, el tiempo que lleva abierta la incidencia a la espera de su arreglo y hasta qué punto deberán descender la velocidad para poder circular con seguridad. Se trata de una hoja de ruta clave, toda vez que su última versión anticipa que cada 5,3 kilómetros encontrarán un problema que les obligará a aminorar, en ocasiones, hasta los 10 kilómetros por hora. La frecuencia de estos problemas, unido a la existencia de un apeadero o estación cada 2,1 kilómetros, impide que los trenes desarrollen su máxima velocidad. En la actualidad, los ferroviarios consultados cifran en 40 kilómetros por hora la velocidad media de los convoyes. El dato está lejos de las prestaciones máximas del parque móvil de la empresa. De las 68 unidades censadas, el 85% están diseñadas para alcanzar máximas de 100 kilómetros por hora cuando la infraestructura lo resiste.
La última consigna describe 46 puntos negros repartidos a lo largo de la geografía asturiana. La mayoría se diagnosticaron en los últimos tres años, aunque hay uno de ellos que espera la inversión que lo corrija desde 2012. El listado da una buena medida del problema que enfrenta el Ministerio de Fomento para poner al día la red, pero también evidencia que en los últimos tiempos se han producido avances. A finales de 2016 el informe mensual para los conductores marcaba 90 puntos en los que aminorar. La progresión se ha logrado especialmente reforzando los terraplenes y trincheras; hay diecinueve de estos taludes por asentar, lo que supone un 61% menos de los que presentaban algún tipo de peligro hace dos años.
Queda mucho por hacer y de ahí el Plan de Cercanías confeccionado por el anterior Gobierno, reivindicado desde el Principado y que desde el ministerio aseguran mantener. El programa de mejoras para la red de ancho métrico requiere de unos 178,69 millones, según la versión que se presentó el pasado diciembre.
A la espera de que esos fondos se inyecten, el último informe evidencia que los puntos negros suman una longitud total de 43,7 kilómetros. Es decir, el 17,6% de toda la red de ancho métrico muestra deterioros perfectamente diagnosticados y que imponen reducciones de velocidad. La mayor acumulación la sufre el sector occidental de la línea Ferrol-Bilbao y el mal estado de las trincheras resulta el problema más frecuente con el que tropiezan los cercanías y regionales de ancho métrico.

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Situación crítica en occidente

El trayecto entre Ribadeo y Pravia es el que más cautelas requiere. El informe señala que 34,6 de los 98,2 kilómetros presentan problemas de entidad suficiente como para imponer aminoraciones de velocidad de entre 50 y 20 kilómetros por hora. Son 19 los puntos negros que salpimientan el recorrido. Entre ellos, el documento reconoce el «riesgo de caída de un paso superior» entre Tablizo y Ballota, aviso vigente desde abril de 2016; el mismo año se constató la inestabilidad de la plataforma en dos tramos entre Castropol y Tapia.
La falta de mantenimiento pone la puntilla en una línea cuya utilidad el Ministerio de Fomento reconoce limitada. En un día laborable quienes quieren viajar de Ribadeo a Pravia tienen dos frecuencias, que exigen alrededor de tres horas de paciencia, casi el triple de lo que tarda el coche particular.
El diputado de Podemos Segundo González preguntó si era posible reinstaurar el semidirecto que hasta los años 90 permitía a los vecinos del occidente ir y venir en el día al área central, idea que el ministerio descarta en su respuesta: «La citada supresión estuvo motivada por la puesta en servicio de una variante de carretera que une dichas localidades y el actual desarrollo y trazado integral de la nueva autovía transcantábrica, que disminuyó de forma considerable el tiempo de viaje entre Oviedo y Navia, haciendo perder al ferrocarril la escasa competitividad que aún le restaba». Actualmente, «no tendría sentido reimplantar» dicha conexión, agrega.

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