sábado, 15 de diciembre de 2018

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El alcalde pone en duda la viabilidad «técnica» del acuerdo presupuestario para 2019

El palacete de Villa Magdalena, cuya expropiación revisará el Tribunal de Cuentas. / XXX
El palacete de Villa Magdalena, cuya expropiación revisará el Tribunal de Cuentas. / XXX

Los 38,3 millones de inversión pueden traer «cargas financieras», pese a que Oviedo paga la mitad a los bancos que en 2010

GONZALO DÍAZ-RUBÍN OVIEDO.

El alcalde, Wenceslao López, dio el miércoles por cerrado el presupuesto de 2019 «a nivel político» y confió en hacer la presentación pública el viernes, ayer. No la hubo. López lo justificó, durante un acto en la Casa del Pueblo, en que hay que esperar a que «los técnicos valoren adecuadamente» el borrador. Dio «el acuerdo político por cerrado», pero sostuvo que «el problema» está «en la financiación de las inversiones, en si podemos recurrir al préstamo» previsto o «eso supondrá una carga financiera que nos suponga un incumplimiento» de la cada vez más enrevesada legislación para las haciendas locales. En caso contrario, advirtió, «tendremos que reducir esa cifra» de inversiones.
El mensaje fue confuso. Las cargas financieras del Ayuntamiento no han hecho sino disminuir en los últimos años al ritmo que se reducía el volumen de deuda, que hoy apenas suponen el 44% de los ingresos corrientes, y los tipos de interés. En el presupuesto inicial del año en curso, antes del susto de la sentencia del Calatrava, los intereses bancarios apenas sumaban 1,7 millones de euros y la amortización de préstamos, 6. En 2010, el Ayuntamiento pagaba al año 4,5 millones en intereses y 15 millones en pagar los préstamos a los bancos.


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Lo cierto es que en el borrador de presupuestos para el año que viene figuran inversiones por 38,3 millones de euros, que, con la salvedad de los fondos europeos para el proyecto 'Conectando Oviedo' y el bulevar de Santullano, se financiarán casi íntegramente mediante un préstamo bancario, que, sobre el papel, será de más de 38,2 millones de euros. Sobre el papel, porque la intención del equipo de gobierno era financiar luego buena parte de las obras con los abultados remanentes de tesorería que genera la baja ejecución de las inversiones.
La frase del acalde es extraña porque ni aunque se acudiese a los 38,3 millones de nuevos préstamos se acercaría el Ayuntamiento a los límites de endeudamiento que prohíbe la ley. El alcalde cifró, ante medio centenar largo de militantes socialistas, «en 260 millones de euros» el gasto previsto en el borrador, alrededor de 245 en datos consolidados para no contar dos veces las transferencias a la Fundación Municipal de Cultura y aseguró que el equipo de gobierno no volverá a aprobar un presupuesto en déficit como sí hizo para este año, ya que supondría retrasos «indeseables» en la ejecución del gasto.

Ahorro y reglas

Lo cierto es que el acuerdo político cerrado entre los tres grupos municipales del equipo de gobierno para los presupuestos del próximo año estira el gasto: apenas quedan 833.000 euros de resultado presupuestario neto frente a los más de 4,6 millones del año pasado. Incumple, sobre el papel, la regla de gasto. Son cosas contables, aburridas y, solo en casos extremos, peligrosa. El gasto del borrador acordado entre PSOE, Somos e IU, supone casi un 6% más que el del presupuesto del año en curso. Aunque la cuestión se mide en contabilidad europea, que resta gastos financieros o fondos finalistas, la tasa máxima permitida por ley -lo que puede crecer el gasto- es del 2,5%. Se trata de una cifra que se comen el aumento del crédito en personal y la ampliación de los servicios como transporte, recogida de residuos o la nueva tarjeta ciudadana. Tiene una trascendencia relativa, porque mide el gasto ejecutado, y, el Ayuntamiento no anda fino estos últimos años, de tal manera que los presupuestos iniciales incumplen, pero la baja ejecución permite ir capeando la normativa. Además, tras cumplir este año, el Ayuntamiento está libre de la vigilancia extra que supone tener que aprobar un Plan Económico Financiero.

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