domingo, 15 de noviembre de 2020

Vivir "El Campo " ...a pesar de su abandono.

El Campo vuelve a llenar sus bancos y paseos Los ovetenses disfrutan de los espacios del pulmón verde durante el cierre perimetral de Oviedo: «Hay más ambiente» Carmen Soto y Nacho Hevia en el parque canino del Campo. / FOTOS: ALEX PIÑA ROSALÍA AGUDÍN OVIEDO. Domingo, 15 noviembre 2020, 00:29 2 Con nueve hectáreas de extensión, tradicionalmente el Campo ha sido el lugar por excelencia de esparcimiento de los ovetenses: generaciones de niños se criaron entre sus caminos acompañados de sus padres y abuelos. También acogió paseos y charlas de los más mayores, pero con los años se convirtió para muchos solo en una zona de paso entre la calle Uría, Marqués de Santa Cruz, Santa Susana y el paseo de los Álamos. Sin embargo, con el cierre perimetral de Oviedo, junto a la clausura obligada de bares y comercios no esenciales, por la pandemia, se ha vuelto a llenar de vida el pulmón de Oviedo. Sus calles, tanto por la semana, como los sábados y domingos, se han llenado de alegría con niños jugando o dando a comer a las palomas, padres que los vigilan mientras toman un café de llevar en un bar cercano y los más mayores con sus charlas en los bancos del paseo del Bombé: «Aquí me crié y ahora no tenemos otro lugar al que ir. Está todo cerrado», justificó ayer Carmen Rodríguez que, junto a su amiga Sabina Fernández, aprovechó los rayos de sol del mediodía en el paseo del Bombé. En el parque canino, Nacho Hevia y Carmen Soto conversaban mientras sus perras 'Perla' y 'Lia' jugaban. Ambos destacan que cada día «hay más ambiente en el Campo». Sobretodo, añade ella, de «jóvenes». «Cogen un café y lo vienen a tomar aquí. Lamentablemente se había convertido en una zona de paso, pero ahora la gente viene y se queda». Desde el Parque de Invierno subieron ayer Nuria Vortolomé y sus hijos Dorian y Sophia, de 3 y 5 años, respectivamente. A eso de la una de la tarde se sentaron en los bancos donde el estanque de los patos; «Venimos para que los niños corran y jueguen un rato. Aquí están muy a gusto», explicó la madre mientras que el pequeño no paraba de dar de comer a las palomas. El pan se lo iba dando su madre a cuentagotas. Con todos los columpios llenos del parque infantil, las pequeñas Andrea Muñoz y Vera Cina disfrutaban mientras sus padres les empujaban. «Aquí venimos porque en el parque de Invierno, por ejemplo, hay mucha gente. Este es un sitio de esparcimiento en pleno centro», explicaron los padres. El resto de paseos del Campo ofrecieron en el mediodía de ayer una estampa parecida. Muchos niños acompañados de sus padres y abuelos aprovecharon para disfrutar de este parque declarado Jardín Histórico, que próximamente se mejorará con la colocación de nuevas señales botánicas e informativas y el agua volverá a las fuentes, para disfrute de los ovetenses

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