sábado, 17 de agosto de 2019

Canteli vuelve de Vacaciones...

El alcalde de Oviedo se sumará al área central si el Principado cambia su sistema de gobierno

El alcalde Alfredo Canteli, en el stand de EL COMERCIO, seguido de su socio de gobierno, el edil de Ciudadanos Ignacio Cuesta. / DANIEL MORA
El alcalde Alfredo Canteli, en el stand de EL COMERCIO, seguido de su socio de gobierno, el edil de Ciudadanos Ignacio Cuesta. / DANIEL MORA

«Hay cosas que no nos gustan», dice Canteli. Pide variar el convenio porque sería «una incongruencia» aceptarlo tras rechazarlo el pleno ovetense en enero

RAMÓN MUÑIZGIJÓN.
Contaba el vicepresidente del Principado, Juan Cofiño, el domingo en EL COMERCIO que su «primer objetivo será incorporar a Oviedo» al área central metropolitana. Sin la capital el proyecto «desmerece», dijo, de ahí que se propusiera recuperar la confianza de su alcalde y le lanzara un reto: «La capitalidad de derecho la tienen, la de hecho se gana todos los días teniendo visión de futuro de la ciudad y de Asturias».
El interpelado recogió ayer el guante. «¿Queremos estar? Sí, los dos grupos que compartimos el gobierno hemos dicho por activa y pasiva que hay cosas que no nos gustan. Negociar es cambiar las cosas; nosotros a lo mejor tenemos que ceder en algo pero tienen que ceder algo también los que tratan de llevarnos a una situación que creo no beneficia a nadie», indicó Alfredo Canteli. En esa conversación «la capitalidad la reivindicamos un poco», recordó también.
Constituir un área metropolitana en la que reunir y coordinar a todas las administraciones con competencias sobre el espacio central de la región es un viejo propósito. El propio estatuto de autonomía de 1981 fijó esa opción, pero hasta ahora todos los intentos se contaban por fracasos. Como sus predecesores, Javier Fernández se puso como objetivo darle forma cuando tomó posesión como presidente del Principado, en 2012.
Su primera consejera para el asunto, Belén Fernández, presentó un borrador ambicioso, que abría la puerta a crear un consorcio y mostraba a las claras su vocación de poner coto a los desarrollos urbanísticos de cada consistorio. Solo obtuvo el respaldo de los alcaldes socialistas. Fernando Lastra sucedió a la consejera en el cargo y ensayó una fórmula distinta. Limitó las reuniones a los seis ayuntamientos más poblados y la administración central, y propuso llegar a un convenio de mínimos. La idea era que sentadas esas bases luego otros concejos pudieran sumarse.
Tras meses de intercambio de pareceres, todo se precipitó en enero. El Principado puso en circulación un borrador de convenio que cada consistorio debía aprobar en sus plenos municipales. Las tensiones se fueron acumulando sobre el sistema de votación de la denominada como conferencia metropolitana, el órgano principal. El borrador indicaba que los ayuntamientos se repartían el 51% de los derechos de voto en función de su población, y que el 49% restante lo controlaba el Principado y la administración central.
Los tiras y afloja cambiaron la letra del texto. En la versión final existe acuerdo suficiente si lo avalan el Principado y dos o más consistorios a condición de que sumen más de la mitad de la población del área central. La variación se hizo sobre la marcha, la misma mañana en la que estaban convocados unos plenos municipales de resultado paradójico. Mieres, que llevaba meses sin participar de las negociaciones como medida de presión para lograr el Grado de Actividad Física y del Deporte, se adhirió al mismo. Oviedo en cambio, que había asistido a todas las reuniones, se bajó del carro.

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